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domingo, marzo 10, 2019

EL SUFRIMIENTO y EL EGOÍSMO

Todos sufrimos. Es importante aceptar que se sufre, que somos vulnerables al dolor, que nos hacemos hermanos a todos, nos une; el sufrimiento de otros nos comunica fortaleza.

El amor, la compasión, son más fuertes que el sufrimiento.

El dolor duele menos si se acepta, porque adquiere un sentido, un valor, una finalidad que va más allá del dolor mismo.

Cuando consideramos que lo más importante somos nosotros mismos, es imposible no sufrir por infinidad de cosas, y nada alivia tanto el sufrimiento como tender la mano a otra persona que también sufre. 

Nada acrecienta el dolor tanto como encerrarse egoístamente en uno mismo, pensando y repensando en el propio sufrimiento.

Necesitamos aprender a sentir el dolor de otros, a dejarnos transformar por el sufrimiento de los otros como si fuera propio.

El sufrimiento está presente en el mundo para provocar amor, para hacer nacer obras de amor hacia los demás seres humanos (ayudar, sentir compasión, apoyar a los enfermos, acompañar en el dolor, etc.).

El egoísmo alimentado por el orgullo es lo que nos lleva a centrarnos en nosotros mismos, a no importarnos los demás y a convertirnos en el centro del Universo.

Todo tipo de injusticia, odio, guerra, violencia, están motivados por el egoísmo.

El egoísmo produce amargura, intransigencia, división, sufrimiento; el egoísmo es el causante de la miseria, adulterios, guerras que hay en el mundo, en la familia e incluso dentro de sí mismo, así como úlceras, depresiones, tensiones, dolores de cabeza, gastritis y cualquier enfermedad psicosomática u otro tipo de violencia, los cuales brotan en nosotros debido a nuestros egoísmos.

El egoísmo nos lleva a buscar la seguridad en nosotros mismos;el egoísta no sabe darse porque a nadie ama, ni siquiera a sí mismo (ya que no haría a los demás lo que no quisiera que le hagan a sí mismo), no puede ver más allá por ello nunca se fija en los demás, sino para sacar provecho de ellos; solo se ve, se escucha, se sirve a sí mismo y a sus intereses personales.

Cuando se sufre con miedo, con rabia, con desesperación, con odio, con rencor, con deseos de venganza, haciendo reclamos, llamando la atención sobre sí mismo una y otra vez, exigiendo consideraciones y cuidados, llorando, quejándose con insistencia, compadeciéndose, haciendo a otros responsables de nuestro dolor, se hace más pesado, más difícil de soportar.

Fuente: comunidaddelperdon.com


viernes, octubre 18, 2013

NO RUEGUES POR AMOR

No ruegues por amor, afecto o atención.
Si no te lo dan voluntariamente, no vale la pena tenerlo.

El amor es algo que nace naturalmente, algo que se da sin pedirlo, sin pensarlo, sin “analizarlo” mucho. 

NUNCA debes rogar o pedir amor, ¡NO!, aunque no lo creas, te estás haciendo daño e incluso estás haciéndole daño a la relación. 

Mujeres que aman demasiado, codependencia afectiva, apego

Hombres que aman demasiado, sometidos, humillados
Si el amor no se expresa espontáneamente, habla con tu pareja y dile lo que piensas y sientes, pero no puedes estar todo el tiempo pidiéndole "besos, abrazos y amor".

Si te urgen las ganas de “pedir”, contrólate, recuerda que debe salir del corazón de tu pareja, no es un “mandato” que esa persona tiene que cumplir porque tú lo pides.

En vez de pedir amor, trata de hacer cosas que le ayuden a esa persona a expresar sus sentimientos.


Rogando por Amor
Amor no es tener novio ni besar.


Amor es cuidar, respetar, compartir.


Aprende a amarte. Autoestima. Amor propio
Evitar expresiones tales como:

"No soy nada sin ti"
"Sin ti no valgo nada"
"Mi vida no tiene sentido sin ti"
"No puedo vivir si tú no estás"
"Sin ti me muero"
"Sin ti no soy nadie"
"Eres TODO para mí"
"¡¡Eres el aire que respiro!!"


EL QUE NO QUIERE, NO QUIERE.
Y PUNTO. 
A ADAPTARSE Y PASAR A OTRA COSA.