Mostrando entradas con la etiqueta cerebro masculino. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cerebro masculino. Mostrar todas las entradas

miércoles, marzo 07, 2012

EL CEREBRO MASCULINO (9)

Los chicos no pueden entender por qué a las chicas les gusta hablar tanto o por qué necesitan compartir cada detalle específico.

Los chicos hablan acerca de juegos y objetos, las chicas hablan acerca de personas y relaciones.

Y estas diferencias, también, pueden ser fomentadas por las hormonas.

HABITOS DE APAREAMIENTO

Los investigadores han hallado que cuando un hombre se siente atraído sexualmente hacia una mujer, querrá tener sexo con ella lo antes posible.

En el caso de los hombres que formaron parte del estudio, esperar una semana o más les parecía mucho tiempo.

Las mujeres, por otro lado, deseaban esperar hasta 3 veces más tiempo.

En la forma más básica, para un hombre, ganar el juego del apareamiento significa que su ADN y sus genes trascenderán hacia la próxima generación.

Aunque el hombre no está pensando esto conscientemente, la parte de los instintos en su cerebro sabe que con cuantas más mujeres tenga sexo, más probabilidades tendrá de tener descendencia.

Mientras tanto, el cerebro femenino intenta discernir si el hombre tiene lo que se requiere para ser un buen protector y proveedor.

Los investigadores han hallado que esto es cierto independientemente del nivel de instrucción de la mujer o de su independencia económica.

Como los hombres bien lo saben, ellos tienen que desarrollar y refinar una serie de maniobras tácticas de galantería, ya que las mujeres tienen distintos objetivos en cuanto a apareamiento en comparación con los hombres.

El cerebro femenino desea la esperanza de amor y compromiso antes de tener relaciones sexuales, pero para los hombres, el sexo frecuentemente es primero.

Los investigadores han demostrado que no existe mejor afrodisiaco para las mujeres que el hecho de que su hombre demuestre dominio y fortaleza.

Aunque los humanos y los animales presentan diferencias en sus estrategias de apareamiento, los científicos han podido observar algunas curiosas similitudes.

Uno de los ejemplos más coloridos de las tácticas animales lo observamos en la lagartija de manchas laterales.

Convenientemente, los machos presentan 3 distintos colores de cuello que coinciden con sus estilos de apareamiento.

Los machos de cuello naranja utilizan la estrategia de harem del macho alfa: Protege a un grupo de hembras y se aparea con todas ellas.

Los machos de garganta amarilla se escabullen en el harem de la lagartija de cuello naranja y se aparea con las hembras en cualquier oportunidad que puede.

Los machos de garganta azul utilizan la estrategia de exclusividad, es decir, se aparean con una sola hembra y la protegen las 24 horas del día.

Desde una perspectiva biológica, tanto las propuestas del líder del harem de cuello naranja, como del escabullidizo garganta amarilla, y del garganta azul de una sola hembra, son estrategias de apareamiento exitosas para las lagartijas y también para los humanos.

La mayoría de mujeres desearía que su pareja fuese como el de garganta azul.

LA HORMOMA DE LA MONOGAMIA = genes receptores de vasopresina en el cerebro.


[continuará...]

Resumen de las investigaciones de Louann Brizendine, M.D.

http://www.psicologosperu.com/

lunes, marzo 05, 2012

EL CEREBRO MASCULINO (8)

VIENDO EL MUNDO A TRAVES DE LOS OJOS MASCULINOS

Si una mujer pudiese ver el mundo a través de “lentes masculinos”, quedaría atónita de cuán diferente sería su perspectiva.

Cuando un niño ingresa a la pubertad y su cuerpo y voz cambian, sus expresiones faciales también cambian, y también cambia la forma cómo él percibe las expresiones faciales de las demás personas.

Pueden echarle la culpa a las hormonas.

Un propósito clave de una hormona consiste en producir nuevos comportamientos modificando las percepciones de nuestro cerebro.

La testosterona y la vasopresina alteran el sentido de la realidad en un adolescente varón.

En forma similar, el estrógeno y la oxitocina modifican la forma como las adolescentes perciben la realidad.

Los cambios hormonales de las chicas preparan sus cerebros para establecer conexiones emocionales y relaciones, mientras que los cambios hormonales de los chicos los preparan para conductas enérgicas y territoriales.

A medida que vayan alcanzando la masculinidad, estas conductas les ayudarán a defenderse y proteger enérgicamente a sus seres queridos.

