Mostrando entradas con la etiqueta temores. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta temores. Mostrar todas las entradas

lunes, noviembre 27, 2023

MIEDOS Y FOBIAS SUPERADOS CON HIPNOSIS Y REGRESIONES

www.HipnosisLimaPeru.com

Miedos y/o fobias a la altura, a estar encerrado, al mar, a volar, a la inmensidad, no poder hablar en publico, vértigo, impotencia sexual, etc.

La hipnosis para tratar miedos y fobias es una práctica que ha ganado popularidad en el ámbito de la psicoterapia. La hipnoterapia busca acceder al subconsciente de una persona para explorar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento arraigados que contribuyen a los miedos y fobias.

Durante una sesión de hipnosis para miedos y fobias, el terapeuta utiliza técnicas de relajación para inducir un estado de trance en el paciente. En este estado, la mente consciente se vuelve más receptiva a sugerencias positivas y cambios en la percepción. El terapeuta puede entonces abordar directamente los miedos y fobias, trabajando para desensibilizar las respuestas emocionales negativas asociadas.

La hipnoterapia para miedos y fobias puede ser especialmente efectiva para afrontar traumas pasados o experiencias que han contribuido al desarrollo de estos temores. Al acceder al subconsciente, se pueden identificar y abordar las raíces profundas de los miedos, permitiendo al paciente superarlos de manera más efectiva.

Es importante destacar que la hipnosis no es un método milagroso y los resultados pueden variar según cada individuo. Sin embargo, para muchas personas, la hipnoterapia ha demostrado ser una herramienta valiosa en el tratamiento de miedos y fobias, ofreciendo una alternativa complementaria a otros enfoques terapéuticos convencionales. Como en cualquier forma de tratamiento, es esencial que la hipnoterapia sea realizada por profesionales capacitados y éticos en el campo como el hipnoterapeuta, y psicólogo habilitado, Lic. Luis Venegas Chalen.

viernes, enero 14, 2022

ESTRES Y ANSIEDAD: TIP 10


El décimo tip, consejo, recurso, técnica o herramienta psicológica para controlar el estrés y la ansiedad consiste en la postura.

Una postura de relajación es lo opuesto o contrario a estar estresado y ansioso.

No se puede estar estresado y relajado al mismo tiempo ni se puede estar ansioso y relajado a la vez.

Por lo general, no nos damos cuenta de la posición en que estamos o en que está nuestro cuerpo.

Es necesario darnos cuenta de cómo se encuentra nuestro cuerpo en el momento.

A veces, sin darnos cuenta, nuestro cuerpo está tensionado y nuestros músculos contracturados. 

Entonces, asume una posición cómoda, sea sentado, echado o reclinado, en el mueble en que te encuentres.

Distensiona los músculos de los hombros, suelta los brazos y las piernas.
  
Irás sintiendo que te puedes relajar por ti mismo, sin necesidad de ayuda de otra persona, como por ejemplo un masajista o un instructor.

Tú puedes lograr relajar tu cuerpo por ti mismo, SIEMPRE Y CUANDO LO DESEES ASÍ.

Si tú mismo no deseas relajarte ni haces lo posible por lograrlo, nadie en el mundo lo va a hacer por ti.

También es cuestión de actitud y de querer hacerlo; y disfrutándolo, de paso.

Si uno no se relaja por sí mismo, te puedes tensionar tanto que van a tener que medicarte con relajantes musculares para que los productos y sustancias químicas hagan ese efecto en tu cuerpo, con los consiguientes efectos secundarios.

Tú decides: o deseas empezar a mejorar ahora, en forma saludable natural y gratuita, o después ya necesitarás ayuda externa, artificial y costosa para poder lograrlo.

