viernes, septiembre 16, 2011

LA CASA IMPERFECTA

Un maestro de construcción ya entrado en años estaba listo para retirarse a disfrutar su pensión de jubilación. Le contó a su jefe acerca de sus planes de dejar el trabajo para llevar una vida más placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario mensual, pero necesitaba retirarse; ya se las arreglarían de alguna manera.

El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera el último esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en lo que hacia. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. Era una infortunada manera de poner punto final a su carrera.

Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las llaves de la puerta principal. "Esta es tu casa, querido amigo ---dijo-. Es un regalo para ti".

Si el albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, seguramente la hubiera hecho totalmente diferente. ¡Ahora tendría que vivir en la casa imperfecta que había construido!

Reflexión:

A veces construimos nuestras vidas de manera distraída, sin poner en esa actuación lo mejor de nosotros. Muchas veces, ni siquiera hacemos nuestro mejor esfuerzo en el trabajo. Entonces, de repente, vemos la situación que hemos creado y descubrimos que estamos viviendo en la casa que hemos construido. Sí lo hubiéramos sabido antes, la habríamos hecho diferente.

Sería interesante conseguir actuar como si estuviésemos "construyendo nuestra casa".
La vida es como un proyecto de "hágalo-usted-mismo". Tu vida, ahora, es el resultado de tus actitudes y elecciones del pasado. ¡Tu vida de mañana será el resultado de tus actitudes y elecciones de hoy!

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jueves, septiembre 15, 2011

EL TELEVISOR

Mientras oraba antes de acostarse, un niño pidió con devoción:

"Señor, esta noche te pido algo especial: conviérteme en un televisor. Quisiera ocupar su lugar. Quisiera vivir lo que vive la tele de mi casa. Es decir, tener un cuarto especial para mí y reunir a todos los miembros de la familia a mí alrededor.

"Ser tomado en serio cuando hablo. Convertirme en el centro de atención y ser aquel al que todos quieren escuchar sin interrumpirlo ni cuestionarlo. Quisiera sentir el cuidado especial que recibe la tele cuando algo no funciona.

"Y tener la compañía de mi papá cuando llega a casa, aunque este cansado del trabajo. Y que mi mamá me busque cuando esté sola y aburrida, en lugar de ignorarme. Y que mis hermanos se peleen por estar conmigo.

"Y que pueda divertirlos a todos, aunque a veces no les diga nada. Quisiera vivir la sensación de que lo dejen todo por pasar unos momentos a mi lado".

"Señor, no te pido mucho. Sólo vivir lo que vive cualquier televisión".

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Reflexión:

Este relato nos invita a reflexionar sobre la calidad de nuestro tiempo, sobre qué cosas merecen nuestra atención. Muchos escapamos de la rutina diaria a través de cosas “vacías” como la televisión, juegos de computadora, salir de juerga, chats, u otras cosas que absorben nuestro tiempo más de lo necesario. A veces nos focalizamos demasiado en cosas que no nos enriquecen y aportan poco (o que incluso nos perjudican) descuidando cosas importantes: intentemos priorizar nuestro tiempo y dedicarle nuestra atención a cosas que lo merecen en su justa medida.

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miércoles, septiembre 14, 2011

EL PAQUETE DE GALLETAS

Había una vez una señora que debía viajar en tren.

Cuando la señora llegó a la estación, le informaron de que su tren se retrasaría aproximadamente una hora. Un poco fastidiada, se compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua. Buscó un banco en el andén central y se sentó, preparada para la espera.

Mientras ojeaba la revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario. De pronto, sin decir una sola palabra, estiró la mano, tomó el paquete de galletas, lo abrió y comenzó a comer. La señora se molestó un poco; no quería ser grosera pero tampoco hacer de cuenta que nada había pasado. Así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete, sacó una galleta y se la comió mirando fijamente al joven.