Pero primero, necesitarán aprender cómo controlar dichos impulsos innatos.

La vasopresina dirige hormonalmente a su cerebro para que vea los rostros neutrales de las personas como poco amigables.

Investigadores en Maine sometieron a prueba las percepciones de los adolescentes con respecto a rostros neutrales aplicándoles un spray nasal de vasopresina.

Hallaron que, bajo la influencia de esta hormona, las adolescentes clasificaban los rostros neutrales como más amigables, pero los adolescentes varones clasificaban los rostros neutrales como menos amigables e incluso hostiles.

Esto puede explicar por qué el rostro de un adolescente varón puede parecer enojado cuando en realidad está aburrido.

Los biólogos evolucionistas consideran que el hecho de percibir los rostros como más enojados de lo que realmente están, tiene un fin adaptativo para los varones.

Les permite evaluar rápidamente si deben pelear o huir.

Al mismo tiempo aprenden a ocultar sus emociones.

Algunos científicos plantean que los humanos masculinos han conservado el vello facial y las barbas, incluso en climas más cálidos, con el fin de parecer más fieros y ocultar sus verdaderas emociones.

En la jerarquía masculina de los primates y de los seres humanos, el rostro enojado se emplea para conservar el poder.


Y los rostros más enojados generalmente pertenecen a los hombres con mayores niveles de testosterona, según las investigaciones.

Un estudio de varones adolescentes en Suecia reveló que aquellos que tenían más testosterona reaccionaban más agresivamente a las amenazas.

Dichos adolescentes con mayores niveles de testosterona también reportaban ser más irritables e impacientes.

Y en otro estudio, los niveles de testosterona aumentaban en respuesta a ver un rostro enojado, activando así los circuitos cerebrales de agresión.

Por lo tanto, los rostros enojados (sean reales o imaginarios) encienden el ánimo masculino por pelear.

Los adolescentes que posean un menor nivel de testosterona y vasopresina, no se sentirán tan animados a pelear ni se sentirán obligados a competir y ganar.

Dicha mezcla de hormonas los puede volver irritables y, en algunos casos, irracionales.

[continuará...]

Resumen de las investigaciones de Louann Brizendine, M.D.

http://www.psicologosperu.com/

domingo, marzo 04, 2012

EL CEREBRO MASCULINO (7)

ABURRIDO Y CON SUEÑO

El reloj biológico del sueño en un cerebro masculino empieza a cambiar cuando tiene 11 o 12 años de edad.

Los receptores de testosterona reconfiguran sus células cerebrales de temporalidad de forma que el adolescente se queda hasta muy tarde en la noche y duerme hasta más tarde en la mañana.

Para cuando un adolescente varón cumple 14 años, su nuevo patrón de sueño se desplaza una hora más en comparación con el de las chicas de su edad.

Este cambio cronológico es solo el inicio de la falta de sincronización con el sexo opuesto.

De ahora en adelante, hasta que sus compañeras pasen por la menopausia, los chicos dormirán y se despertarán más tarde de lo acostumbrado.

En la actualidad, la mayoría de adolescentes varones reportan dormir solo de 5 a 6 horas durante los días de escuela, aun cuando sus cerebros requieren por lo menos 10 horas de descanso.

Algunos padres tienen que desconectar el internet si quieren que sus hijos duerman.

Si los sistemas educativos y los docentes realmente quisieran que los adolescentes realmente aprendan, retrasarían las horas de inicio en varias horas.

Al menos ello incrementaría las probabilidades de que pudieran permanecer con los ojos abiertos, aun cuando no se pueda eliminar su rostro de aburrimiento.

Los científicos han descubierto que el centro de placer en el cerebro adolescente masculino está casi adormecido en comparación con la misma zona cuando son niños y adultos.

El centro de recompensa del cerebro masculino adolescente se activa con menor facilidad y no es suficientemente sensible para sentir niveles normales de estimulación.

No actúan aburridos sino que están aburridos y no lo pueden evitar.

Cuando Erin McClure y sus colegas del National Institute of Mental Health escanearon cerebros de adolescentes mientras éstos observaban imágenes impactantes de cuerpos mutilados y grotescos, notaron que dichos cerebros adolescentes no se activaban tanto como sucedía con los cerebros de niños y de adultos.

Como lo saben muchos profesores de educación secundaria, el cerebro masculino adolescente necesita ser intensamente impactado o asustado para que se active siquiera un poquito.

