Mito 1. Los límites nos alejan de los demás.
La realidad es que los límites son realmente claves para las relaciones personales. Según algunos autores, los límites ayudan a distinguir entre sí mismo y los demás, y esta percepción ayuda a mantener relaciones más saludables y duraderas.
Los individuos con una diferenciación saludable de sí entienden que son distintos de los que les rodean. En otras palabras, aprenden a diferenciar sus propios sentimientos, pensamientos, necesidades y experiencias. Esto les permite permanecer verdaderamente conectados con los demás sin perder su propio sentido de sí mismo.
Mito 2. El amor no requiere límites.
En muchas familias y círculos de amistad, la expresión ‘te amo’ se equipara con ‘Estoy dispuesto a hacer lo que me pidas en cualquier momento’. Esto supone que en nombre del amor verdadero, muchas personas terminan cediendo a demandas que causan daño, que provocan resentimiento y que, finalmente, pueden destruir la relación.
A veces, y más a menudo de lo que creemos, el gesto más amoroso es decir que no, particularmente en las relaciones con nuestros hijos.
Mito 3. Los límites son egoístas.
La realidad que subyace a este mito es que ayudarás a mucha más gente si estás lleno de energía que si estás agotado, resentido y excesivamente comprometido. Decir que "sí" te hará sentir bien en ese momento, pero cuando no seas capaz de mantener tu compromiso estarás decepcionando a los demás y a ti mismo.
Decir "no" puede parecer decepcionante en el momento, pero a la larga te hará ayudar a más personas con mayor eficacia. Además, los límites son realmente útiles para los demás, ya que proporcionan una comprensión más clara de lo que somos, lo que nos importa, y nuestra forma de actuar.
Mito 4. Establecer límites requiere cierta maldad.
La realidad es que, en general, las personas no perciben los límites personales como un castigo. Este mito puede provenir de personas con límites débiles, cansadas de ser atropelladas o ignoradas. Por otra parte, los límites no requieren de acciones intensas ni violentas. De hecho, a veces los límites más fuertes y eficaces no requieren ni siquiera de palabras.
Mito 5. Los límites requieren demasiado tiempo.
En realidad, es más bien todo lo contrario. Una vida sin límites puede llegar a agotar tu tiempo, tu energía y tus emociones. Las líneas imaginarias que trazamos alrededor de nuestros cuerpos, relaciones, objetos, sentimientos y creencias nos dan el tiempo, la seguridad, los recursos y el enfoque necesario para construir nuestra propia vida y el mundo que estemos dispuestos a crear a nuestro alrededor.
Por: Sofía Kanan
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