Cuando los atletas olímpicos regresan a casa después de los juegos, algunos sufren lo que los psicólogos llamamos DPO (Depresión Post Olímpica).
Después de ser el centro de atención del mundo entero y de años de entrenamiento para sobresalir en la competición, los gimnastas que sufren este trastorno caen en un estado de depresión una vez que retoman su vida cotidiana.
Parece como si, después de haber alcanzado la cumbre del éxito, no tuvieran ahora ningún objetivo por el que trabajar y por tanto sienten que su vida carece de sentido.
Los astronautas del Apolo que caminaron por la Luna experimentaron un fenómeno similar.
Después de conseguir algo así, se sintieron desalentados al darse cuenta de que pocas cosas en la vida podían igualar la emoción de viajar al espacio.
Para mantener un saludable nivel de optimismo y pasión por la vida, hay que ponerse siempre objetivos cada vez más elevados.
Al alcanzar una meta, tanto si es un objetivo profesional como si es personal, es esencial que de inmediato te pongas otro.
Elegir una corriente continua de objetivos estimulantes liberará todo tu talento.
Recuerda: los diamantes se crean a partir de unas presiones constantes.
Así que asegúrate de que tus objetivos son valiosos para ti.
Asegúrate de que son la clase de desafíos que te obligarán a escarbar en tu interior y sacar lo mejor de ti mismo, ayudándote a crecer en el proceso.
Para manifestar plenamente tu potencial humano y dejar un legado que perdure, debes seguir subiendo el listón y exigiéndote más.
Y debido a esa actitud de constante superación personal, la vida pone grandes bendiciones en tu camino.
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