Si deseas apoyo para tu salud emocional, mental o psicológica, puedes contactarnos en:


viernes, noviembre 15, 2019

MIEDOS NORMALES EN LA NIÑEZ

Miedos normales de los niños
según sus edades

miércoles, septiembre 16, 2015

LOS 10 MIEDOS MAS GRANDES: FOBIAS



LOS 10 PEORES MIEDOS
(según el National Institute of Mental Health):
  1. HABLAR EN PÚBLICO
  2. LA MUERTE
  3. LAS ARAÑAS
  4. LA OSCURIDAD
  5. LAS ALTURAS
  6. LAS PERSONAS O LAS SITUACIONES SOCIALES
  7. VOLAR
  8. ESPACIOS CERRADOS
  9. ESPACIOS ABIERTOS
  10. RAYOS, TRUENOS Y RELÁMPAGOS
NIVELES DE GRAVEDAD DE MENOS A MÁS
(según el Psicólogo Luis Venegas Chalen):
  1. INTRANQUILIDAD
  2. PREOCUPACIÓN
  3. SOBRESALTO
  4. SUSTO
  5. TURBACIÓN
  6. MIEDO
  7. ESTREMECIMIENTO
  8. ESPANTO
  9. TEMOR
  10. HORROR
  11. PAVOR
  12. TERROR
  13. PÁNICO
  14. FOBIA
  15. TRAUMA

sábado, febrero 07, 2015

5 TIPS PARA AUMENTAR TU AUTOCONFIANZA

1. Haz cosas que te hagan sentir bien
y así reducirás las frustraciones, decepciones, tristezas, etc.
2. Elimina las malas influencias, en la medida de lo posible,
o evita involucrarte tanto con personas tan negativas.
3. No te rindas tan fácil, haz tu máximo esfuerzo, lucha hasta el final, ya que lo valioso en esta vida requiere esfuerzo.
4. Sé honesto contigo mismoíntegro, coherente, congruente,
que lo que piensas vaya acorde con lo que sientes, dices y haces.
5. Enfrenta tus miedos, pero no de cualquier manera, como sea,
sino con herramientas psicológicas y/o ayuda profesional.

jueves, septiembre 25, 2014

6 TIPS PARA MANEJAR LA ANSIEDAD

  1. Escribe todos los pensamientos negativos y repetitivos que te surjan continuamente.
  2. Escribe afirmaciones que resten valor a cada uno de tus pensamientos negativos.
  3. Mantén tu mente en el presente.
  4. Fortalece tu autoestima.
  5. Haz práctica regular de relajación
  6. Contempla tus preocupaciones de forma objetiva.

lunes, mayo 13, 2013

COMO VENCER EL MIEDO




EL MIEDO TE HACE CREER QUE UN PELUCHE EN LA NOCHE (o el monstruo debajo de la cama) TE PUEDE HACER DAÑO.
"El miedo te miente, juega con tu mente, con tus capacidades". Yohhan Gonzalez
"El miedo es una creación mental. Hay que sacarlo de tus pensamientos". Sergio Sergiio

PsicologosPeru.com

miércoles, septiembre 05, 2012

EL MEJOR REMEDIO PARA EL MIEDO



"El mejor remedio para el miedo es el amor. Si amáis, el miedo
desaparece. El saber puede ser también un remedio, pero no es
tan eficaz porque el miedo es un instinto, y el saber no
pertenece al campo del instinto. Ahora bien, no es ni por la
razón, ni por el saber, ni por las explicaciones que puede
vencerse y dominar un instinto, sino por medio de otro instinto.
Y, de algún modo, el amor es también un instinto porque es un
impulso incontrolable.
En ocasiones ocurre que la razón domina el miedo, pero el
resultado no es ni duradero ni seguro. Mientras que si alcanzáis
el corazón de alguien, se tirará al fuego por vosotros. Si una
joven ve a un desconocido en peligro, tal vez dudará en
salvarlo, pero si se trata de su amado, está dispuesta a todo.
El discípulo debe pues incrementar el amor en él para vencer el
miedo".

Omraam Mikhaël Aïvanhov

viernes, mayo 25, 2012

MIEDOS EN LOS NIÑOS


Temor a la oscuridad, al médico, a los fantasmas y a los perros son miedos recurrentes en niños.

Todos ellos nos hablan de un sentimiento de DESPROTECCIÓN.

APÓYELOS

Si desea que su niño no sea temeroso, debe tener cuidado de que su vínculo con él no infunda miedo.

CUIDADO

Hay que evitar frases como: "Yo me voy, te dejo aquí", "Duérmete que viene el cuco" o "Si te sigues portando mal, te llevo al doctor para que te ponga una inyección".