Como respuesta, el joven tomó otra galleta y, mirando a la señora a los ojos y sonriendo, se la llevó a la boca. Ya enojada, ella cogió otra galleta y, con ostensibles señales de fastidio, se la comió mirándolo fijamente.

El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La señora estaba cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente. Finalmente, ella se dio cuenta de que sólo quedaba una galleta, y pensó: "No podrá ser tan caradura" mientras miraba alternativamente al joven y al paquete. Con mucha calma el joven alargó la mano, tomó la galleta y la partió en dos. Con un gesto amable, le ofreció la mitad a su compañera de banco.

-¡Gracias! -dijo ella tomando con rudeza el trozo de galleta.

-De nada -contestó el joven sonriendo, mientras comía su mitad.

Entonces el tren anunció su partida. La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón. Desde la ventanilla, vio al muchacho todavía sentado en el andén y pensó: "¡Qué insolente y mal educado! ¡Qué será de nuestro mundo!" De pronto sintió la boca reseca por el disgusto. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó estupefacta cuando encontró allí su paquete de galletas intacto.

Reflexión:

Cuántas veces nuestros prejuicios y decisiones apresuradas nos hacen valorar erróneamente a los demás y cometer graves equivocaciones. Cuántas veces la desconfianza, ya instalada en nosotros, hace que juzguemos arbitrariamente a las personas y las situaciones, encasillándolas en ideas preconcebidas alejadas de la realidad.
Por lo general nos inquietamos por eventos que no son reales y nos atormentamos con problemas que tal vez nunca van a ocurrir.

Dice un viejo proverbio: "Peleando, juzgando antes de tiempo y alterándose no se consigue jamás lo suficiente; pero siendo justo, cediendo y observando a los demás con una simple cuota de serenidad, se consigue más de lo que se espera".

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martes, septiembre 13, 2011

BRAIN GYM® - GIMNASIA CEREBRAL

Brain Gym® es una serie de actividades rápidas, divertidas y energéticas. Estas actividades son eficaces para preparar a cualquier persona para destrezas específicas de coordinación y de pensamiento. Nos permite desafiar cualquier obstáculo y movernos hacia una meta u objetivo apropiados.












P.A.C.E. para ataques de ansiedad (ejercicio de brain gym)




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lunes, septiembre 12, 2011

PINOCHO: SIMBOLOGIA DEL CUENTO

El cuento de Pinocho es la historia del alma humana en su viaje de evolución espiritual.
Pinocho es creado bajo la influencia de dos personajes, uno masculino y otro femenino (que simbolizan los dos aspectos de Dios).

Es tallado por el carpintero Geppetto, y el Hada Azul le da vida.

Al mismo tiempo, el Hada elige a un grillo llamado Pepe Grillo y le encomienda una misión: permanecer junto a Pinocho y ser su conciencia
(Esto significa que Dios pone junto a cada alma la conciencia de la verdad, que la acompaña siempre dentro de si misma).

El mayor deseo de Geppetto es que Pinocho llegue a ser un niño de verdad. Y sabe que su deseo sólo puede hacerse realidad si Pinocho aprende y crece, por lo que lo envía a la escuela.
(nuestro desenvolvimiento es un proceso de aprendizaje permanente).

Pinocho sale por la puerta principal conducido por su padre, y lo hace cargado de propósitos, con el anhelo profundo de convertirse en algo superior: en un niño de verdad.

Pero cuando sale al mundo surgen los problemas. Haciendo uso de su libertad recién descubierta, Pinocho toma algunas decisiones equivocadas, y sucumbe ante la tentación del orgullo.

A pesar de las protestas de Pepe Grillo, sigue a Juan el Honrado y se une a una compañía de circo
(La característica fundamental del alma es el libre albedrío que podamos en cada momento elegir).

En su representación teatral Pinocho recibe grandes aplausos, y está muy contento, pero después de la actuación lo encierran en una jaula
(El dejarnos llevar por el orgullo, por el "yo", puede darnos placer, pero a la larga siempre produce dolor, porque esclaviza el alma).

