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lunes, julio 09, 2018

DIA 190: LAS PELEAS DE LOS PADRES AFECTAN A LOS HIJOS

Las peleas entre los padres dejan huella en los hijos

Desde los primeros meses de vida, los bebés perciben la energía y/o el estado de ánimo de las personas que les rodean.

Lo sienten en el contacto físico alterado, en las vibraciones de los gritos que los alteran, generándoles inestabilidad desde muy pequeños.

Cuando los padres discuten o pelean delante de los hijos, ello tiene consecuencias en las conductas de los hijos.

Como los hijos pequeños aún no pueden expresarse del todo como lo hacemos los adultos, para expresar su ansiedad ellos instintivamente recurren a mostrarse inquietos, sentirse temerosos, chuparse el dedo, morderse las uñas, orinarse la cama, dificultades para conciliar el sueño (insomnio, pesadillas, etc.), llantos, gritos, agresividad, etc.

Ya que los padres son el modelo de conducta que a diario ven los hijos, estos van viendo y aprendiendo de sus padres cómo enfrentar y resolver los problemas de la vida diaria, por ejemplo: si los padres solucionan sus dificultades, gritando, pegando, tirando cosas o si lo hacen en forma serena, civilizada, calmada, adulta, madura.

Luego algunos padres no se explican por qué su hijo no se porta bien o se comporta de tal o cual manera no deseada.

Cuando se hace terapia, inclusive en la edad adulta, salen a flote estas experiencias de la infancia que quedan grabadas en el subconsciente de la persona.

Si ha tenido una infancia feliz, los recuerdos de ser llevados de la mano por los padres, los paseos y/o viajes con los padres, las experiencias felices compartidas con los padres, etc., son los que salen a flote y los que les proporcionan estabilidad emocional.

Por el contrario, cuando vienen pacientes afectados por diversos trastornos psicológicos y/o psiquiátricos, al indagar los inicios, las fuentes o las causas, llegamos a la forma disfuncional que vieron cómo se llevaban sus padres y el malestar que les proporcionaban de niños, y que tiene efectos negativos ahora que ya son adultos.

Por lo tanto, teniendo en cuenta la realidad de que definitivamente los padres van a tener desacuerdos y discusiones en la convivencia, se recomienda que aprendan a manejar sus discrepancias de pareja y arreglar sus diferencias ¡a solas los dos!

Es necesario que ambos o uno de los padres sean conscientes para poder aplicar estas ideas: 

1) calmarse y hablar en forma pausada, razonable, sin gritar; 
2) indicarle al hijo que se retire a otra habitación con cualquier excusa; 
3) ambos padres decidir retirarse a discutir en otro ambiente, fuera de casa, en el parque, en el auto, en un restaurante, etc.

De ese modo, los hijos aprenderán sobre tolerancia y respeto mutuo y podrán decir que nunca vieron que sus padres pelearan o que, en todo caso, podían resolver sus desacuerdos en forma inteligente.

Todo esto, como consecuencia, se verá reflejado en el nivel de inteligencia emocional de los hijos.

Si ya ha habido situaciones de agresiones verbales y/o físicas donde se perdió el control, luego hay que calmar a los hijos, disculparse, explicarles que los hijos no tienen la culpa de las peleas de los padres, que los padres no los van a dejar de querer, que todo se va a solucionar y van a estar bien, Y TOMAR MEDIDAS PARA QUE NO VUELVA A SUCEDER. 

Si ya se les ha escapado de las manos las discusiones, o para prevenir situaciones más graves, consideren recurrir a la ayuda y/o asesoría de un especialista en Terapia Familiar.

domingo, enero 04, 2009

COMO HACER LAS PACES

CLAVES PARA HACER LAS PACES


1- Compórtate como esperas que lo hagan los otros. Deja de esperar a que las personas cambien su actitud y comportamiento, y comienza a actuar como desearías que lo hicieran los demás. Sé diferente, te aseguro que tu vida mejorará y que comenzarás a proyectar armonía. Con tu forma de actuar te convertirás en el ejemplo que necesitan otros para volverse más participativos.

2- Evita pensar sólo en tí mismo. Observa a las personas que se encuentran a tu alrededor y pregúntate: ¿Qué puedo hacer para suavizar sus vidas? Comienza por tus seres queridos, vuélvete más colaborador, muéstrate interesado en sus asuntos y averigua cómo puedes apoyarlos. Acércate a ellos con una frase o un gesto cariñoso y hazlos sentir queridos y especiales.

3- Evita que la conversación toque el pasado negativo. Fomenta el recuerdo de las vivencias divertidas, positivas y agradables. Reconoce sus logros y hazlo sentir querido y aceptado. Suavizar la vida de otros con nuestros comentarios y actitudes hará que nos sintamos satisfechos.

LA SOLUCION
Una oportunidad para la reconciliación puede ser un viaje para cerrar círculos, tomar todo lo bueno de lo que han vivido juntos y dejar en el pasado lo negativo o lo desagradable para que no les afecte más. Ya sabes que para ser feliz tenemos que poder desprendernos del pasado doloroso, pues sólo así podemos abrirnos sin temor y sin prejuicios a vivir cada experiencia en el presente como si fuese completamente nueva y diferente.
Asume la responsabilidad de tu felicidad. Deja de esperar a que te reconozca, se comporte de una manera diferente o se anime a celebrar tus logros y éxito personal. Acéptalo/a como es, no esperes encontrarlo/a cambiado/a, ve dispuesto/a a darle, a brindarle tu cariño y amistad incondicional. Apóyate en la seguridad y el placer que produce vivir tu independencia emocional, y comparte con el/ella sin temor a perderlo/a.
Mantén siempre una actitud positiva, minimizando lo negativo que pueda presentarse y exaltando lo bueno, lo positivo, lo agradable de ese reencuentro. Así podrás compartir con el/ella un buen momento. No te dejes enganchar por alguna de sus actitudes, comentarios o comportamientos negativos, recuerda que ya no son determinantes para ti, pues tú has adquirido madurez e independencia emocional y ahora estás en posición de dar y no de pedir.