jueves, septiembre 30, 2010

COMO MANTENERSE JOVEN

1. Elimine los números que no son esenciales. Esto incluye la edad , el peso y la altura..
Deje que los médicos se preocupen de eso.


2. Conserve sólo los amigos divertidos. Los depresivos tiran para abajo.
(Recuerde esto si es uno de estos depresivos!)


3. Aprenda siempre:
Aprenda más sobre computadoras, artes, jardinería, o lo que sea. No deje que su cerebro se vuelva perezoso.
'Una mente perezosa es la oficina del Alemán.' Y el nombre del Alemán es Alzheimer!


4. Aprecie más las pequeñas cosas


5. Ría muchas veces , durante mucho tiempo y muy alto. Ría hasta que le falte el aire.
Y si tiene un amigo que lo hace reír, pase mucho y mucho tiempo con él / ella!


6. Cuando las lágrimas aparecieran...
Aguante, sufra y supérelo.
La única persona que se queda con nosotros toda la vida somos nosotros mismos.
VIVA mientras esté vivo.


7. Rodéese de las cosas que ama:
La familia, animales, plantas, hobbies, o lo que sea.
Su hogar es su refugio.


8.. Cuide su salud:
Si es buena, manténgala.
Si es inestable, mejórela.
Si no consigue mejorarla , busque ayuda.

9. No haga viajes de culpa. Viaje al centro comercial, a un país diferente, NO donde haya culpa

10. Dígales a las personas que ama que las ama en cada oportunidad.

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miércoles, septiembre 29, 2010

CARGANDO TU CRUZ



Señor, es demasiado pesada, por favor déjame cortarla un poquito.



Señor, por favor, córtala un poquito más y podré cargarla mejor

Señor, muchas gracias…


Usemos esto como puente y crucemos por encima.
Ahhh, es demasiado corta y no puedo cruzar…

Sólo hay una salida para los sufrimientos... pasando por ellos,
Dios nunca te dará más de lo que puedes cargar.
Así que carga tu cruz y regocíjate en el premio.
Aprendamos a cargar nuestra cruz sin renegar y sólo pidamos al Señor fuerza y fortaleza para salir adelante y salir triunfadores.
Cualquiera sea tu cruz, cualquiera sea tu dolor,
siempre habrá un resplandor, un atardecer, después de la lluvia.
Quizás puedas tropezar, quizás hasta caer...
Pero Dios siempre está listo a responder a tu llamada.
Dios siempre enviará un arco iris después de la lluvia.

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martes, septiembre 28, 2010

EL SILENCIO DE LOS HOMBRES

Me quedo callado...

Cuando era niño me quedaba callado cuando no sabía responder, mi hermana solía tener más palabras y era notorio cómo se entendía mejor con mi mamá o con otras mujeres.



Me quedo callado...

Cuando eres niño, hay un lenguaje corporal, gestos, señales, que los hombres tardan en descifrar, en cambio las mujeres maduran antes.



Me quedo callado....

Sucedió en la infancia, en la adolescencia, en mi barrio estabamos en una esquina y los chicos podíamos quedarnos en silencio por largo rato y nadie decía nada, y esto no nos preocupaba, nadie se ponía ansioso por ¨dejar de hablar¨.



Me quedo callado...

Cuando no entiendo nada, cuando quiero ser prudente, cuando no tengo respuestas aún, cuando prefiero evitar peleas, ¿por qué? Porque temo descontrolarme y ser agresivo, porque temo ser impulsivo, porque temo quedar como tonto, porque temo hacer el ridículo o temo que mi respuesta te moleste.



Me quedo Callado...

En una fiesta donde no conozco a nadie, en una reunión donde hay más mujeres, ¿Por qué? Porque las mujeres manejan mejor el tema emocional, son más rápidas, más listas y más manipuladoras.



Me quedo callado....

Cuando peleamos, porque igual no me vas a hacer caso, ya sé tu respuesta. La misma de siempre.



Me quedo callado....

Así evito pelear más, así evito que me domines con tus argumentos ¨Eres un egoista¨, ¨solo piensas en ti¨, ¨a ti ya no te importa nada solo tu trabajo¨, ¨tú siempre quedándote callado¨, y tu comentario preferido ¨tus hijos son los que sufren¨.



Me quedo callado...

Porque si yo hablara, las peleas serían interminables, ya tendría una denuncia por violencia psicológica, o probablemente ya me hubiera ido de la casa. ¿Te das cuenta que tienes respuesta para todo? ¿Te das cuenta que diga lo que diga, siempre vas a ganar? ¿Además hay respuestas obvias, que no necesitan una respuesta verbal?



