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viernes, marzo 13, 2015

TECNO-ENFERMEDADES, TECNO-ADICCIONES, TECNO-ESTRES, TECNO-ANSIEDAD


TECNO-ENFERMEDADES

Las ENFERMEDADES 2.0 son enfermedades tan comunes en nuestras vidas que a diario vivimos con ellas de uno u otro modo ya que la tecnología es una necesidad más de nuestras vidas, a cuantos de ustedes alguna vez no se le ha caido la red y eso hace mucha muchas más falta que la misma energía eléctrica, desespero, estrés, son algunos de los síntomas más comunes cuando estamos apegados al internet y por una u otra razón se nos va.

ENFERMEDADES 2.0 FÍSICAS: estas enfermedades producen cefaleas (dolores de cabeza), fatiga, estrés, trastorno del sueño,síntomas cutáneos, como picazón, ardor y dolores musculares. Existe un desgaste ocular e irritación de los ojos, esto se debe a la mal iluminación de los lugares donde estemos. La mala portura a la PC daña la parte baja de la espalda.

Hay personas que viven conectadas a un dispositivo electrónico hasta 16 horas al día: hacen llamadas, chequean mensajes de manera compulsiva, juegan y navegan. Esta conducta obsesiva y en muchos casos adictiva pasa factura: los ojos, los músculos, los ligamentos, las articulaciones y las vértebras pueden verse afectados a mediano o lago plazo.

Aquellos que pasan todo el tiempo escribiendo con los pulgares, la mirada fija en una pantalla y la espalda encorvada, desconocen que esta actividad aparentemente inocua conlleva el desarrollo de sifosis (jorobas), retracciones en ligamentos de los dedos, tensiones musculares y alteraciones en algunos nervios que pueden quedar atrapados dentro de sus estructuras, como ocurre con el síndrome del túnel del carpo.

Pero estos no son los únicos males: también pueden acabar afectando a sus tendones, generando problemas como el síndrome de Quervain (en los pulgares), epicondilitis (inflamaciones en codos y otras articulaciones) y calambres, entre otros.

Sandra Barrero, fisioterapeuta de la Universidad Nacional, afirma que están apareciendo “problemas en el cuello, alteraciones de columna, deficiencias visuales y estrés” como consecuencia del uso excesivo de teléfonos inteligentes. “Es un problema social, laboral y familiar”, dice.

En la medida en que estos ajustes corporales se convierten en malas posturas –muchas inconscientes–, pueden crear desequilibrios o sobrecargas, señala la fisiatra Olga Lucía Estrada, quien explica que estos padecimientos generan a su vez retracciones, dolores e, incluso, inmovilidad.

Para Mariana Tovar, especialista en medicina física y rehabilitación, la forma de evitar las reacciones neuronales, musculares y de ligamentos que ocasionan los malos hábitos, es con estiramientos, antes y después de usar el celular.

Diferentes estudios sugieren que el número de personas con miopía en el mundo ha aumentado un 35 por ciento desde la masificación del teléfono inteligente.

Esto podría explicarse por el hecho de que las letras en las pantallas no son estáticas, y producen un microcentelleo (de cerca de 80 Hz) casi imperceptible al ojo, pero no para el sistema ocular en su conjunto.

TECNO-ADICCIONES

Se han dado múltiples posibilidades: tecnoadicciones, adicción a las nuevas tecnologías, Trastorno de Adicción a Internet, Síndrome de Adicción a Internet (en el caso de esta tecnología), etc.

Sin embargo, con independencia del término empleado, este tipo de conductas desadaptativas, se caracteriza como cualquier otra adicción por tres síntomas:

Tolerancia: necesidad de la persona de aumentar el tiempo que pasa utilizando el aparato (ordenador, videoconsola, teléfono móvil, televisión) para obtener el mismo efecto.
El bienestar que genera su uso va progresivamente disminuyendo, y por eso el usuario tiende a utilizarlo durante cada vez más tiempo, para poder obtener un nivel adecuado de satisfacción.

Abstinencia: sensación desagradable que experimenta la persona cuando no puede usar la tecnología.
Por este motivo, tiende a usarla cada vez mas y de forma mas compulsiva, para aliviar el malestar que le genera no poder hacerlo.