La cantidad de estimulación que se requiere para impactar a un adulto, apenas hará que reaccione un adolescente varón.

Si deseamos que ellos reaccionen lo suficiente para gritar o saltar, tendremos que intensificar tal vivencia con sonidos, luces, acción y sangre.

Por eso es que a los adolescentes varones les gustan los efectos especiales de sangre y las películas de acción.

Esta preferencia quizás no varíe al llegar a la adultez (como bien lo saben los directores de películas), pero los hombres adultos no necesitarán sentir la misma intensidad que cuando eran adolescentes y estaban en busca de emociones.

Gran parte de las reacciones de ira del adolescente masculino está siendo activada por la nueva forma en que su cerebro masculino está vivenciando el mundo y las personas que lo habitan.

[continuará...]

Resumen de las investigaciones de Louann Brizendine, M.D.

http://www.psicologosperu.com/

sábado, marzo 03, 2012

EL CEREBRO MASCULINO (6)

LA GUERRA DE LAS TAREAS

Los adolescentes varones no están tratando de hacerse los difíciles.

Es solo que sus cerebros aún no están configurados para dedicarle mucho tiempo a pensar en el futuro a largo plazo.

Hacer que los chicos estudien y hagan su tarea ha sido siempre una batalla para los padres más que con las chicas, y con las tentaciones tecnológicas del mundo de hoy, esta batalla puede percibirse como una guerra.

Estudiar en vez de hacer algo divertido por internet simplemente no tiene sentido para los chicos adolescentes.

Las investigaciones demuestran que se requiere sensaciones extraordinariamente intensas para activar los centros de recompensa del cerebro adolescente varonil, y realizar tareas no es una de ellas.

Un recurso para los padres consiste en disciplinarlos avisándoles anticipadamente que podrían pasar un tiempo PRUDENTE sin los videojuegos, sin su teléfono celular o sin televisión VERSUS un par de entradas a su partido o concierto favorito o cualquier otra cosa que le agrade al adolescente si es que mantiene un buen promedio y entrega todas sus tareas.

Se sorprenderán cuando vean que las notas de su hijo mejorarán inmediatamente.

Nos corresponde hallar la forma de que los adolescentes se lo tomen en serio (algunas técnicas son: lluvia de ideas, ensayo/error, acuerdos parentales, refuerzos positivos cuando realizan las conductas deseadas, consultoría psicológica, etc.).

Muchas de las normas en nuestro sistema escolar entran en conflicto directo con los cerebros aventureros de los varones adolescentes en busca de libertad.

Entonces no debería sorprendernos el hecho de que los adolescentes varones provoquen el 90% de los disturbios en el salón de clase ni que 80% de las deserciones en secundaria se trate de varones.

Los adolescentes varones suelen obtener el 70% de las calificaciones D y F.

Y no ayuda el hecho de que las horas de inicio de clases estén totalmente fuera de sincronización con el ciclo de sueño del cerebro adolescente.

Son suficientemente inteligentes para obtener excelentes notas es simplemente que no les interesa.

Nota del psicólogo Luis Venegas: Aquí estamos hablando de generalidades. Evitemos sobre-generalizar. Siempre habrá excepciones a la regla. Y recuerden que hay que tener en cuenta las características individuales de cada uno.

[continuará...]

Resumen de las investigaciones de Louann Brizendine, M.D.

http://www.psicologosperu.com/

viernes, marzo 02, 2012

EL CEREBRO MASCULINO (5)

EL CEREBRO ADOLESCENTE

Un tsunami de testosterona

Entre las edades de 9 y 15 años, el circuito cerebral masculino, con sus miles de millones de neuronas y trillones de conexiones, empieza a activarse a medida que su nivel de testosterona se eleva veinte veces más.

De allí en adelante, la testosterona masculiniza biológicamente todos los pensamientos y comportamientos que emerjan del cerebro.

Estimula el rápido crecimiento de los circuitos cerebrales masculinos que se estuvieron formando antes de nacer.

Asimismo hace que sus testículos crezcan, activa el crecimiento de sus músculos y huesos, hace que crezca barba y vello púbico, hace que su voz se torne más profunda y que su pene se alargue y engruese.

Igualmente hace que los circuitos cerebrales sexuales, en su hipotálamo, crezcan más del doble en comparación con el cerebro de las niñas.

El cerebro masculino ahora está estructurado para priorizar en su mente la búsqueda de satisfacción sexual.

