Existen muchas formas de llamarla, una cita, consulta, orientación, sesión terapéutica, ir al loquero (nada graciosa), terapia, asesoría, consejería; en fin, de muchas otras formas se puede llamar el asistir y verte con un especialista en el campo de la psicología o del comportamiento humano. La verdad es que en el tiempo la imagen de psicólogo en este país ha ido escalando poco a poco su importancia.
Dentro de la psicología existen diferentes enfoques así como diversas técnicas y/o métodos para emplear en la asesoría o proceso terapéutico; desde las corrientes más humanistas, pasando por las cognitivo-conductual, hasta la psicoanalítica. También se encontrarán algunos especialistas que manejan otras ramas o especialidades en el campo de la orientación como lo son la experiencia personal, la religión, los metafísicos, los esotéricos y mucho más que puede ayudar en algo pero no por completo, -evite los pañitos de agua tibia-.
Es importante que si Uds., se van a dar el permiso de confiar en un especialista, estén en las manos de uno que esté preparado académicamente y formativamente, en el área en el que Ud. necesite. Por ello es muy importante que vea cual es la especialidad del profesional al cual Ud. va a consultar, si está calificado para asesorar a parejas y familias, si atiende casos de niños especiales, si es sexólogo, si se especializa en alguna técnica o herramienta para ayudar un caso en particular.
Recuerde que Ud. puede hacer cualquier pregunta al especialista sobre su forma de trabajo, la cantidad de sesiones aproximado – recuerde que siempre damos un estimado pero que en muchas oportunidades el paciente va a consultar por una razón en particular y esa es solo la punta del iceberg-. Pueden preguntar por el costo y formas de pago u otras dudas que Uds. deseen aclarar. Lo más importante es que Ud. se sienta muy como con su terapeuta, ya que la idea es que Ud. baje los niveles de estrés, no lo contrario. Sin embargo la continuidad de la terapia es muy importante, ya que de ello depende “su mejora” –la del paciente- y el posponer o cambiar citas o no asistir son obstáculos para la terapia. Sin olvidad mencionar la puntualidad a la hora de su cita –recuerde Ud. tiene su tiempo y los demás también-, el Psicólogo tiene citado a las personas a una hora la cual respeta; recuerde los muy pocos especialistas que existen en su zona y en ocasiones se les dificulta poder atender a todos.
Otro factor muy importante en el proceso terapéutico es la “continuidad”, el especialista diseña un plan de intervención para el caso en particular en el que va a orientar o asesorar al cliente. El éxito de esto está en que el paciente asista a las citas acordadas, cumpla con los ejercicios o actividades a realizar en el hogar o sitio asignado. De lo contrario Ud. se convertirá en un evasor de la situación (lo haga consciente o inconscientemente) y su mejora siempre estará en el arranque pero no donde Ud. realmente desea llegar. La recomendación de los psicólogos es que el paciente asista las sesiones necesarias y logre llegar a su meta –la mejora y satisfacción personal-. Recuerde tampoco es que va a durar más de 6 meses en terapia; hay casos un poco más complicados que otros pero no debería estar un año en esa búsqueda de la mejora –a menos que sea el psicoanálisis-.
El psicólogo es el profesional que lo va ayudar a mejorar su comportamiento, actitudes, emociones, impulsos, mejorar profesional y personalmente, a dejar un hábito nocivo ya sea físico o emocional, y muchas otras cosas más, con las cuales Ud. se sentirá satisfecho con Ud. mismo. No somos magos, brujos o personas que leen la mente; cada paciente debe poner de su parte. No funciona obligado o si el paciente se siente incómodo con el terapeuta. “solo se puede ayudar al que quiere ser ayudado”.
Psic. Rivero
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