Dependencia: cuando la persona necesita aumenta progresivamente el tiempo de uso de la tecnología (tolerancia) y además, se siente mal si no puede hacerlo (abstinencia)
Además, el usuario dependiente comienza a tener una serie de pensamientos y conductas relacionadas con su problema, que repercuten en sus relaciones sociales y familiares, en su rendimiento escolar y/o laboral.

TECNO-ESTRES

El concepto de tecnoestrés está directamente relacionado con los efectos psicosociales negativos del uso de las TIC. Fue acuñado por primera vez por el psiquiatra norteamericano Craig Brod en 1984 en su libro "Technostress: The Human Cost of the Computer Revolution". Lo define como: "una enfermedad de adaptación causada por la falta de habilidad para tratar con las nuevas tecnologías del ordenador de manera saludable".

Hace referencia a los problemas de adaptación a las nuevas herramientas y sistemas tecnológicos. Además, se entiende el tecnoestrés como "una enfermedad" y lo más relevante: causada por una falta de habilidad o incompetencia de los usuarios.

Otras definiciones del tecnoestrés han venido dadas por autores como Michelle Weil y Larry Rosen en su libro "Technostress: coping with Technology @ work, @ home and @ play" publicado en 1997. Ellos lo definen como: "cualquier impacto negativo en las actitudes, los pensamientos, los comportamientos o la fisiología causado directa o indirectamente por la tecnología".

Estos autores señalan que el tecnoestrés es también una enfermedad y que se debe principalmente al creciente estrés que produce la invasión en la vida diaria de teléfonos móviles, e-mails, PDAs, etc. Con esta definición van un paso más allá y centran el tecnoestrés en el impacto negativo de la tecnología. No obstante, sigue siendo una definición demasiado amplia para poder ser operativa.

Una definición más específica (Salanova, 2003) es la que entiende el tecnoestrés como:
"un estado psicológico negativo relacionado con el uso de TIC o amenaza de su uso en un futuro. Ese estado viene condicionado por la percepción de un desajuste entre las demandas y los recursos relacionados con el uso de las TIC que lleva a un alto nivel de activación psicofisiológica no placentera y al desarrollo de actitudes negativas hacia las TIC".

En esta definición queda reflejado que el tecnoestrés es resultado de un proceso perceptivo de desajuste entre demandas y recursos disponibles, y está caracterizado por dos dimensiones centrales: 1) síntomas afectivos o ansiedad relacionada con el alto nivel de activación psicofisiológica del organismo, y 2) el desarrollo de actitudes negativas hacia la TIC. Ahora bien, esta definición está restringida al tipo más conocido de tecnoestrés: la tecnoansiedad.
Porque el tecnoestrés, como el estrés en general, es un término "cajón-de-sastre" que alberga diferentes tipos específicos de tecnoestrés, tales como, tecnoansiedad,

TECNO-ANSIEDAD

La tecnoansiedad es el tipo de tecnoestrés más conocido, en donde la persona experimenta altos niveles de activación fisiológica no placentera, y siente tensión y malestar por el uso presente o futuro de algún tipo de TIC. La misma ansiedad lleva a tener actitudes escépticas respecto al uso de tecnologías, a la vez que pensamientos negativos sobre la propia capacidad y competencia con las TICs.

TECNO-FOBIA

Un tipo específico de tecnoansiedad es la tecnofobia que se focaliza en la dimensión afectiva de miedo y ansiedad hacia la TIC. Jay (1981) define la tecnofobia en base a tres dimensiones: 1) resistencia a hablar sobre tecnología o incluso pensar en ella, 2) miedo o ansiedad hacia la tecnología, y 3) pensamientos hostiles y agresivos hacia la tecnología.

TECNO-FATIGA

Pero las personas podemos experimentar otro tipo de emociones negativas que no tienen que ver con una alta activación no placentera, por ejemplo, la fatiga o el cansancio mental por el uso continuado de TIC. La tecnofatiga se caracteriza por sentimientos de cansancio y agotamiento mental y cognitivo debidos al uso de tecnologías, complementados también con actitudes escépticas y creencias de ineficacia con el uso de TICs. Un tipo específico de tecnofatiga es el llamado: síndrome de la "fatiga informativa" derivado de los actuales requisitos de la Sociedad de la Información y que se concreta en la sobrecarga informativa cuando se utiliza Internet. La sintomatología es: falta de competencia para estructurar y asimilar la nueva información derivada del uso de Internet, con la consiguiente aparición del cansancio mental.