A inicios de la pubertad, cuando las imágenes de senos y otras partes corporales femeninas inundan la corteza visual cerebral, algunos muchachos se preguntan si no se estarán convirtiendo en “pervertidos”.

Les tomará algún tiempo acostumbrarse a su renovado interés por las chicas, el cual funciona en piloto automático.

El sexo no es la única cosa que pasa por la mente de un adolescente varón.

A medida que la testosterona va inundando las células cerebrales del adolescente, va estimulando a una hormona denominada vasopresina.

Juntas, la testosterona y la vasopresina, hacen que el cerebro se torne territorial acerca de su cuarto y sensible a las críticas de sus compañeros, ya sean supuestas o reales.

Y cuando estas hormonas se mezclan con la hormona del estrés, denominada cortisol, sobrecargan su cuerpo y mente, preparándolo para la respuesta de pelear o huir con respecto a los desafíos en su mundo.

Nuestros cerebros se han venido conformando a través de cientos de miles de años de vivir en grupos jerárquicos.

Y aunque no todos los adolescentes varones desean ser “los reyes de la colina”, sí desean estar más cerca de la cima del poder y alejarse de los últimos lugares en lo posible.

Y ello puede significar asumir riesgos que pueden meterlo en problemas.

Mensaje para los padres de hijos adolescentes varones:

“No se preocupen. Se requiere unos 8 a 9 años para que el cerebro adolescente complete el remodelado que se inició al ingresar a la pubertad. Sus circuitos cerebrales reforzados hormonalmente se estabilizarán al final de su adolescencia o luego de cumplir veinte años”.

“Su hijo es como cualquier otro chico adolescente que ha pasado por el Planeta Tierra. Va a ver videos pornográficos, va a rehuir de las tareas, va a involucrarse en peleas y se le va a caer la baba por las chicas. Una vez que pase esta etapa, volverá a entrar en razón”.

[continuará...]

Resumen de las investigaciones de Louann Brizendine, M.D.

http://www.psicologosperu.com/

jueves, marzo 01, 2012

EL CEREBRO MASCULINO (4)

La ley del más fuerte importa más a los niños varones.

Los estudios han demostrado que a la edad de 2 años, el cerebro del niño varón lo impulsa a establecer dominancia física y social.

Entre las niñas también se establece cierta jerarquía de dominancia pero esta es más fluida y puede variar.

En los niños varones, al final de la segunda sesión de juegos, los niños varones unánimemente acuerdan acerca de la posición de cada niño en el ranking, y esa posición suele permanecer estable por algún tiempo.

¿Cómo saben los niños tan rápidamente quién es fuerte y quién no?

Mientras que los niños más grandes generalmente ocupan un lugar más alto en el estatus, los investigadores han descubierto que los líderes no siempre son los más grandes.

En un estudio, los niños alfa eran los que rehusaban dar marcha atrás en un conflicto.

Estos niños agresivamente demostraban su fortaleza molestando, intimidando o pegando a los niños que los retaban.

En las pruebas de hormonas que se tomó a todos los niños varones del grupo, resultó que los niños alfa tenían mayores niveles de testosterona que los demás niños.

Y para sorpresa de los investigadores, el rango que un niño había alcanzado en el grupo a la edad de 6 años, predecía dónde estaría en la jerarquía a la edad de 15 años.

Obviamente, solo un niño puede ser el “jefe máximo”, así que el resto debe hallar otras formas de triunfar y evitar ser molestado en el grupo de niños.

Una estrategia consiste en formar una alianza con el niño alfa dándole cosas que él desea y haciéndole favores.

A pesar de cómo las madres se sientan por ello, no obstante, los niños instintivamente saben que deben aprender a triunfar dentro de la jerarquía masculina.

[continuará...]

Resumen de las investigaciones de Louann Brizendine, M.D.

http://www.psicologosperu.com/

miércoles, febrero 29, 2012

EL CEREBRO MASCULINO (3)

Los niños varones pelean entre sí con gusto, compitiendo por juguetes y tratando de vencer al otro.

Juegan así con una frecuencia 6 veces mayor en comparación con las niñas.

Los niños descubren su lugar en el mundo forzando los límites físicos de su organismo, no solo luchando sino también (por ejemplo) compitiendo por quién eructa más fuerte y más largo y así alardear de ello.

Todos los días surge una serie de competencias físicas extremas. ¿Qué tan rápido puedes correr? ¿Qué tan alto puedes subir? ¿Qué tan lejos puedes saltar?

