Mostrando entradas con la etiqueta castigo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta castigo. Mostrar todas las entradas

miércoles, mayo 30, 2018

DIA 150: 12 COSAS QUE NUNCA DEBES DECIR A TUS HIJOS

  1. Calificativos despectivos, negativos: eres bruto, tonto, bestia, ignorante, incapaz, ocioso, perezoso, sucio, cochino, mocoso, lento, feo, monstruo, etc.
  2. Desmerecerlo, desvalorarlo: "Nunca haces nada bien". "Todo lo haces mal". "¿No puedes hacer algo bien?"
  3. No apreciar lo que sí hace bien: "eso no es nada", "eso lo puede hacer cualquiera", "no tiene mayor mérito", "no le veo el valor", "pudiste haberlo hecho mejor"
  4. Premoniciones catastróficas: "Nunca vas a llegar a ser alguien en la vida", "nunca vas a lograr nada", "siempre serás un fracasado"
  5. No usar las palabras como un arma para lastimar, avergonzar, humillar y/o menospreciar
  6. Evitar usar sobre-generalizaciones: "Tú nunca...", "tú siempre...", "tú nada...", "tú todo..."
  7. No minimizar lo que le duele, frustra o lastima: "Eres demasiado sensible", "eres un llorón". Tu hijo o hija no tiene la experiencia que tú ni procesa las cosas del mismo modo que lo haces tú. Ayúdale a comprender sus emociones y a manejarlas saludablemente
  8. No compararlo con sus hermanos o con otros chicos; porque es único y más bien aprender a aceptar su individualidad
  9. No tratarlo como a un objeto, una pertenencia, un mueble ni un esclavo
  10. Rechazar sus expresiones de afecto: "No me abraces", "no me gusta abrazarte"
  11. Hacer que no se sienta amado: "No te quiero", "te odio"
  12. Hacerle sentir que no vale nada: "No debiste haber nacido", "no sé por qué estás vivo", "no debí traerte al mundo", "mal nacido", "no fuiste deseado", "no sirves para nada".

domingo, abril 29, 2018

DIA 119: 7 IDEAS PARA DISCIPLINAR NIÑOS

1) Tener un vinculo cercano con el niño. Mucho de tocarse, mucho de mirarse, de ser cómplices. Solo por que sí, no por una razón especifica. Los niños están hechos para decir que no cuando no hay un vinculo cercano. Ni modo que se fueran con cualquier extraño por ahí. Es como un mecanismo de defensa decir que no.

2) Interesarse más cuando hace las cosas bien que cuando "se porta mal". Estar ahí dando abrazos y besos o un "muy bien" cuando pasa un rato sin hacer alguna travesura. "Oh que bien Pedrito, te has quedado muy tranquilo en la sala sin armar algún escándalo". Te agradezco mucho que así pude cocinar tranquilo sin problemas y ahora podemos comer un rico almuerzo. 

3) Cuando tienes que lograr que el niño haga algo urgentemente, haz uso del contacto físico nuevamente. Antes de pedir, te sientas, lo tomas en brazo o le acaricias el pelo, logras que te mire, creas un ambiente "agradable". Háblale de cosas triviales y entretenidas, entra en simpatía y luego dile "qué entretenido, amor, vamos que ya es hora de lavarse los dientes, yo te acompaño".

4) Si está haciendo algo indebido y ya no hay mas que ponerle un "párale", lo primero es que tú estés centrada y en control de tu ser. Debes ser como el piloto del avión, que en turbulencia está en extremo tranquilo y confiado de sus habilidades y le transmite esa tranquilidad a los pasajeros. ¿No te has fijado que el piloto te da una orden y tú la cumples sin chistar? ¡¡Y eso que eres una adulta!! Con los niños es lo mismo. Si estas teniendo problemas para tranquilizarte porque "mi hijo debería hacer xxxx", piensa por un segundo por qué tu hijo "NO DEBERÍA", encontrarás muchas razones que justificarán su actuar. Con esa tranquilidad vas y tranquilamente le das una indicación. Amor, eso no está bien. Anda, recojamos lo que rompiste" (que participe, que le cueste trabajo y que entienda que debe reparar lo que hace de mal). 