Me quedo callado....

Porque pienso que es el mejor camino, a menos que tú también te quieras quedar callada y quieras escuchar lo que tengo que decirte sin que te moleste mi forma diferente de pensar y sentir el problema. ¿Te animas a quedarte callada? ¿Te animas a esperar mis respuestas con el tiempo que tomen o tendré que darte respuestas en el momento? Porque si me demoro y pienso, entonces ¡estoy tramando algo!



Conclusión:

El silencio en los hombres no solo es prudencia, reserva, precaución, es también la única manera en que aprendimos a cuidarnos, pues sabemos estar más con nosotros mismos que compartir emociones con las mujeres, esa razón explica por qué ¨nos quedamos callados cuando ustedes piensan que deberíamos compartirlo todo¨.

Por: Tomás Angulo

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lunes, septiembre 27, 2010

LA BARRIGA DEL HOMBRE CASADO


¿A qué se debe que los hombres suban de peso cuando se casan y tienen hijos?
No se debe a un único factor sino a múltiples factores tales como el cambio de su estilo de vida, la sensación de seguridad al estar en pareja, la comodidad, los cambios en los hábitos y los hábitos compartidos, en muchos casos la reducción de la actividad física o de las salidas nocturnas, etc.

¿Qué factores psicológicos conductuales intervienen en el incremento del peso?
El reforzamiento de las conductas por parte de su pareja, la extinción o reducción del tiempo de recreación con amistades, el fenómeno denominado en inglés “couch potato”, es decir el síndrome de estar largo tiempo sentado en el sillón viendo televisión e ingiriendo bocaditos o “comida chatarra”, etc.

¿Qué problemas en el matrimonio puede acarrear la subida de peso?
Disminución de la satisfacción mutua en la actividad sexual con su pareja, disfunciones sexuales, mayor esfuerzo físico para realizar actividades, aumento de la ansiedad, mayor estrés, influencia en la subida de peso de su pareja, incomprensión por parte de su pareja, despreocupación de su persona, etc.

¿Qué significa que un hombre suba de peso al casarse y tener hijos? ¿Acaso una debilidad o una falta de convicción o baja autoestima?
Allí hay que tener en cuenta tanto la historia familiar, es decir los hábitos de su familia de origen, como la calidad de vida que dicho hombre tenía antes de contraer matrimonio y el estilo de vida que quisiera para su nueva familia. No solo se da en los casados sino también en las parejas convivientes.
Las personas que suben de peso, descartando factores hereditarios o de metabolismo, en muchos casos lo hacen para compensar su ansiedad, en otros casos por una aparente practicidad, por ociosidad, por descuido de su persona, por excesos en autocomplacencia, por un inadecuado manejo de frustraciones, por un inapropiado autocontrol, todo lo cual está relacionado con la autoestima.
La persona que se quiere y se valora adecuadamente también cuida su apariencia física.

¿Qué de cierto tiene un posible efecto contagio que existe de una pareja a otra, ya que es habitual que si un miembro de la pareja engorda también lo hará el otro debido a que comparte hábitos. ¿Por qué se da este fenómeno de contagio?
Si el otro miembro no posee una adecuada autoestima y autocontrol, puede dejarse influir negativamente por los hábitos alimenticios de su pareja, ya que van a compartir los alimentos que hay en el refrigerador, en la cocina, durante las comidas en la mesa, lo cual puede ser muy tentador hacia la ingesta de comidas no saludables.

¿Es cierto que el engordamiento es un proceso desde el noviazgo cuando uno ya se siente estable con una pareja, que se incrementa con la ansiedad por la boda y se hace hábito por el poco tiempo para el ejercicio cuando ya se tienen hijos?? Cual diría usted que es el proceso de subida de peso?
Si se trata de establecer un proceso de subida de peso en las relaciones de pareja, podría señalar que en la primera etapa de enamoramiento que suele durar de 1 a 2 años, cada miembro de la pareja se exhibe y luce lo mejor de sí. En la segunda etapa, de mayor formalización y compromiso van a ir conociendo los hábitos y manías del otro y compartiendo costumbres. En los noviazgos a largo plazo puede darse el sentirse estable y despreocuparse en cierta medida por su apariencia física. La ansiedad de la boda es relativamente momentánea. En los primeros años de casados, y de convivencia, se van a ir estableciendo acuerdos y límites con respecto a los hábitos de cada uno. A esa etapa se le denomina “la crisis de la pasta dental”. Ahí se establece el patrón a seguir en los próximos años: quién cede más, quién se adapta más al otro, quién permite más cosas y quién no, hasta que se vayan formando las costumbres que compartirá esa pareja. En los años posteriores, algunas parejas suelen llevarse por la comodidad y simplemente dejar que se instalen las costumbres poco saludables, mientras que otras parejas optarán por cuidarse mutuamente y acompañarse para mantener un estilo de vida saludable.
Cabe resaltar el hecho de que cuanto más pasen los años, mayor será la tendencia a aumentar de peso.