Estas pueden servir para que el niño obedezca en ese momento pero, a la larga,les generan un sentimiento de VULNERABILIDAD.



www.psicologosperu.com

domingo, agosto 16, 2009

MIEDOS INFANTILES


  1. Miedo a los cambios: un cambio en la rutina del niño (cambio de colegio, de vivienda, de comida, de amigos, de cultura, etc.) provoca como reacción natural una situación de inseguridad, que genera miedo. En este momento, es importante explicar al niño lo más claramente posible el cambio que se ha producido o se va a producir, para que pueda prepararse a él.


  2. Miedo a las personas desconocidas: es necesario enseñar a tu hijo el peligro que comporta hablar con personas que no conoce, pero sin aumentar sus miedos. Edúcale para que sea precavido y no acepte caramelos, ni regalos, ni vaya a pasear con un desconocido, pero transmitiendole siempre confianza y seguridad. Recuérdale que en caso de problemas con personas desconocidas, siempre puede recurrir a un policía o a un adulto que se encuentre cerca.


  3. Miedo a la oscuridad: uno de cada tres niños pequeños teme a la oscuridad. Este miedo puede surgir a partir una mala explicación de cuentos de monstruos, o a partir de pesadillas y situaciones imaginarias. Hay niños que se sienten más seguros si tienen cerca una pequeña luz encendida. Los pilotos luminosos pueden ser una buena solución temporal al problema.


  4. Miedo a los animales: acostumbra a tu hijo a tratar con animales desde una edad temprana, también a través de fotografías, documentales, cuentos… Edúcale en el respeto a los animales e infórmale de los peligros que puede correr si se acerca a un animal desconocido, pero sin crear alarma.


  5. Miedo a los truenos y a las tormentas: acostumbra desde pequeño a tu hijo a la lluvia y a no temer los relámpagos. Para ello, es importante que le expliques que se trata de un fenómeno natural pasajero, que no le hará ningún daño.


  6. Miedos nocturnos: algunos niños tienen problemas para dormirse si no tienen a sus padres al lado. El miedo nocturno puede estar relacionado con el miedo a la oscuridad, las pesadillas, etc. En este caso, transmite seguridad a tu hijo y trata de que se relaje antes de ir a dormir.


  7. Miedo a la separación: dentro de su instinto natural, el niño sufre cuando lo separan de las personas a las que está afectivamente unido, sobre todo, de su madre. Durante la infancia se presentan diferentes situaciones en las que se puede produce una separación involuntaria, como la escolarización, una hospitalización, el divorcio o separación de los padres, la muerte de familiares, etc. Trata de preverlas e informa a tu hijo, le ayudará a enfrentarse a ellas con más tranquilidad.


  8. Miedos escolares: el colegio es el lugar donde los niños pasan la mayor parte de su tiempo, por eso los temores escolares son muy comunes. Existen cuatro tipos de miedos escolares: •Miedo al fracaso escolar y al castigo •Miedo al malestar físico •Miedo social ante actividades públicas, como leer, tocar la flauta, etc. •Ansiedad anticipatoria o miedo en los momentos previos a la llegada al colegio.

Como hemos comentado, los miedos infantiles entran dentro de la normalidad del proceso de desarrollo del niño, por eso, a no ser que interfieran en su vida cotidiana, no les des una importancia mayor de la que tienen. En caso contrario, si el niño se mostrara continuamente inquieto y eso le impidiera llevar una vida normal, puede resultar de utilidad acudir a un psicólogo.


SOLUCIONES



  1. Educa positivamente, utilizando elogios y premios en lugar de amenazas. Respeta los miedos del niño y evita frases como “eres tonto por tener miedo”, “no seas mentiroso”, etc.


  2. Utiliza el castigo en ocasiones excepcionales, y no recurras nunca al castigo físico.


  3. Siempre que sea posible, prepara progresivamente al niño a los cambios que puedan acontecer (cambio de guardería, de casa), y a los acontecimientos difíciles (operaciones, muerte de familiares ancianos)


  4. Evita que el niño sufra experiencias negativas y repentinas. Para ello, selecciona películas y programas infantiles adecuados a su edad, escoge lecturas apropiadas, etc.


  5. Intenta mantener la calma y no perder los nervios en situaciones de estrés, por ejemplo, si tu hijo comienza a llorar en la sala de espera del médico.