El éxito o fracaso de un niño varón en los deportes u otras competencias puede elevar o bajar su autoestima.

Cuando son jóvenes, los niños varones imitan a sus padres, tíos y primos mayores, y se muestran intrigados particularmente por aquellos que sobresalen como los machos alfa.

Si vas a un zoológico y observas a los monos, verás al macho más poderoso sentado solitario masticando pasto y las crías corriendo alrededor de él y atacándolo por detrás.

Los pequeños monos suelen jugar a situaciones que les será necesario enfrentar en el futuro.
Cuando el macho alfa se harta, espantará a dichos monos jóvenes.

Impávidos, ellos seguirán luchando entre sí, literalmente revolcándose por el piso.

Este juego agitado y brusco se observa también en grupos de niños humanos en todo el mundo.

Cuando ingresan a primer grado, su cerebro se activa más cuando muestran su resistencia y agresión.

Emplear la fuerza física junto con insultos resulta incluso mejor según ellos.

La investigadora de conductas infantiles, Eleanor Maccoby señala: “Esos niños sólo están tratando de divertirse a su manera”.

Esa forma de juego proporciona a sus cerebros una recompensa masiva que los hace sentir bien en la forma de un incremento de neurotransmisores de dopamina.

Este neuroquímico, dopamina, ejerce una función de recompensa o refuerzo adictivo (al cerebro le gusta y quiere más), por eso es que los niños siempre están buscando lo emocionante del siguiente reto.

Por eso les gusta las películas de terror, las casas embrujadas y retarse a correr riesgos.

Los niños no necesariamente quieren resultar lastimados, peo generalmente piensan que la emoción lo vale.

Las madres se alegran cuando al terminar el día no han tenido que ponerles hielo o vendas en alguna parte del cuerpo de sus hijos.

En la escuela, los estilos de juego de los niños y las niñas en grupo se diferencian, y son los mismos niños y niñas los que se auto-imponen la segregación por sexos.

En estudios de observación se halló que, a nivel mundial, los niños en los patios de juego luchan, arman trifulcas y fingen pelear frecuentemente; mientras que las niñas no.

Además de sus estilos de juego diferentes, a los niños y a las niñas también les disgusta jugar juntos porque, como lo demuestran las investigaciones, para cuando los niños varones están en primer grado, ya no les prestan mucha atención a las niñas ni escuchan lo que ellas dicen.

En un estudio de niños varones en un salón de primer grado en Oregón, se halló que los niños varones prestaban más atención primero y principalmente a lo que otros niños varones decían.

Los profesores ocupaban el segundo lugar y las niñas ocupaban un distante tercer puesto, si es que las consideraban de alguna manera.

A decir verdad, ignorar a las niñas suele ser lo más común.

Los investigadores en un estudio, realizado en un patio de juegos de kindergarten irlandés, observaron que los niños varones monopolizaban los triciclos y bicicletas y jugaban a los choques, mientras que las niñas tenían el cuidado de no chocar con los triciclos de los demás niños ni con ninguna otra cosa.

Los niños varones incluso se volvían territoriales y posesivos de sus triciclos, mostrando una disposición a luchar por sus objetos a diferencia de las niñas.

[continuará...]

Resumen de las investigaciones de Louann Brizendine, M.D.

http://www.psicologosperu.com/

martes, febrero 28, 2012

EL CEREBRO MASCULINO (2)

Los investigadores han hallado que para cuando un niño cumple los 7 meses de edad, él puede discernir viendo el rostro de su madre si está molesta o asustada.

Pero para cuando cumple 1 año de edad, él ha desarrollado inmunidad a las expresiones de ella y puede ignorarlas con facilidad.

En el caso de las niñas, sucede lo contrario.

Con un año de edad, los niños varones tratan de alcanzar los objetos prohibidos con mayor frecuencia que las niñas.

Los padres suelen tener que dar el doble de advertencias a sus hijos que a sus hijas.

Los investigadores también hallaron que a la edad de 27 meses, los niños varones, con más frecuencia que las niñas, tomarán más riesgos e incumplirán más normas.

El niño varón es capaz de entregar flores a su madre, decirle que la ama y llenarla de besos y abrazos; pero cuando siente la necesidad de hacer algo, deja de lado las reglas que se le ha enseñado.

