Por este tema, a consulta han venido desde profesionales como ingenieros que se les dificulta el tener que hablar delante de los obreros, capataces o técnicos, luego jóvenes que desean presentarse a entrevistas laborales o de ingreso a instituciones educativas, hasta estudiantes que se ponen nerviosos o se sonrojan al tener que exponer delante de la clase.