  6. Sobreproteger a tu hijo no le evitará problemas, al contrario, lo convertirá en una persona dependiente sin recursos propios para afrontar las complicaciones.


  7. Resta importancia a los miedos y temores de tu hijo, y recuerda que forman parte de su desarrollo.


  8. Potencia la valentía de tu hijo, animándole a enfrentarse poco a poco a situaciones que le provocan temor. Subraya sus comportamientos valerosos.


  9. Trata de disimular tus propios temores en presencia del niño. Recuerda que los niños aprenden por imitación y tu hijo podría desarrollar fobias sólo porque las tienes tú.

  10. Fomenta la resolución de problemas por parte del niño. Si siempre recurre a ti para obtener una solución, estarás impidiendo que desarrolle su autonomía e independencia.

http://www.psicologosperu.com/

viernes, febrero 20, 2009

PESADILLAS Y TERRORES NOCTURNOS

Problemas Nocturnos: El niño que no quiere dormir, Pesadillas y Terrores Nocturnos
Jose Luis García Castro - Psicólogo y Orientador Escolar
http://www.psicologosperu.com/

1) EL NIÑO QUE NO QUIERE ACOSTARSE

Un niño se resiste a acostarse por diversos motivos. Puede tener miedo de la oscuridad o de no despertarse, o se siente inseguro cuando está solo. Indudablemente, le gustaría más jugar o ver la televisión y, en realidad, preferiría la compañía y atención de sus padres.

Cuando los niños se hacen mayores, su vida social adquiere preponderancia. No obstante, todos los niños deben tener su hora de acostarse y si se quiere paz en casa, los padres no pueden transigir en esta cuestión. Los padres que dicen: "chicos, ¿no creen que ha llegado el momento de acostarse?", han declinado su responsabilidad y sus hijos no se acostarán a la hora adecuada. Los padres que siempre permiten al niño permanecer levantado "sólo un poco más", tendrán siempre problemas con el momento de acostarse. De haber la menor posibilidad de transigir, los niños más nerviosos se agarrarán a ella. De ahí pues que para muchos padres, conseguir acostar a sus hijos es una más de las batallas al final de un largo día, justo en el momento en que ellos necesitan tiempo para sí mismos.

Para los padres novatos, seguir los consejos que se explican aquí, puede zanjar los problemas nocturnos antes de que empiecen. Si la hora de acostarse ya es un problema, será necesario planificar nuevas iniciativas para conseguir que el niño duerma. Es importante decidir lo que se hará, que el niño sepa que el cambio es inminente y que el día 1 hay que poner el plan en marcha.

Decidir cuándo hay que acostarse

Se debe decidir el momento preciso en que el niño debe acostarse y, una vez decidido, proceder con firmeza. Esto no significa que los padres deban ser absolutamente rígidos e insistir en que el niño debe estar siempre en la cama a las ocho en punto, aunque justo en aquel momento acabe de llegar papá o esté en casa el tío José. Sin embargo, cuanto más capaces sean los padres de concretar el momento de acostarse, más fácil será conseguir que el niño se duerma a una hora fija.

Importante: No utilice la palabra "oscuro" para indicar el momento de acostarse, porque en verano con la luz de día esto será causa de problemas.

Crear hábitos para ir a dormir

Los niños encuentran seguridad en la rutina. Les gusta la seguridad de lo habitual y es importante disponer de ciertos objetos con los que pueden contar. Por ejemplo, tener su martillo azul en la cama, junto a él, cada noche. Besar a todo el mundo antes de irse a su habitación y después todo el mundo tiene que ir a darle un beso cuando ya está en la cama; a otros les puede gustar colocar todas sus muñecas bajo la manta, junto a ellos.

Tanto los rituales como los detalles reconfortantes de seguridad, tales como mantas viejas o perros de trapo, de los que dependen algunos niños, les sirven para separarse de los seres queridos y pasar del estado de vigilia al de sueño.

Los padres no deben reírse de los hábitos del niño, pero por otra parte, tampoco deben consentir que se vuelvan demasiado pesados. Se ha de limitar el número de juguetes que el niño se lleva a la cama, por ejemplo, se puede llevar un libro y un juguete, que escoja. Algunos niños alargan esto demasiado, lo que conlleva 15 minutos adicionales para conseguir que, por fin, se vayan a la cama.