Los investigadores han descubierto que los niños y las niñas prefieren los juguetes de su propio sexo, pero las niñas jugarán con juguetes de niños varones mientras que los niños, a la edad de 4 años, rechazarán los juguetes de niñas e incluso juguetes que tengan "color de niña" como el rosado.

Los niños se interesan más en juegos de competencia mientras que las niñas se interesan más en juegos de cooperación.

En un estudio en guarderías infantiles, los investigadores hallaron que los niños pre-escolares tenían 6 veces más probabilidades que las niñas de utilizar objetos domésticos como equipos o armas.

Los niños varones emplean una cuchara como linterna para explorar una cueva imaginaria, convierten a las Barbies en espadas para combatir contra "los malos" y utilizan frijoles como balas.

Para cuando un niño tiene 3 años y medio, el peor insulto es que le digan que es una niña.

Los niños aplauden a sus compañeritos de juego que tienen comportamientos típicos masculinos y consideran todo lo demás como "para niñitas".

Los niños varones hacen dibujos con movimientos dinámicos y escenas de acción.

Ganar es sumamente importante para los niños varones ya que, para ellos, el verdadero propósito del juego consiste en determinar el rango social.

Desde una edad temprana, el cerebro masculino se muestra deseoso de jugar al combate, defender territorio y competir.

Perder es inaceptable.

Para un cerebro masculino joven, el triunfo del vencedor lo es todo.

[continuará...]

Resumen de las investigaciones de Louann Brizendine, M.D.

http://www.psicologosperu.com/

lunes, febrero 27, 2012

EL CEREBRO MASCULINO (1)


EL CEREBRO DE LOS NIÑOS VARONES

No es necesario estudiar neurociencias para saber que a los niños varones les gusta todo lo que sea acción y aventura.

Los niños varones están programados para: moverse, hacer que las cosas se muevan y ver cosas que se mueven.

Los científicos antes creían que dicho comportamiento estereotípico era consecuencia de la socialización, pero ahora se sabe que la motivación por el movimiento viene incorporado biológicamente en el cerebro masculino.

Durante el desarrollo fetal, las hormonas (testosterona y estrógeno) estimulan diversas áreas y genes del cerebro masculino y femenino.

En el caso de los niños varones, se activan los genes de:

1) perseguir objetos que se mueven,
2) apuntar a objetivos,
3) probar su propia resistencia y
4) jugar a luchar contra enemigos.

Simplemente siguen sus impulsos biológicos.

Los estudios demuestran que desde una edad temprana, los niños varones se interesan en actividades distintas en comparación con las niñas.

Dichas diferencias se ven reforzadas por la cultura y la crianza, pero tienen su origen en el cerebro.

A la edad de seis meses, las niñas observan los rostros durante más tiempo y hacen contacto visual con casi todos.

Pero los bebés varones no pasan tanto tiempo estableciendo contacto visual como las niñas.

No hay nada malo en ellos.

Es solo que su cerebro masculino no considera a los rostros y las miradas tan interesantes como los aviones de juguete y otros objetos móviles.

Durante el desarrollo fetal, el cerebro masculino se va formando en 2 etapas.

Durante las primeras 8 a 18 semanas, la testosterona de sus diminutos testículos "masculinizan" su cuerpo y cerebro, formando los circuitos cerebrales que controlan los comportamientos masculinos.

La hormona denominada testosterona empieza a hacer que algunos de sus circuitos cerebrales se desarrollen y que otros se marchiten y mueran.

Durante los posteriores meses del embarazo, la hormona anti-mülleriana, también conocida como sustancia inhibidora mülleriana, se une a la testosterona y "desfeminiza" el cerebro y cuerpo del bebe varón.

Suprime los circuitos cerebrales responsables del comportamiento femenino y elimina los órganos reproductivos femeninos.

Se desarrollan sus órganos reproductores masculinos: el pene y los testículos.

Los científicos descubrieron que cuando a los ratones les extraían la hormona anti-mülleriana, no desarrollaban la conducta exploratoria típica de los ratones machos sino que desarrollaban las conductas de las hembras.

Los circuitos cerebrales en el caso de las niñas se establecen y desarrollan al no recibir los efectos de la testosterona ni de la hormona anti-mülleriana.

Por lo tanto, los padres (en vez de pensar que están haciendo algo mal con su hijo varón, o que algo malo le pasa a su hijo) pueden relajarse y empezar a apreciar la masculinidad de su hijo varón.

[continuará...]

Resumen de las investigaciones de Louann Brizendine, M.D.

http://www.psicologosperu.com/