¿El hecho de que uno se sienta estable con una pareja hace que descuide su aspecto? ¿A qué se debe?
Se debe a que ya desciende la necesidad de esforzarse por lucirse y gustarle a alguien más. El hecho de ya haber alcanzado la meta que quería y sentir que ya no tiene que hacer mayores esfuerzos en esa área. Muchos piensan: “si me ama, me tiene que aceptar así como soy”. Craso error.

¿Cómo puede uno prepararse psicológicamente para no engordar cuando se case o tenga hijos?
Trabajando individualmente en crecer como persona, para tener qué transmitirle a su pareja. Cosas positivas como tolerancia, comprensión, autocontrol, toma de decisiones, expresiones de afecto, etc. No esperar que mi pareja me dé cosas sino también qué es lo que yo le voy a dar a mi pareja. Si tengo cosas agradables y saludables física y psicológicamente voy a poder influir positivamente en mi pareja. También ayuda el pensar en que los esfuerzos por conservar la propia salud van a repercutir en una mejor relación para poder así gozar más años de tranquilidad junto a la pareja. Si tú deseas estar y permanecer saludable, ¿quién te lo puede impedir?

¿Cómo uno puede cambiar de actitud y empezar a solucionar su sobrepeso u obesidad, producto del matrimonio?
Ahí está la clave, empezando por la actitud. Con una buena actitud ya hemos logrado bastante. Para cambiar la actitud, empieza por centrarte en las cosas positivas de tu pareja y del hecho de estar saludable. Comprométete a la acción, ocúpate de lo que es posible, nadie lo va a hacer por ti.

¿Si uno engorda al casarse, cuán probable es que adelgace al divorciarse?
Más que el estado civil, lo que se requiere es que la persona posea estabilidad emocional, para poder sobrellevar cualquier situación difícil que se le presente en la vida.
Por lo general, al divorciarse suele bajar la autoestima, lo cual es natural; la idea es que no descienda demasiado y que pueda ser manejable. Inicialmente puede haber falta de apetito, o comer por ansiedad, la idea es que ello sea algo breve y temporal y que no se quede en una conducta permanente.
Si divorciarse fuese la solución para adelgazar, muchos estarían divorciándose para lograr ello, lo cual no es la solución.

¿Cuál es la solución?
Ayuda el hecho de que la pareja le refuerce positivamente cualquier logro o conducta deseada en miras a una mejora en su salud física y mental.
Es un grave error que no ayuda a mejorar su relación el pensar “si me ama, me tiene que aceptar así como soy”. Craso error. Por el contrario, más bien ayuda el pensar “sé que tengo mi propia forma particular de ser y también sé que deseo y puedo mejorar algunos aspectos”. Esto último hará que puedas elegir sentirte mejor y redundará en una mejor relación
Evita las tentaciones, como tener reservas en exceso de comida poco saludable. Haz mejores elecciones en tus compras de alimentos. No se trata de comer únicamente lo que se te antoja para sentirte lleno sino ingerir lo necesario para una adecuada nutrición de tu cerebro (Omega 3, magnesio, antioxidantes, etc.).
Quiérete un poquito más. Si te quieres, vas a cuidar tu cuerpo y tu estado emocional.
Mejora tu calidad de vida, para que puedas vivir más y mejor, para que puedas disfrutar a tus descendientes, nietos, bisnietos, etc.
Si se te dificulta hacerlo por ti mismo, busca la ayuda de un profesional.

Extraído de una entrevista que me hicieron para el artículo titulado "El Matrimonio Engorda", que aparece en la Revista Fausto de este mes de octubre 2010, páginas 64 a 67:


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domingo, septiembre 26, 2010

A QUÉ NO DARLE IMPORTANCIA

Este cuento de hadas nos enseña qué es no dar importancia:

HABIA UNA VEZ un reino feliz que solamente tenía un problema: un ogro se había instalado en la montaña más alta e inaccesible y acosaba a sus habitantes sin cesar.

Un buen día tuvo la osadía de raptar a la hija única del rey y llevarla a su castillo en lo alto de la montaña.