El Hada Azul acude junto a él, preguntándole la causa de su encierro, y Pinocho intenta justificarse ante ella diciendo mentiras; pero con cada mentira que dice le crece la nariz. Entonces Pinocho descubre que el mal no puede ocultarse, y reconoce sus errores con honestidad, arrepintiéndose de ellos
(lo mismo ocurre con nosotros; mientras nos autojustificamos y no reconocemos nuestros errores ante Dios y ante nosotros mismos, no podemos aprender).

El Hada entonces le libera y recibe otra oportunidad.

Pepe Grillo está decidido ayudar a Pinocho a no salirse del buen camino, pero tardan poco en presentarse nuevas tentaciones. Vuelve aparecer Juan el Honrado, que le invita a la Isla del Placer, un lugar donde los niños pueden divertirse todo el día y satisfacer todos sus deseos. Pinocho no puede resistir la atracción de viajar a la Isla y se une al grupo
(Nuestra gran tentación es no tener que esforzarnos, recibirlo todo a cambio de nada).

Y ocurre que cuando Pinocho y los demás niños llevan en la Isla demasiado tiempo, empiezan a convertirse en burros y a olvidarse incluso de hablar .
(Lo mismo pasa con el alma humana, cuando se embrutece por la indiferencia y la satisfacción permanente del deseo: se olvida de quién es y de cuál es su misión).

Pero Pinocho se da cuenta a tiempo. Cuando descubre que les están saliendo orejas y rabo de burro, se dirige a Pepe Grillo para pedirle ayuda.

Esto le salva, porque Pepe Grillo sabe cómo puede escapar de la Isla.

En cuanto están libres empiezan a buscar a Geppetto. Pero vuelven a su casa y descubren que ha desaparecido; ha ido a buscar a Pinocho
(Esta imagen tiene una importancia fundamental, pues no da a entender que no sólo buscamos nosotros a Dios, sino que Dios nos busca a nosotros).

Pinocho recibe indicaciones sobre el paradero de su padre. Podrá encontrarlo en el fondo del mar, en el vientre de una gran ballena que se tragó la barca de Geppetto
(El animal marino es un antiguo símbolo de la reconciliación del espíritu y la materia. El mar es un símbolo del inconsciente. Así, el cuento nos dice que encontraremos nuestra inspiración espiritual, nuestra verdadera naturaleza, en nuestro propio yo inconsciente, en el fondo de nosotros mismos).

Cuando Pinocho y Pepe Grillo buscan a Geppetto en el mar, los traga la misma ballena. En el vientre de ésta tiene lugar una alegre reunión de Pinocho con su padre, pero pronto se dan cuenta que deben escaparse para seguir juntos a la luz del día y en tierra firme.

(Dicho de otro modo, nuestro viaje espiritual no termina cuando empezamos a reencontrarnos con nuestras profundidades espirituales en nuestros sueños, en nuestras oraciones, o en nuestras meditaciones. El paso siguiente es llevar este estado superior de la conciencia a la vida diaria, y eso suele ser lo más difícil).

En el cuento, Pinocho tiene un plan. Se le ocurre un modo de escapar, que requiere mucha fuerza y valor, y lo consigue. Pero cuando están en medio del mar, Geppetto parece que se va ahogar y Pinocho se sacrifica para salvarle
(Y esta es precisamente la clave, lo que le va hacer merecedor de ser un niño de verdad; el amor desinteresado. Cuando la necesidad del otro es más importante que la mía, cuando "yo" dejo de ser yo y el centro de mi vida, se abre la puerta que deja paso al milagro).

Al volver Geppetto en sí en la playa, se encuentra a su lado el cuerpo sin vida de su hijo.
Muy afectado, se lo lleva a casa y lo deposita en la cama. Pero la acción de amor del niño, dando su vida por su padre, le ha hecho merecedor de ser un niño de verdad.
Este resucita y se cumple así su destino; ser un niño verdadero.

