Escuchar, conversar y encuentros sexuales ayudan a las parejas.
Hay muchas formas de enfrentar una crisis de pareja: ir a terapia, conversar con los amigos o tal vez recurrir a prácticas menos convencionales. Una forma que está muy de moda para mejorar la intimidad sexual en la pareja es usando un “sustituto sexual”, se trata de un tercero que ayuda a las personas que han acudido a un terapeuta sexual a poner en práctica sus consejos.
Los consejos que dan algunos terapeutas son conversaciones telefónicas, encuentros sexuales casuales, posiciones nuevas entre otros y que pueden ser realizadas por los “sustitutos sexuales” sin mezclar la intimidad con lo emocional.
Los sustitutos sexuales usan técnicas como hablar, escuchar y demostraciones físicas. Ellos abordan directamente el problema desde hablar sobre lo que ocurre, realizar masajes, dar consejos de sexualidad y demostrar dichos consejos.
Aunque en Chile los sustitutos sexuales no son tan comunes, en Estados Unidos los sustitutos sexuales incluso cuentan con una asociación llamada International Professional Surrogates Association (IPSA).
Para poder tener un sustituto sexual debe haber primero una terapia de pareja y debe ser el terapeuta quien recomiende llegar a un sustituto, quienes son parte de la terapia y van marcando límites y objetivos dentro de las sesiones.
Uno de los casos más conocidos es el matrimonio formado por Sara Moore, de 39 años, y Geoff Daniels, de 41 años, quienes llevan 20 años de pareja. Entre los dos se han acostado con 5.485 personas de Reino Unido, Estados Unidos, Francia y Australia. Sara ha estado con 3.323 hombres (incluyendo 52 castos) y Geoff con 2.162 mujeres (incluyendo 49 vírgenes). La pareja atiende un promedio de cinco pacientes por día y cada sesión dura dos horas.
Ellos aplican reglas de sexo seguro: exigen el uso de condones y exigen que el cliente traiga su examen de ETS (enfermedades de transmisión sexual). Atienden a unos 5 pacientes al día y cada sesión dura alrededor de 2 horas. Cobran alrededor de £150 a £300 libras por cada visita.
¿Por qué suena como si estuviesen en el negocio de vender sexo poniéndole la etiqueta de terapia? ¿Se les podría levantar cargos por prostitución? ¿Quizás esta sea la forma como la próxima generación de trabajadores sexuales venda sus servicios?
Fuentes: http://www.puranoticia.cl (en español) y http://www.mizozo.com (en inglés)
http://www.psicologosperu.com/
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