¡SÉ MÁS FUERTE QUE TUS EXCUSAS!
¿Cuál es tu excusa?Las excusas y la responsabilidad no pueden coexistir.
Es muy fácil decir "no soy responsable" pero es muy difícil aceptar que "soy responsable".
Si hay algo en tu vida que no es como tú quieres que sea, tú y sólo tú eres responsable de cambiarlo.
Debes creer que crear soluciones a los desafíos de la vida depende de ti.
Cada vez que das una excusa, disminuyes tu respeto, tu credibilidad y tu integridad.
Cada vez que das una excusa, fortaleces la tendencia a dar más excusas en el futuro y dar excusas se convierte en un hábito.
Si surge una situación en la que anteriormente hubieses dado una excusa, sustituye con las palabras: "Soy responsable".
Si no eres feliz con un aspecto de tu vida, acepta que eres responsable por el mismo.
O has permitido pasivamente que ocurra o lo has creado activamente.
Cuando algo no funcione de la manera en que esperabas, asume la responsabilidad y pregúntate: "¿Qué podría haber hecho para evitar el problema?".
Y para que no te quedes enfrascado en el problema, proponte lo siguiente (a raíz de la experiencia y del aprendizaje del error): "La próxima vez lo haré diferente: esto es lo que me propongo hacer para evitar volver a cometer el mismo error".
Cuando dejes a un lado los gemidos, lloriqueos, "pataletas", rabietas, groserías, malcriadeces y la justificación, estarás logrando tener conductas adultas, maduras, serenas.
Por lo general, alguien en alguna parte lo ha pasado peor que tú y tuvo éxito.
Rehúsa representar el papel de víctima.
Las víctimas están muy ocupadas empantanándose en la injusticia ("es injusto"), el drama, el resentimiento, el rencor, la venganza.
Pregúntate: "Si este acto se volviera un hábito en mí, ¿sería para mi bien a largo plazo? Si la respuesta es no, entonces no lo hagas.
Pregúntate: "¿Qué es lo más sabio que puedo hacer en esta situación?".
Cuando asumas la responsabilidad por tus acciones, asumas que la vida te pudiera parecer que no siempre es justa, te deshagas de las excusas, te conviertas en una persona proactiva (hacedora) y desarrolles una mentalidad de abundancia, destruirás muchas de las barreras que te separan del éxito.
RECUERDA: TU ÉXITO BENEFICIA A LOS DEMÁS.
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