viernes, marzo 29, 2019
martes, marzo 26, 2019
jueves, marzo 21, 2019
miércoles, marzo 20, 2019
martes, marzo 19, 2019
EN VEZ DE...
En vez de envidia, practica la ADMIRACIÓN
En vez de violencia, practica la PAZ INTERIOR
En vez de competencia, practica la COOPERACIÓN
En vez de perfeccionismo, practica la EXCELENCIA
En vez de criticar, practica el FEEDBACK (RETROALIMENTACIÓN)
En vez de quejarte, practica SOLUCIONAR
En vez de rigidez, practica la FLEXIBILIDAD
En vez de excesos, practica el BALANCE, EQUILIBRIO
En vez de impulsividad, practica CONTROL DE EMOCIONES, CANALIZAR LA ENERGÍA
En vez de agresividad, practica el CONTROL DE LA IRA
En vez de lastimar, practica RESPETAR al otro
En vez de frustración, practica la ADAPTACIÓN
En vez de decepción, practica la ACEPTACIÓN
En vez de lamentarte, práctica el RESCATAR LA EXPERIENCIA, EL APRENDIZAJE, LA LECCIÓN DE VIDA
En vez de quedarte estancado en el pasado o inquietarte por el futuro, APRECIA Y VIVE EL PRESENTE.
En vez de pelear, aplica el AMOR.
Idea original de: Psic. Luis Venegas
lunes, marzo 18, 2019
domingo, marzo 17, 2019
7 CONSEJOS DE VIDA
1) Cada vez que aprendes algo nuevo sobre ti o sobre la vida, has avanzado.
2) El que es sabio, comparte lo que sabe; y cuando compartes, creces.
3) Cuando te sientas mal, no abandones la esperanza.
4) La confianza es una fuerza interior con la que todos hemos nacido. Si La hemos perdido, la podemos recuperar.
5) No hagas nada que vaya en contra del respeto hacia ti mismo.
6) Perdonar te hace grande.
7) Desde la paz, construye mejor.
2) El que es sabio, comparte lo que sabe; y cuando compartes, creces.
3) Cuando te sientas mal, no abandones la esperanza.
4) La confianza es una fuerza interior con la que todos hemos nacido. Si La hemos perdido, la podemos recuperar.
5) No hagas nada que vaya en contra del respeto hacia ti mismo.
6) Perdonar te hace grande.
7) Desde la paz, construye mejor.
sábado, marzo 16, 2019
viernes, marzo 15, 2019
jueves, marzo 14, 2019
miércoles, marzo 13, 2019
martes, marzo 12, 2019
lunes, marzo 11, 2019
domingo, marzo 10, 2019
EL SUFRIMIENTO y EL EGOÍSMO
Todos sufrimos. Es importante aceptar que se sufre, que somos vulnerables al dolor, que nos hacemos hermanos a todos, nos une; el sufrimiento de otros nos comunica fortaleza.
El amor, la compasión, son más fuertes que el sufrimiento.
El dolor duele menos si se acepta, porque adquiere un sentido, un valor, una finalidad que va más allá del dolor mismo.
Cuando consideramos que lo más importante somos nosotros mismos, es imposible no sufrir por infinidad de cosas, y nada alivia tanto el sufrimiento como tender la mano a otra persona que también sufre.
Nada acrecienta el dolor tanto como encerrarse egoístamente en uno mismo, pensando y repensando en el propio sufrimiento.
Necesitamos aprender a sentir el dolor de otros, a dejarnos transformar por el sufrimiento de los otros como si fuera propio.
El sufrimiento está presente en el mundo para provocar amor, para hacer nacer obras de amor hacia los demás seres humanos (ayudar, sentir compasión, apoyar a los enfermos, acompañar en el dolor, etc.).
El egoísmo alimentado por el orgullo es lo que nos lleva a centrarnos en nosotros mismos, a no importarnos los demás y a convertirnos en el centro del Universo.
Todo tipo de injusticia, odio, guerra, violencia, están motivados por el egoísmo.
El egoísmo produce amargura, intransigencia, división, sufrimiento; el egoísmo es el causante de la miseria, adulterios, guerras que hay en el mundo, en la familia e incluso dentro de sí mismo, así como úlceras, depresiones, tensiones, dolores de cabeza, gastritis y cualquier enfermedad psicosomática u otro tipo de violencia, los cuales brotan en nosotros debido a nuestros egoísmos.
El egoísmo nos lleva a buscar la seguridad en nosotros mismos;el egoísta no sabe darse porque a nadie ama, ni siquiera a sí mismo (ya que no haría a los demás lo que no quisiera que le hagan a sí mismo), no puede ver más allá por ello nunca se fija en los demás, sino para sacar provecho de ellos; solo se ve, se escucha, se sirve a sí mismo y a sus intereses personales.
Cuando se sufre con miedo, con rabia, con desesperación, con odio, con rencor, con deseos de venganza, haciendo reclamos, llamando la atención sobre sí mismo una y otra vez, exigiendo consideraciones y cuidados, llorando, quejándose con insistencia, compadeciéndose, haciendo a otros responsables de nuestro dolor, se hace más pesado, más difícil de soportar.
Fuente: comunidaddelperdon.com
El amor, la compasión, son más fuertes que el sufrimiento.
El dolor duele menos si se acepta, porque adquiere un sentido, un valor, una finalidad que va más allá del dolor mismo.