Hábitos nocturnos regulares

A los niños siempre les gusta saber lo que ocurrirá un instante después de ahora. Unos hábitos nocturnos regulares conseguirán que el niño sepa que el momento de acostarse se acerca y que ha llegado el momento de parar. Se puede seguir esta guía para establecer una rutina nocturna.

- Simplificar: Tomar en consideración el horario de la familia y las preferencias del niño. No comenzar con normas que después no se seguirán. La rutina de acostarse debe proporcionar una sensación de seguridad cálida, un final del día confortable. Se discutirán por encima las incidencias del día que termina y se planearán cosas para el día siguiente. Preparar sus ropas para el día siguiente, junto a los libros, será de utilidad para niños más crecidos. Leer un cuento o comer una galleta ayudará a otros niños a entender que ha llegado el momento de acostarse. Utilizar señales que hagan patente la rutina. (El besito de las buenas noches).

- El niño debe saber cuándo empieza la rutina del momento de acostarse. Puede ser tan simple como decir "el momento de irse a la cama es el momento en que termina tal o cual programa de televisión". O se pueden intentar señales visuales. Por ejemplo, dibujar un círculo en una hoja de papel de color, dividirlo en secciones clasificadas como hora de jugar, hora de acostarse y hora de los cuentos. Hacer una flecha de papel y fijarla en el centro del círculo. Señalar con la flecha en la sección apropiada cuando llegue el momento. O se puede dibujar un reloj con las manecillas señalando el momento de acostarse y colocarlo cerca del reloj real. Cuando las manecillas del reloj real coincidan con las del reloj casero, el niño sabe que es el momento de irse a la cama.

- Mantener al niño calmado. Las peleas o los juegos muy activos inmediatamente antes de irse a la cama, no preparan al niño para dormir.

Media hora antes de acostarse, el niño debe encontrarse relajado para cuando llegue el momento. Más que una guerra de almohadas o un juego de pelota serán unas costumbres sosegadas que incluyan: la higiene habitual, la lectura, la narración de cuentos o la música. Todo esto, que suaviza el momento de acostarse, también debe seguirlo la persona que se ocupe del niño o la abuelita, cuando ponga al niño en la cama, o cuando es más tarde y el niño, agotado, precisa una ayuda adicional para conseguir una noche de calma.

- Hacerlo especial. Lo ideal sería que el momento de acostarse fuera cálido y acogedor. Tanto para los padres como para el niño es un momento de calor y de seguridad. A muchos niños les encanta escuchar una y otra vez el mismo cuento antes de irse a la cama. A otros les complace escuchar cuentos inventados, mientras que a otros les divierten las canciones infantiles como costumbre en el momento de acostarse.

- No hay que pensar que los niños algo mayores no necesitan estos hábitos. Incluso a los preadolescentes les encanta que les lean o bien les gusta utilizar estos momentos para charlar de algo importante o preguntar algo antes de que se convierta en un problema. El momento de acostarse es una excelente oportunidad para los padres de acercarse a sus hijos. Los hábitos al acostarse, que comienzan en edad muy temprana ayudarán al niño toda su vida. Algunos niños adquieren el hábito de leer, otros escriben su diario o planifican el día siguiente. Otros hacen ejercicios de relajación.

- Se ha de ser flexible, pero también se ha de saber cómo terminar las costumbres rituales. Si no se sabe cómo tomar la decisión final cuando ha llegado el momento de apagar la luz y de dormir, la rutina nocturna puede convertirse en algo cansado o interminable. Los padres no deben permitir evasivas por parte del niño, ni dejarse convencer de seguir leyendo "un cuento más". En vez de esto, se ha de anunciar de antemano las historias que se leerán aquella noche y aferrarse a lo que se ha dicho. Si trazar límites es un problema para algunos padres, éstos pueden apoyarse en otras ayudas, como su propio reloj o un minutero. Hay que decir al niño que "cuando el reloj marque las 9:30, ha llegado el momento. Luces apagadas o en 15 minutos, el reloj sonará, lo que significa apagar la luz".

Hablar con el niño de sus miedos y angustias

Cada individuo, incluyendo los niños, tiene temores que tienden a manifestarse de noche. Los padres deben animar al niño para que hable de sus problemas y preocupaciones, a fin de poderlos solucionar, ayudando a que se duerma, e intentar también, un ligero masaje en la espalda.