5) Si tu hijo está en modo "pataleta", déjalo pues, acompáñalo, que saque lo que tiene. Ayúdalo a ponerle nombre a lo que le pasa pero sin "sermonear", no es el momento de educar. "Dale, estás enojado, llora, está bien, sin golpear, vamos que no te gustó que te dijera que no, a mi tampoco me gusta eso, porque es muy entretenido jugar con las cosas de mamá". Eventualmente el niño irá transitando del enojo a una etapa mas de comprender y acordar, de un odio extremo a un enojo condicionado y eventualmente se calmará, "se adaptará a la situación". Eso es bueno porque la frustración y su manejo es algo que se aprende y la única forma de aprenderlo es frustrarse 40 mil veces y llegar al final del camino a la calma. Si no se frustra ahora y no se logra calmar, de adulto se le dificultará más hacerlo. No hay que desesperarse ante las pataletas, hay que dejar que sigan su proceso. Luego que se calmó, ahora sí le educamos y le decimos qué estuvo mal y qué debemos hacer en esos casos. Con firmeza, seguridad de piloto de avión y con amor y compasión. 
Funciona y genera los mejores resultados aun cuando se ha probado de todo, incluso castigos (que no funcionan).

6) Las alternativas son mejores. Por ejemplo: ¡no rayes la pared! Mejor en éste cuaderno, yo te hago una casita y tu la pintas...etc etc. Dar alternativas también enseña a los niños a manejar las frustraciones: ésto no se puede, pero hay otro camino. Así no, pero debe haber otra manera.

7) Testimonio de una madre: Yo seguí con mi primer hijo la desgraciada tradición de "el bofetazo a tiempo". Con el paso del tiempo, mucho estudio y análisis, introspección, etc., me vi como madre maltratadora sustentada en pura ignorancia e irracionalidad. No hay lógica, no aguanta análisis. Más aún, cuando me vi en la necesidad de advertir y enseñar a mi hijo sobre su seguridad e integridad, cuando quise decirle que su cuerpo es sagrado y nadie tiene derecho ni razón para maltratarlo, comprendí lo absurdo de someterlos a obediencia con agresiones físicas; tremenda contradicción decirle que debe ser respetado pero es transgredido en su propia familia. 
¿Cómo les protegemos y enseñamos a exigir respeto si nosotros mismos les infringimos violencia física?

domingo, octubre 15, 2017

25 FRASES PARA CALMAR HIJOS FURIOSOS

Ya sea que tu hijo o hija sea tranquilo, que su mecha se tarde en encenderse o que explote ante la primera provocación, nunca está de más conocer sobre control de la ira. Finalmente somos nosotros como padres quienes debemos controlarnos en su totalidad sin dejarnos llevar por nuestro enojo. Por ello, aquí les dejamos 25 frases que podemos utilizar en estas situaciones en que debemos mantener la cabeza fría con nuestros pequeños, y hasta con nuestros adolescentes.
1. En vez de: “¡Deja de aventar/tirar las cosas!”
Intenta: “Veo que estás aventando tus juguetes, ¿no quieres jugar con ellos? ¿Eso es lo que está pasando?”

Esta técnica de hablante/escucha está diseñada para ayudarnos a comunicar nuestros sentimientos de una manera no confrontacional. No solamente permite que las vías de comunicación se abran, sino que también te permite plantear la situación desde tu perspectiva, lo que le permite al niño replantear la misma situación desde su perspectiva.

2. En vez de: “¡Los niños grandes no hacen X!”
Intenta: “Los niños grandes, incluso los adultos tenemos sentimientos y está bien, algunos de éstos son pasajeros”.