Este cuento es el símbolo de nuestro propio viaje de desenvolvimiento espiritual.

El significado de la vida es que seguimos el proceso de reconocer nuestra verdadera naturaleza en Dios. conscientes y cocreadores.

Toda la clave para ello es el amor, la ofrenda desinteresada, que significa a su vez la renuncia al "yo" personal y egoísta. El propósito de la vida que compartimos todos los hombres es manifestar en lo finito lo infinito, llevar lo divino a lo humano, dar expresión individual a nuestras cualidades espirituales.

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domingo, septiembre 11, 2011

VERDAD NEUROLINGUISTICA

Antes de Orar…PERDONA.

Antes de Hablar…ESCUCHA.

Antes de Escribir…PIENSA.

Antes de Gastar…GANA.

Antes de Criticar…ESPERA.

Antes de Rendirte…PRUEBA.

Tus PALABRAS, tus SUEÑOS, y tus PENSAMIENTOS tienen el poder de crear condiciones en tu vida.

De lo que hables, lo obtendrás.

Si sigues diciendo que no soportas tu trabajo, puedes perderlo.

Si sigues diciendo que no soportas tu cuerpo, tu cuerpo puede enfermarse.

Si sigues diciendo que no aguantas tu carro, tu carro puede ser robado o descomponerse.

Si sigues diciendo que estás quebrado, sabes qué? Siempre estarás quebrado.

Si sigues diciendo que no puedes confiar en hombres o mujeres, siempre encontrarás alguien en tu vida que te lastimará o te traicionará.

Si sigues diciendo que no encuentras trabajo, seguirás desempleado.

Si sigues diciendo que no puedes encontrar alguien a quien amar o crea en ti, tus pensamientos atraerán mas experiencias confirmando tus creencias.

Haz tus pensamientos y tus conversaciones más positivos y guárdalas con fe, esperanza, amor y acción.

No tengas miedo de creer que puedes tener lo que tú quieres y mereces.

Observa tus 'Pensamientos, Se convertirán en palabras.

Observa tus 'Palabras, Se convertirán en acciones.

Observa tus 'Acciones, Se convertirán en hábitos.

Observa tus 'Hábitos, Se convertirán en carácter.

Observa tu 'Carácter, Se convertirá en tu 'Destino.

Así…. Para prevenir cualquier obstáculo… ¡Consigue tu propio camino!

¡¡ Disfruta cada minuto de tu vida!!

Cuando el filósofo señala la luna, el tonto se fija en el dedo.

Si no te gusta lo que recibes, revisa muy bien lo que estás dando.

Así como las olas brotan del mar y regresan al mar, así nosotros venimos de Dios y regresamos a Dios

Cuando el amor es feliz lleva al alma a la dulzura y a la bondad.

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sábado, septiembre 10, 2011

EL COLECCIONISTA DE INSULTOS

En los días que corren es conveniente cederle un espacio a esta alegoría budista que hará pensar a muchos.

Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario. Cierto día un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por la casa del viejo. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento y, gracias a su inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con velocidad fulminante. El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla. Conociendo la reputación del viejo samurai, estaba allí para derrotarlo y aumentar aún más su fama.

Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío. Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a provocar al viejo. Arrojó algunas piedras en su dirección, lo escupió en la cara y le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros. Durante varias horas hizo todo lo posible para sacarlo de sus casillas, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró de la plaza.

Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:

-¿Cómo ha podido soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usó su espada, aun sabiendo que podría perder la lucha, en vez de mostrarse como un cobarde ante todos nosotros?

El viejo samurai repuso:

-Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿a quién le pertenece el regalo?

-Por supuesto, a quien intentó entregarlo -respondió uno de los discípulos.

-Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos añadió el maestro-. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo.

Nadie nos agrede o nos hace sentir mal: somos nosotros los que decidimos cómo sentirnos. No culpemos a nadie por nuestros sentimientos. Somos los únicos responsables de ellos.

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