Cuando consideramos que lo más importante somos nosotros mismos, es imposible no sufrir por infinidad de cosas, y nada alivia tanto el sufrimiento como tender la mano a otra persona que también sufre.
Nada acrecienta el dolor tanto como encerrarse egoístamente en uno mismo, pensando y repensando en el propio sufrimiento.
Necesitamos aprender a sentir el dolor de otros, a dejarnos transformar por el sufrimiento de los otros como si fuera propio.
El sufrimiento está presente en el mundo para provocar amor, para hacer nacer obras de amor hacia los demás seres humanos (ayudar, sentir compasión, apoyar a los enfermos, acompañar en el dolor, etc.).
El egoísmo alimentado por el orgullo es lo que nos lleva a centrarnos en nosotros mismos, a no importarnos los demás y a convertirnos en el centro del Universo.
Todo tipo de injusticia, odio, guerra, violencia, están motivados por el egoísmo.
El egoísmo produce amargura, intransigencia, división, sufrimiento; el egoísmo es el causante de la miseria, adulterios, guerras que hay en el mundo, en la familia e incluso dentro de sí mismo, así como úlceras, depresiones, tensiones, dolores de cabeza, gastritis y cualquier enfermedad psicosomática u otro tipo de violencia, los cuales brotan en nosotros debido a nuestros egoísmos.
El egoísmo nos lleva a buscar la seguridad en nosotros mismos;el egoísta no sabe darse porque a nadie ama, ni siquiera a sí mismo (ya que no haría a los demás lo que no quisiera que le hagan a sí mismo), no puede ver más allá por ello nunca se fija en los demás, sino para sacar provecho de ellos; solo se ve, se escucha, se sirve a sí mismo y a sus intereses personales.
Cuando se sufre con miedo, con rabia, con desesperación, con odio, con rencor, con deseos de venganza, haciendo reclamos, llamando la atención sobre sí mismo una y otra vez, exigiendo consideraciones y cuidados, llorando, quejándose con insistencia, compadeciéndose, haciendo a otros responsables de nuestro dolor, se hace más pesado, más difícil de soportar.
Fuente: comunidaddelperdon.com
sábado, marzo 09, 2019
MIENTRAS CREÍAS QUE NO ESTABA MIRANDO
Mientras tú creías que yo no estaba mirando, yo vi que:
Pegaste con un imán mi dibujo al refrigerador, por eso de inmediato quise hacer otro.
Le diste de comer a un gatito sin hogar, entonces entendí que a los animales hay que tratarlos con amor y respeto.
Preparaste mi pastel favorito especialmente para mi, así me di cuenta que los pequeños detalles ocultan mucho sentido.
Fuiste a visitar a tu amigo enfermo, y entonces entendí que las personas deben cuidarse mutuamente.
No niegas la ayuda a los necesitados, y comprendí que si tienes tiempo y dinero, hay que ayudar a aquellos que no lo tienen.
Tratas con mucho cuidado nuestra casa y a todos los que vivimos aquí, y entendí que cada persona debe cuidar lo que tiene y lo que quiere.
Incluso cuando te sientes mal, continúas cumpliendo con tus obligaciones, y me di cuenta de lo que significa la responsabilidad.
A veces no pudiste contener las lágrimas, y entendí que en la vida hay tristeza y dolor, y llorar es normal.
Nunca dejas de cuidar de mí, y yo quise cumplir todas tus expectativas y hacer todo lo posible para que te sientas orgulloso de mí.
Mientras tú creías que yo no estaba mirando, aprendía de ti la vida. Tomé tu ejemplo y traté de ser como tú.
En lo más profundo de mi alma estaba un pequeño adulto que se decía a sí mismo:
¡¡¡Queridos padres, gracias por todo lo que he visto mientras creían que yo no estaba mirando!!!
Cristian Granados Guerrero
Pegaste con un imán mi dibujo al refrigerador, por eso de inmediato quise hacer otro.
Le diste de comer a un gatito sin hogar, entonces entendí que a los animales hay que tratarlos con amor y respeto.
Preparaste mi pastel favorito especialmente para mi, así me di cuenta que los pequeños detalles ocultan mucho sentido.
Fuiste a visitar a tu amigo enfermo, y entonces entendí que las personas deben cuidarse mutuamente.
No niegas la ayuda a los necesitados, y comprendí que si tienes tiempo y dinero, hay que ayudar a aquellos que no lo tienen.
Tratas con mucho cuidado nuestra casa y a todos los que vivimos aquí, y entendí que cada persona debe cuidar lo que tiene y lo que quiere.
Incluso cuando te sientes mal, continúas cumpliendo con tus obligaciones, y me di cuenta de lo que significa la responsabilidad.
A veces no pudiste contener las lágrimas, y entendí que en la vida hay tristeza y dolor, y llorar es normal.
Nunca dejas de cuidar de mí, y yo quise cumplir todas tus expectativas y hacer todo lo posible para que te sientas orgulloso de mí.
Mientras tú creías que yo no estaba mirando, aprendía de ti la vida. Tomé tu ejemplo y traté de ser como tú.
En lo más profundo de mi alma estaba un pequeño adulto que se decía a sí mismo:
¡¡¡Queridos padres, gracias por todo lo que he visto mientras creían que yo no estaba mirando!!!
Cristian Granados Guerrero