Seamos honestos, entre más grandes tus niños sean, más grandes serán sus problemas y más grandes serán sus emociones. Decirles que los niños grandes no sienten enojo, frustración, ansiedad, lo que sea, es simplemente mentirles. Esta frase, en cambio, también los motiva a manejar y procesar sus emociones de una forma sana.

3. En vez de: “¡No te atrevas a pegar!
Intenta: “Está bien enojare, pero no puedo dejar que pegues. Debemos mantenernos seguros a todos”.

Ésta establece perfectamente que la emoción está bien, pero la acción no. Separar estos dos elementos hará que tu niño aprenda, efectivamente, a hacer esta separación.

4. En vez de: “¡Estás siendo bien difícil!”
Intenta: “Ésta es complicada ¿no? Pero vamos a entenderla y superarla juntos”.

Cuando los niños están que no lo calienta ni el sol, debemos entender por qué. Esta frase refuerza la idea de que están en el mismo equipo, trabajando para el mismo objetivo.

5. En vez de: “¡Ya, suficiente! ¡Estás fuera!”
Intenta: “Vamos a calmarnos los dos y encontrar nuestro punto juntos”.

Esto cambia la idea de “afuera” a “adentro”, permite así la reconexión en vez del aislamiento.
6. En vez de: “¡A lavarse los dientes ya!”
Intenta: “¿Te gustaría lavarle los dientes a Elmo primero y luego a los tuyos?”

Los pequeños a veces se frustran cuando no tienen control de su ambiente, bueno, todos. Pero con esta frase, le ofreces una opción, una forma de control en donde ellos tienen el poder de elegir.

7. En vez de: “¡Cómete tu comida o te vas a quedar sin hambre!”
Intenta: “¿Cómo podemos hacer que la comida sea más rica?”

Esto le da al pequeño una responsabilidad de encontrar una solución.

8. En vez de: “¡Este cuarto está asqueroso! No puedes salir hasta que esté limpio”.
Intenta: “¿Qué te parece si empezamos a limpiar esta esquina desordenada? Yo te ayudo”.

En vez de centrar toda tu atención a terminar una tarea que se ve imposible, intenta plantear la meta más sencilla. Sobre todo si es una tarea que a nadie le gusta hacer, lo importante es iniciarla.

9. En vez de: “¡Ya estuvo! ¡Nos vamos!
Intenta: “¿Qué te falta para que estés listo para irnos?”

Permite a los niños que piensen en los procesos de transición de sus vidas. Esto va a ayudar frente a una pelea de poder y les va a dar una oportunidad para pensar en que están haciendo el paso a una nueva actividad. También es una rutina excelente para cuando hacen juegos de rol y no están yendo realmente a ningún lado.

10. En vez de: “¡No te estés haciendo berrinche!”
Intenta: ¿Qué te parece si me lo vuelves a decir en tu voz normal?”

Algunos niños hacen berrinche sin siquiera darse cuenta. Al pedirles que lo digan en un tono normal, les enseñas a que la forma en que dices las cosas es muy importante.
11. En vez de: “¡Ya no te estés quejando!”
Intenta: “Ya te escuché. ¿Se te ocurre alguna solución?”

De nuevo, esto le da la responsabilidad al niño. La próxima vez que se esté quejando de la escuela/hermanos/comida/, mejor realicen una lluvia de ideas para llegar a una solución. Con esto debes recordarle que no hay respuesta incorrecta y que entre más boba sea, mejor.

12. En vez de: ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir?”
Intenta: “Creo que no me escuchaste la primera vez. ¿Qué te parece si te lo digo y me lo repites?”

Hacer que tu niño repita el mensaje, hacer más fuerte el mensaje. Variar en el volumen y tono le da un elemento divertido.

13. En vez de: “Ya no te frustres”.
Intenta: “¿Está demasiado complicado? ¿Qué te parece si nos damos un descanso y regresamos en 52 minuto?”

Suena muy aleatorio, pero se ha estudiado que la mayor productividad se realiza en un ritmo de trabajo de 52 minutos y un descanso de 17. Al descansar de tareas estresantes, permite regresar a ellas con mejores ánimos y otra perspectiva, más concentrados que antes. Y es lo mismo para la tarea, para el piano, para cualquier deporte.