Hacer frente al hecho de levantarse continuamente

Los padres han seguido los hábitos v rituales del momento de acostarse. Cristina se ha metido en la cama hace unos instantes, pero ya no está en ella. Después de diez minutos, ya vuelve a estar en el salón, pidiendo un jugo. Los padres deben intentar seguir las técnicas descritas aquí. Para algunos niños, una puede bastar, para otros será necesario aplicarlas todas para conseguir que permanezcan en la cama.

- Llévele a la cama y ponga un despertador que suene al poco tiempo. Dígale que regresará a su habitación antes de que suene. Gratifíquele con un masaje en la espalda por permanecer en la cama. Gradualmente, alargue el tiempo que debe permanecer en la cama antes de obtener la recompensa, ya sea un masaje en la espalda o un helado para desayunar. Si es necesario, utilice de nuevo el minutero, y después siéntese v léale hasta que el niño se haya dormido.

- Enseñe al niño cómo irse a la cama. Algunos niños pequeños no consiguen relajarse lo suficiente par poder dormir, por lo que se les pueden enseñar las técnicas de respiración y de relajación. Los padres pueden acostarse un rato al lado del niño y hablarle de lo que hay que hacer para quedarse dormido. Dígale que cierre los ojos y en un tono de voz suave cuéntele el cuento de cómo las olas del mar se siguen unas a otras para jugar y vuelven a casa una y otra vez. Recuérdele que debe echarse y quedarse quieto y tranquilo, con los ojos cerrados y recordar las olas. También se puede usar la imaginación para pensar en sus propias escenas para quedarse dormido.

- Colocar junto al niño todo lo que se necesita para la noche: un vaso de agua, una cajita con una linterna, su juguete favorito y un cassette o la radio para escuchar antes de dormirse.

- Para los bebés que aún permanecen en la cuna pero son lo suficientemente mayores para hablar, los hábitos nocturnos, a menudo, requieren actos más definitivos que exigen decisión por parte de los padres. Supongamos que se les ha arropado y se les ha dado un beso de buenas noches por cuarta vez, mientras se abandona la habitación diciendo: "Buenas noches. Me voy a la cama". Se debe cerrar la puerta y no volver atrás, aunque el niño llore (a menos que se pueda pensar que el niño se encuentra realmente mal) durante veinte minutos. Si después de veinte minutos el niño aún llora, se ha de volver a su habitación indicándole que se duerma. Besarle y salir de nuevo durante otros veinte minutos. Si es necesario, hay que repetir esta rutina cada noche, hasta que el niño perciba que su táctica no da resultados. Importante: si el niño cesa de llorar, no regrese a su habitación para comprobar qué ocurre hasta estar seguro de que el niño está profundamente dormido o, de otro modo, el niño reincidirá.

- Utilizar un gráfico, un cuadro o una pizarra. Un gráfico del momento de acostarse es eficaz para los niños, permitiéndoles ganar puntos para obtener alguna recompensa deseada. Al principio, los padres deben dar puntos por permanecer en la cama durante cinco minutos, después se ha de prolongar gradualmente el tiempo requerido para acumular los puntos necesarios.

- No discuta. Si el niño suele salirse con la suya, será preciso aplicar consecuencias negativas: pérdida de privilegios al día siguiente o acostarse más temprano la próxima noche.

Debemos reforzar la cooperación del niño

Utilizando palabras y acciones, hay que dar al niño respuestas positivas por su cooperación en el momento de acostarse. Planificar la rutina y llevar a cabo el plan completo a la vez. Puesto que a veces es difícil modificar comportamientos establecidos, se puede necesitar, de entrada, ofrecer recompensas, quizás utilizando el gráfico o chart del momento de acostarse si este momento se ha convertido en la lucha de cada noche. Se pueden dar puntos por respetar las costumbres del momento de acostarse y porque el niño ha permanecido en la cama, antes de dormirse. Al principio puede darse al niño una recompensa cada noche. Las recompensas pueden incluir, por ejemplo, un programa extra de televisión la noche siguiente, sábanas especiales, chocolatinas debajo de la almohada o un caramelo antes de acostarse, al día siguiente. Entretanto el niño acumulará puntos para una recompensa mayor que le costará más esfuerzo ganarse. Las grandes recompensas se escogerán entre el "menú" de cosas o actividades que los padres saben que el niño quiere.

