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viernes, febrero 02, 2018

DIA 33: SIEMBRA, LUEGO COSECHA

El éxito y la mediocridad son absolutamente previsibles porque siguen la ley natural e inmutable de la siembra y la cosecha.
Si quieres cosechar beneficios mayores, debes sembrar más servicio, contribución y valores.
La verdad es esta: No hay excepciones a la ley de la causalidad.
Primero se siembra y después se cosecha.
Es simplemente imposible cosechar algo que no se ha sembrado.
El éxito es el efecto generado por los pensamientos correctos y las acciones correctas.
Si quieres saber lo que sembraste en el pasado, mira a tu alrededor y ve lo que estás cosechando hoy.

Todo lo que haces o dejas de hacer, cuenta. 
Cada acción tiene una consecuencia, aunque no sea inmediata.
Cuando aceptas la responsabilidad de tu vida, reconoces que eres la causa de todas tus elecciones, decisiones y acciones.
Una vida extraordinaria es simplemente la acumulación de miles de esfuerzos.
Estás donde estás debido a las decisiones que has tomado.
¿Cuáles son las posibles consecuencias de estas acciones?
  • saltar al vacío desde un edificio
  • hacer ejercicios a diario
  • mirar la TV más de 2 horas cada día
  • leer una hora cada día
  • sentarte al sol sin protector solar
  • invertir 10% de tus ingresos
  • usar drogas ilícitas
  • seguir una dieta de granos enteros, frutas y vegetales frescos
  • comer alimentos fritos
  • cruzar corriendo delante de un camión que viene a toda velocidad
  • robar un banco
  • mentirle a tu mejor amigo
  • estudiar mucho en la escuela
  • fumar
  • poner tus metas por escrito
  • beber alcohol en exceso
  • beber solamente un poco de alcohol
  • no beber alcohol
  • estudiar acerca de la crianza de los hijos
  • leer libros sobre el matrimonio
  • tocar una cocina caliente
  • estudiar sobre gente exitosa
  • orar
  • comprar activos que se están desvalorizando
  • gastar más allá de tus posibilidades
  • levantarse a las 5 de la mañana
  • levantarse a las 7 de la mañana
Recuerda: Cuando tomas una decisión, también eliges las consecuencias de esa decisión. 
Si no te gusta lo que cosechas, analiza y cambia lo que siembras.
TÚ DECIDES

jueves, marzo 21, 2013

LAS SEMILLAS

Un hombre tomaba cada día el autobús para ir al trabajo. Una parada después, una anciana subía al autobús y se sentaba al lado de la ventana. La anciana abría una bolsa y durante todo el trayecto, iba tirando algo por la ventana. Siempre hacía lo mismo y un día, intrigado, el hombre le preguntó qué era lo que tiraba por la ventana.

- ¡Son semillas! – le dijo la anciana.

- ¿Semillas? ¿Semillas de qué?

- De flores, es que miro afuera y está todo vacío… Me gustaría poder viajar viendo flores durante todo el camino.

¿Verdad que sería bonito?.

- Pero las semillas caen encima del asfalto, las aplastan los coches, se las comen los pájaros… ¿Cree que sus semillas germinarán al lado del camino?

- Seguro que sí. Aunque algunas se pierdan, algunas acabarán en la cuneta y, con el tiempo, brotarán.

- Pero… Tardarán en crecer, necesitan agua…

- Yo hago lo que puedo hacer. ¡Ya vendrán los días de lluvia!

La anciana siguió con su trabajo…

Y el hombre bajó del autobús para ir a trabajar, pensando que la anciana había perdido un poco la cabeza.

Unos meses después… yendo al trabajo, el hombre, al mirar por la ventana, vio todo el camino lleno de flores… ¡Todo lo que veía era un colorido y florido paisaje! Se acordó de la anciana, pero hacía días que no la había visto. Preguntó al conductor:

- ¿Qué hay de la anciana de las semillas?

- Pues, ya hace un mes que murió.

El hombre volvió a su asiento y siguió mirando el paisaje.

- “Las flores han brotado, se dijo, pero ¿de qué le ha servido su trabajo?. No ha podido ver su obra”.

De repente, oyó la risa de una niña pequeña que señalaba entusiasmada las flores…

¡Mira papá! ¡Mira cuantas flores!

¿Verdad que no hace falta explicar mucho el sentido de esta historia?

La anciana de nuestra historia había hecho su trabajo y dejó su herencia a todos los que la pudieran recibir, a todos los que pudieran contemplarla y ser más felices.

Dicen que aquel hombre, desde aquel día, hace el viaje de casa al trabajo con una bolsa de semillas.

Está reflexión está dedicada a todos aquellos padres, maestros, educadores, profesionales de la enseñanza, que, hoy, más que nunca, no pueden ver cómo crecen las semillas plantadas, las esperanzas sembradas en el corazón.

Porque… Educar es enseñar caminos.

ANÓNIMO


PsicologosPeru.com