TELEFONITIS o MOVIL-ADICCION

Telefonitis: dícese de reciente síndrome de progresiva difusión social caracterizado por transformación de la personalidad ante la presencia, transporte, sonido y visualización de un teléfono, éste último generalmente móvil (celular). Fuente: http://www.semanariouniversidad.ucr.cr.

SOLUCIONES

1. Antes de dormir evite su teléfono, la luz brillante que emite la pantalla inhibe la producción de melatonina, una hormona que induce al sueño.

2. Deje el cargador en la casa para obligarse a usarlo con moderación.

3. Vincúlese a actividades divertidas donde no pueda usar su celular. 

4. Antes y después de utilizar los dispositivos, haga ejercicios de calentamiento, flexione el cuello hacia abajo y después inclínelo a sus laterales; lleve los hombros hacia atrás; doble y estire los brazos y, por último abra y cierre las manos varias veces, lanzando con fuerza los dedos. Todo en series de repeticiones de 10.

5. Por cada 60 minutos al frente del computador permanezca 10 de reposo: levántese mire a través de la ventana, parpadee y relájese.

6. Reserve un día a la semana reduciendo la tecnología, para fomentar la comunicación hablada y la relación personal.

7. Profundice en el objetivo de la tecnología y utilizarla para lo estrictamente necesario.

8. Limite el horario de juego o de conexión de internet a periodos determinados en el día.


jueves, noviembre 05, 2009

ADICCION A INTERNET

ADICCIÓN A INTERNET: CRITERIOS PREVIOS A LA INTERVENCIÓN PSICOTERAPÉUTICA

La sociedad actual, inmersa en un mudo globalizado, ha recibido grandes aportes del desarrollo tecnológico, entre los que destaca la facilidad del acceso a la información a través de la “red de redes” Internet.

Conjuntamente a ello, se están detectando problemas para el ser humano entre los que destaca la Adicción a Internet y sus diferentes servicios.

Las aplicaciones existentes en Internet, permiten el anonimato, lo cual hace que la comunicación por vía electrónica tenga características diferenciadas de las tradicionales: la desinhibición (Greenfield, 1999b), la que se concibe como una pérdida del pudor y del miedo a expresarse libremente. Este hecho provee a la persona de un sentimiento de protección y libertad al mismo tiempo.

McKenna y Bargh (1998) encontraron que este medio permitía a aquellos con personalidades estigmatizadas (por razones de sexo o ideología) tener una gran autoaceptación, hecho que no se presentaría en sus medios sociales naturales como la familia, el barrio, escuela, etc. Para el adicto a Internet el sentimiento de pertenencia al grupo virtual se convierte en una parte importante de su identidad y se involucra cada vez más y más en actividades relacionadas a internet, descuidando cada vez más sus interacciones sociales previas y sus responsabilidades, y; sintiendo una ansiedad cada vez mayor por interactuar virtualmente.

Al respecto la evidencia sobre consecuencias negativas relacionadas con el uso de Internet ha llevado a varios autores (Echeburúa y cols., 1998; Griffiths, 1997; Young, 1996) a proponer la existencia de un desorden de adicción a internet muy similar a otros trastornos adictivos y al que se le ha denominado de varias formas, Internet Addiction Disorder (IAD)- (Goldberg, 1995), uso compulsivo de Internet (Morahan-Martin y Schumacker, 1997), o uso patológico de Internet – Pathological Internet Use (PIU)- (Young y Rodgers, 1998b).

Similarmente a otras adicciones los componentes fundamentales de estos trastornos adictivos serían: pérdida de control y dependencia excesiva. Este problema requiere identificar características y criterios específicos que nos permitan un diagnostico competente de la adicción a Internet con la finalidad de utilizar los datos obtenidos como base de la intervención psicoterapeutica.

En este marco es necesario entender este trastorno como una adicción psicológica, la cual puede ser examinada tomando como referencia el DSM IV, del que autores como Goldberg (1995) & Young (1999) adaptan algunos de los criterios (tanto de adicción a sustancias como de juego patológico) para construir inventarios que examinen a los pacientes con adicción a internet.

Por: Alex Grajeda Montalvo (Perú)
Universidad Peruana Los Andes

http://www.psicologosperu.com/