2) TERRORES NOCTURNOS Y PESADILLAS

LOS NIÑOS CON TERRORES NOCTURNOS

Las pesadillas y los terrores nocturnos son dos cosas distintas. Al contrario que las pesadillas, los terrores nocturnos no son sueños que produzcan miedo ni el resultado de la actividad del sueño. En su lugar, se cree que reflejan etapas inmaduras del sueño, en las que el niño tiene dificultad para hacer la transición del sueño profundo al sueño más superficial.

Aunque el niño con terrores nocturnos no los recuerde, estos episodios nocturnos pueden ser sumamente preocupantes para los padres. Muchos niños sollozan o gritan, se agitan o corren por toda la casa con los ojos abiertos, pero sin ver y sus oídos parecen no percibir las palabras tranquilizadoras de los padres.

Poco es lo que se puede hacer para ayudar al niño durante un terror nocturno. Se debe simplemente esperar a que cese y recordar que no ha sido causado por las tensiones y que no tendrá efectos traumáticos ni duraderos para el niño.

Tranquilizarle

Abrace al niño, cálmele y pásele una toalla refrescante por la cara. Los padres sentirán que están haciendo algo útil y esto tranquilizará al niño mientras pierde su mirada perdida y empieza a volver a la realidad, preguntándose qué pasa.

Regule los horarios de sueño

Para ayudar al niño a desarrollar un patrón de sueño más maduro. asegúrese de que tiene un horario regular de sueño y que descansa lo suficiente.

Consulte a un profesional

A pesar de que los terrores nocturnos no son en general significativos existe sin embargo la posibilidad de que sean síntomas de alteraciones neurológicas. Para verificar este extremo, al mismo tiempo que las pesadillas muy molestas, habría que comentarlo con el médico. Si los terrores se producen con mucha frecuencia, el médico puede sugerir aliviarlos con una medicación cuidadosamente controlada.

LOS NIÑOS QUE TIENEN PESADILLAS

Las pesadillas, al contrario que los terrores nocturnos, pueden ser aterradoras para el niño y también para los padres v son resultado de sentimientos de inseguridad, ansiedades, miedos o preocupaciones. Son reacciones de miedo comunes y normales a los sueños desagradables que se inician normalmente a los tres años de edad, teniendo su punto máximo a las edades de cuatro y seis años.

Las niñas son susceptibles de padecerlas más tarde que los niños. Un 28% de los niños con edades comprendidas entre los seis y doce años, tenían pesadillas. Alrededor de los diez años, la frecuencia de estos sueños desagradables se incrementa otra vez, para remitir más tarde. Las pesadillas difieren de los terrores nocturnos en otros aspectos: mientras que el niño transpira, grita y respira agitadamente al experimentar una pesadilla puede ser despertado rápidamente y se acordará del sueño o de partes del sueño.

Los sueños pueden estar inducidos por enfermedades y por el dolor, sobreexcitación, miedo v ansiedad, programas violentos de televisión o por amenazas enfermizas por parte de los padres. Aunque el niño puede no ser capaz de indicar exactamente qué le está afectando, pueden sacarse algunas claves a partir de su comportamiento conversando con él. Cualquiera que sea la causa, los niños inseguros, preocupados o con ansiedad tienen más probabilidades de tener pesadillas.

Tranquilícele y déle seguridad

Lo que los padres pueden hacer por un niño que sufre pesadillas es despertarle, tranquilizarle y darle seguridad, decirle que todo va bien, que no ocurre nada. Acariciarle y mecerle, pero no dar demasiada importancia a la pesadilla, puesto que de otro modo podría aprender a utilizarla como mecanismo para atraer la atención. No es importante, en este momento, comentar el contenido del sueño.

Evite la excitación excesiva

Los niños deben tener un periodo de calma v relajación antes de acostarse, no permitirles que vean programas de televisión violentos o de terror, no contarles historias de miedo ni permitir que realicen actividades físicas violentas. Las experiencias de muchos padres sugieren que es de gran ayuda limitar la TV.

