Señor:
En estos tiempos tan duros de zozobra e incertidumbre
un nombre viene a nuestros labios y es Madre.
Por ellas te pedimos,
Tú, que les diste el don de apartar de sus hijos todo miedo,
de consolar toda angustia,
de sostener nuestra mano con su dulce fortaleza,
de luchar sin descanso por nuestro bienestar;
ampáralas de todo mal,
consuela su soledad,
sostén su mano en la enfermedad,
enjuga sus lágrimas en el duelo.
Que sientan Tu presencia cada día y
se fortalezcan bajo el manto de María, Tu santa Madre.
Acoge en Tu seno a las que han partido a Tu encuentro
y bendícelas por ser testigos de Tu amor.
Amén.
Fuente: Editorial San Pablo