14. En vez de: “¡A tu cuarto!”
Intenta: “Bueno, me voy a quedar aquí hasta que estés listo para darme un abrazo”.

Aislar a los niños solamente les da el mensaje de que hay algo mal con ellos. Al darles su espacio hasta que esté listo para reintegrarse, le estás asegurando que siempre estarás para él.

15. En vez de: “¡Me estás avergonzando!”
Intenta: “Vamos a algún lugar privado donde podamos arreglar eso”.

Esto no se trata sobre ti, es sobre él y sus sentimientos. Al quitar a los dos de la situación, le estás recordando ese trabajo en equipo, esto sin prestarle demasiada atención a su conducta.
16. En vez de: (Exhalar y girar tus ojos)
Intenta: (Míralo a los ojos, recuerda las mayores fortalezas de tu niño y dale una sonrisa)

Practica mantener la perspectiva pensando en las virtudes de tu niño.

17. En vez de: “¡Estás insoportable!”
Intenta: “Creo que estás pasando un mal momento, vamos a trabajar juntos en esto”.

Siempre, siempre, separa la conducta del niño, tu niño no es su conducta, más bien, trabaja la emoción y motiva a que encuentren una solución juntos.

18. En vez de: “¡Deja de gritar!”
Intenta: “Voy a imaginar que le voy a soplar a tus velitas de cumpleaños. ¿Me quieres ayudar?”

La respiración profunda ayuda a calmar completamente el cuerpo y hacerlo a través de un juego lo hace más sencillo. Para los niños mayores, tal vez sea más efectivo que quieran respirar como Darth Vader.

19. En vez de: “¡Ya no puedo contigo en este momento!”
Intenta: “Me estoy frustrando, pero voy a estar aquí calmándome”.

Enséñales cómo identificar y controlar sus emociones al darles un modelo en tiempo real.

20. En vez de: “¡Ya! ¡Es mi última palabra!”
Intenta: “Te amo y necesito que entiendas que no está bien que ______. ¿Hay algo que yo deba entender?”

Dale a los niños una forma visual de expresarse cómo se sienten, te puede sorprender lo que pueden decir y la clase de soluciones al problema que pueden encontrar.
21. En vez de: “¡Yo NO voy a cambiar!”
Intenta: “Lamento que no te parezca como _____. ¿Hay algo que podamos hacer para la próxima?”

Cambiar la atención del problema a la solución, elimina el conflicto de poder asociado al mismo problema.

22. En vez de: “¡Deja de decir que no!”
Intenta: “Escucho que estás diciendo mucho que no. Entiendo que algo no te gusta, pero vamos a trabajar en ver qué podemos hacer distinto”.

Al reconocer las negativas de tu niño, estás disminuyendo el problema. En vez de hacer una discusión de sí y no, hay que hacer una para encontrar la solución.

23. En vez de: “¡Ya no te enojes!”
Intenta: Entiendo que te puedes enojar. Vamos a intentar nuestro grito de guerra”.

Cuando gritamos al estar lastimados físicamente, podemos interrumpir los mensajes de dolor mandados por nuestro cerebro. Y aunque no esté lastimado físicamente, un grito de guerra puede funcionar para liberar toda la energía de furia de una forma lúdica.

24. En vez de: “¡No exageres!”
Intenta: “Estás teniendo una emoción muy fuerte, que ocasiona una reacción muy fuerte. Pero si la emoción fuera un monstruo, ¿cómo sería?”

Cuando los niños están cansados, hambrientos o hiperactivos, vamos a exagerar. Darle una cara a la emoción hace más externo el problema y le permite al niño responder a su monólogo interno. Esto ayuda subsecuentemente a controlar la emoción cada vez más.

