¿Sabes qué es lo peor del rencor? Que la mayoría de las veces el otro ni se entera.
En algún momento todos hemos experimentado los altibajos de la vida cuando llegamos a ser maltratados por otros o cuando perdemos algo que creemos que merecemos.
En los últimos años, los investigadores han demostrado que sentir rencor, particularmente durante un período prolongado, puede tener un efecto colateral para nuestra salud.
Cuando no llegamos a perdonar, cuando somos hostiles y cuando nos enojamos, liberamos todos los neuroquímicos de la ansiedad y el estrés.
El cortisol, la adrenalina y la norepinefrina se encargan de estar en todo el cuerpo.
Nuestra presión arterial y nuestra frecuencia cardíaca aumentan dramáticamente, y con ello el riesgo de sufrir enfermedades coronarias.
El cerebro entra en un estado en el que se le conoce como "la zona de no-pensamiento", donde nuestras facultades mentales se ven seriamente limitadas: no podemos pensar con claridad, y encontrar soluciones a nuestros problemas cotidianos se vuelve inasequible.
Entonces, la pregunta es ¿realmente vale la pena guardar rencor?