Como los niños, hacen pataletas o rabietas cuando los demás no hacen lo que quiere. Se le dificulta aceptar la realidad y adaptarse a las circunstancias cuando las cosas no resultan como desearía.
Se deja llevar por la impulsividad, ya sea que reacciona agresivamente, con mal humor, o que llora demasiado y dramatiza. Cree que puede reaccionar como quiera, donde quiera, con quien quiera. Bajo control de sus propias emociones.
Ya sea hacia sí mismo o hacia los demás. Difícilmente tiene límites o umbrales y simplemente se deja llevar por sus emociones y lo que siente, sin recapacitar, meditar ni querer mejorar.
Cree que todo lo que siente es real, así no lo sea, pero cree que sus emociones mandan sobre la mente, el autocontrol y la toma de conciencia. Justifica sus conductas debido a sus emociones. Carece de Inteligencia Emocional.
Difícilmente reflexiona, recapacita, medita antes de reaccionar impulsivamente y como sea. Necesita informarse sobre técnicas y herramientas psicológicas para superarse, crecer, madurar, y ponerlas en práctica.
Cree que todo será igual por siempre, que nada debería cambiar y cuando ello sucede, se altera y reacciona neuróticamente. Quiere quedarse en un estado infantil y no crecer, mejorar, evolucionar.
Las cosas tienen que hacerse según su capricho o antojo, sino reacciona negativamente con los demás hasta lograr su propósito. No le importa pelearse.
Frases clásicas que identifican a una persona con inmadurez:
"Voy a hacer lo que me dé la gana"
"No me importa las consecuencias"
"Yo soy el único que importa"
"¡Cállate!"
"No quiero oírte"
"Siempre, nunca, todo, nada"
Conductas de inmadurez:
Tirar cosas
Estar quejándose como niños con rabieta
No pedir permiso ni disculpas
No saludar
No agradecer