25. En vez de: “¡Suficiente!”
Intenta: “Estoy aquí para ti. Te amo. Estás a salvo. (Entonces siéntate en calma con tu niño y permite que la emoción pase)”

Cuando los niños están en ese punto de furia o pánico, sus cuerpos están experimentando una respuesta al estrés. Hacerlos sentir seguros, los apoya hasta que estas emociones pasen. Esta es una habilidad vital de resiliencia.

Fuente: Perfecto guru

sábado, octubre 25, 2014

10 ERRORES AL EDUCAR A LOS HIJOS

Todos cometemos errores al educar a nuestros hijos.
Estos son las 10 fallas más habituales 
que solemos cometer en nuestra labor de padres.

sábado, noviembre 23, 2013

REFLEXION QUE TE HARA LLORAR




La realidad de todo padre, la realidad de la vida... la realidad es que sería muy bueno compartir este vídeo con quienes necesiten saber lo que hace falta para ser mejores seres humanos, mejores amigos, mejores padres.... mejores personas...




domingo, septiembre 23, 2012

LAS VOCES DE LOS NIÑOS FRENTE AL CASTIGO




El castigo es una forma de modificación de conducta que emplean los padres para hacer que sus hijos vayan por el buen camino, para que  se porten mejor o para que cambien una mala conducta. El castigo parte de la idea equivocada de que para que un niño se porte bien, primero tenemos que hacerlo sentir mal.
En mi experiencia como psicóloga infantil, he podido comprobar que esto no ocurre, por el contrario, genera mucho resentimiento, rebeldía, miedo y retraimiento por parte de los niños, consecuencias que los padres no consideramos cuando usamos esta medida disciplinaria.
Comparto con ustedes algunas opiniones de los niños frente al castigo, que he recogido en mis conversaciones con ellos. Estas son su voces. Escuchémoslos y aprendamos de ellos:
 “Cuando una vez mi papá me empujó, me asusté mucho… pensé no me quería”  Alvaro, 9 años
“La verdad que no entiendo porqué los padres castigan si uno no aprende nada. Porque no hablas con mis papás?” Nicole, 11 años
“Los profesores no tienen paciencia, cuando haces algo que no les gusta, sólo te castigan, te sacan del salón y nunca te enseñan nada, sólo saben vengarse”  M. José 14 años
“Mi mamá me contó que le están enseñando a no castigar. La quiero mucho” José, 5 años
 “Ya aprendí cómo  engañar para  que ya no me castiguen” Sebastián, 10 años
“Yo hago caso a mi papá, porque él me prometió que nunca más me iba a castigar, entonces yo tengo ganas de hacerle caso”  Isabel (8 años)
“A los niños no se les debe castigar”  Rodrigo (10 años)
“Cuando la miss me manda a la “mesa de pensar” pienso que soy un niño malo, porque allí solo mandan a los niños malos”  Adriano, 4 años
“Cuando los padres son estrictos (refiriéndose a los padres que castigan) los niños no hacen caso, pero si son buenos y conversan con los niños, ellos les hacen caso. Por eso, nunca seas estricta con los niños que vienen acá y te van a querer y te van a hacer caso en todo”  Matías 7 años
 “Cuando me mandan a mi cuarto, me da mucha cólera y odio a mi mamá! Al final le digo algo para que me deje salir”  Stefano, 8 años
“A mis padres solo les importa mis notas, si no me saca buena nota, me castigan. Nunca me preguntan cómo me siento”  Raúl, 10 años
 “Me castigan por todo, ya no me importa”  Renato, 14
“Mis papás creen que quitándome las cosas voy a aprender”  Miguel, 11 años
 “¿De verdad te puedo contar todo? Porque tengo como un nudo aquí dentro (señalándose el pecho) que nunca se lo he contado a nadie”  Mathias (9 años)
 “…¿Por qué algunos padres castigan a sus hijos?”  Nicolás, 10 años
EL CASTIGO NO EDUCA!!!
 Gina Graham
Psicóloga-Psicoterapeuta Infantil
Certified Positive Discipline Parenting & Classroom Educator
Fuente: Crianza Positiva