El rey, desesperado, publicó un edicto en el que ofrecía la mano de la princesa a quien la rescatase del ogro.

Se presentaron dos caballeros: uno con una magnífica armadura nueva y reluciente, y el otro, un pobre caballero que había cogido prestada la armadura de su padre, que era vieja y, además, le venía algo grande.

Ambos estaban tan enamorados de la princesa, que se arriesgaron a subir donde el ogro tenía su castillo.

Cuando estaban preparándose para su tarea, llegaron noticias de que el ogro se había ido a otra cueva a cazar.

Desde la cueva vigilaba el camino al castillo, de forma que nadie podría subir sin que él lo viese.

Los caballeros, asombrados de su suerte, iniciaron la escalada.

Cuando llegaron al lugar que estaba bajo la vigilancia del ogro, este les vio y les lanzó dos certeras flechas.

Les dio a ambos en el hombro, en el mismo lugar, causándoles un dolor insoportable.

Además, comenzó a gritarles: “Con esa flecha en el cuerpo nunca llegaréis al castillo, ni podréis subir las murallas. Perderéis mucha sangre, moriréis antes de llegar. Volved atrás”.

El caballero de la armadura reluciente pensó: “Tiene razón”, y bajó rápido, pensando: “Necesito estar fuerte para llegar; en cuanto me cure y me sienta bien, volveré y venceré al ogro”.

El de la armadura vieja hizo oídos sordos y con el mismo dolor y sufrimiento que el otro, siguió hacia arriba.

Llegó al castillo, agotado y dolorido; pero según se acercaba se le olvidaban el dolor y su herida.

Finalmente rescató a la princesa y se casó con ella, llegando a ser un rey muy querido en aquella nación.

FIN

El caballero pobre no dio importancia a la herida y al dolor, mientras que el otro cayó en la trampa de pensar que primero debería sentirse bien para luego hacer lo que tanto anhelaba.

El pobre, frente a su deseo de alcanzar su meta, no dio importancia a su herida ni hizo caso a los pensamientos que el ogro puso en su cabeza, mientras que el otro concedió importancia a sentirse bien, por encima de sus valores.

Es importante tener claro qué es nuestra “princesa”, es decir, identificar los valores por los que nos merece la pena arriesgarnos a sentir todo el sufrimiento que sea necesario. Los ejercicios de identificación de nuestros valores y de aceptación del sufrimiento nos ayudan en el camino hacia lo que da sentido a nuestra vida.

En consecuencia, la solución es no dar importancia a lo que nos dicen los pensamientos negativos, a nuestros temores.

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sábado, septiembre 25, 2010

AYER, MAÑANA Y HOY


Ayer... ya pasó

Mañana... no sé

Hoy... hoy es lo que importa

¡Vívelo!

¡Disfrútalo!



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viernes, septiembre 24, 2010

LIMPIEZA INTERIOR

Estaba necesitando hacer una limpieza en mí: tirar algunos pensamientos indeseados, lavar algunos tesoros que estaban medio oxidados.

Entonces saqué del fondo del cajón, recuerdos que no uso y no quiero más.

Tiré afuera algunos sueños, algunas ilusiones. Papeles que nunca usé, sonrisas que nunca regalé.

Tiré afuera la rabia y el rencor de las flores marchitas que estaban dentro de un libro que nunca leí.

Miré para mis sonrisas futuras y mis alegrías pretendidas y las coloqué en una caja, bien ordenadas.

Saqué todo de adentro del armario y lo fui tirando al suelo: pasiones escondidas, deseos reprimidos, palabras horribles que nunca hubiera querido decir, heridas de un amigo, recuerdos de un día triste.

Y también encontré otras cosas... ¡y muy bellas!: un pajarito cantando en mi ventana, aquella luna color de plata, el poner del sol.

Me fui encantando y distrayendo, mirando cada uno de aquellos recuerdos.

Me senté en el suelo para poder escoger. Arrojé directo en el saco de la basura los restos de un amor que me hirió. Tomé las palabras de rabia y dolor que estaban en el estante de encima, pues casi no las uso, y las tiré afuera en el mismo instante.

Otras cosas que aún me hieren, las coloqué aparte para después ver lo que haré con ellas, si las olvido o las envío a la basura.

Era en aquella caja, en que uno guarda todo lo que es más importante: el amor, la alegría, las sonrisas. La Fe para los momentos que más la necesitamos.

Recogí con cariño el amor encontrado, doblé ordenados los deseos, coloqué loción en la esperanza, pasé un paño en el estante de mis metas y las dejé a la vista para no olvidarlas.

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