Comente problemas, miedos y acontecimientos que produzcan tensión

Use la conversación v los sueños como datos de cualquier problema que esté sufriendo el niño. Háblele durante el día de sus pesadillas, e intente aliviar sus miedos e inquietudes. Sea previsor y prepare al niño con antelación para acontecimientos que sean susceptibles dc causarle tensión, tales como la vuelta a la escuela después de las vacaciones o el salir de viaje. Los miedos en los niños son muchas veces causados por la falta de información.

Tome medidas para las pesadillas repetitivas

Si el niño tiene el mismo sueño una y otra vez, puede estar seguro de que siente ansiedad por algo. Anímele a que hable de su sueño y lo represente despierto, pero con un final feliz.

Prepare una estrategia nocturna

El saberse defendidos de la pesadilla ayuda normalmente a los niños más mayores. Proporciona seguridad el dejar la luz encendida por las noches. Algunos niños pueden luchar mejor contra sus pesadillas rezando una oración determinada cada noche pidiendo protección contra los monstruos; abrazar y dormir con el peluche favorito, etc.

3) ¿COMO AFRONTAR PROBLEMAS NOCTURNOS?

Permitir que el niño duerma regularmente en la habitación de los padres puede provocar problemas graves. En muchos casos, los padres lo consideran un hábito difícil de interrumpir cuando se ha iniciado.

Orientaciones para devolver al niño a su cama:

1.- Si el niño va hasta la habitación de sus padres, hay que hacerle volver a su cama y meterlo en ella sin demasiadas contemplaciones. Los padres han de ser firmes.

2.- Se puede utilizar la "táctica de los apretujones", la finalidad es hacer que el niño se sienta incómodo en la cama ajena y que la suya vaya siendo más atractiva. Consiste en empujarle hacia fuera de la cama, dejándole cada vez menos espacio en la cama, apretujarle sin hacerle daño, darle una patada suave, etc.

3.- Utilizar recompensas por el hecho de dormir solo o los progresos hacia esa meta. Asegúrese de expresar lo orgulloso que se está de él y que es un "chico mayor". Préstele una atención especial y sea cariñoso con él durante el día.

4.- Hacer su habitación más atractiva, no significa redecorarla sino cambiar algunos aspectos y que el niño sea participe de ellos.

5.- Establecer un horario regular de sueño.

6.- Antes de dormir contarle algún cuento. Se le puede contar alguno relacionado con el problema.

7.- Se puede utilizar un contrato en el que tendrá algún premio por dormir en su habitación, se marcará en un almanaque los días que ha tenido éxito, acordando previamente el premio a final de mes, si se comienza con refuerzos continuos pasar poco a poco a refuerzos intermitentes.

http://www.psicologosperu.com/

sábado, enero 17, 2009

COMO SOLTAR EL PIANO



"Y tú ¿en qué trabajas?".
Esa pregunta cumple un papel muy valioso.
La pregunta nos confronta con qué tan responsables somos frente a las opciones que hemos tenido. Nos confronta con nuestras propias elecciones.
Y cuando a uno no le gusta la pregunta, por lo general se debe a que tampoco le gusta la respuesta.

El cuerpo va acumulando la infelicidad o el miedo y lo manifiesta a través del dolor físico.

Lo que se trata es de enseñar a la gente a abrazar sus temores en lugar de evitarlos.
Nuestra cultura siempre orienta a la gente a un estado de negación diciéndole "mira el lado bueno", "no te pongas triste". Cuando nos ponemos la máscara de la felicidad, nos tragamos nuestros temores. Esto se vuelve un espiral de energía atrapado en el cuerpo, que es continuamente reprimido.

Abrazar nuestros temores significa permitirnos estar tristes cuando estamos tristes.
Considérelo como la música triste, que puede ser maravillosa y producir un agradable estado de melancolía en el cual uno deja de forzarse a ser perfecto.

Llevar energía negativa a todas partes es como ir cargando un piano de cola, uno no puede darle un abrazo de verdad a alguien cuando está cargando un piano. Eso interfiere en la conexión con los demás. Así que usted necesita soltar su piano.

Uno no les debe conceder tanto poder a sus temores, por el contrario, decirle al miedo: "Ah, no, no me vas a detener".

http://www.psicologosperu.com/