domingo, noviembre 06, 2011

EL SINDROME DE CENICIENTA

O EL COMPLEJO DE CENICIENTA

El síndrome de Cenicienta fue creado por el Dr. Peter K. Lewin en 1976, en una carta al editor de la revista Canadian Medical Association Journal. En él se describe las falsas acusaciones por los niños adoptados, de ser maltratados o descuidados por sus madres adoptivas.

El complejo de Cenicienta fue descrito por primera vez por Colette Dowling, que escribió un libro sobre el miedo de las mujeres a la independencia, como un deseo inconsciente de ser atendidas por otros, basandose principalmente en el temor de ser independiente. El complejo se dice que es cada vez más evidente a medida que la persona envejece.

Colette Dowling intentó definir a las mujeres con este sindrome como motivadas por un deseo inconsciente de ser cuidadas, como consecuencia a un miedo de ser independiente. Este fenómeno puede ser definido como un síndrome se caracteriza por una serie de motivaciones específicas o causas. Dowling identifica sólo una de las motivaciones, mientras que el síndrome es en realidad una combinación de muchas motivaciones, que son en sí mismas características que conforman un complejo.

Nomenclatura

Este complejo lleva el nombre de la Cenicienta, popularizado por la película de The Walt Disney Company del mismo nombre. Se basa en la idea de las mujeres que retratan en la historia, por ser hermosas, elegantes y amables, pero que no pueden ser personajes fuertes ni independientes, y que debe ser rescatadas por una fuerza externa, por lo general un hombre (por ejemplo, el Príncipe).

Fuente: Wikipedia

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EL COMPLEJO DE CENICIENTA

Veinticinco años después de haber sido escrito he leído sin tropezar El complejo de Cenicienta. El miedo de las mujeres a la independencia de Colette Dowling. Su autora era periodista free lance y feminista separada. ¿Por qué miedo a la independencia en una mujer independiente?

La tesis de Dowling inspirada, como es común, en su propia experiencia alude al hecho de que mientras los hombres han recibido una instrucción para desarrollar un afán, las mujeres han interiorizado la misión de instalarse en un modelo predeterminado. Y acomodarse a él. Y acomodarlo.

Efectivamente la mujer ha cargado con los trabajos de limpieza y aseo del hogar, de aseo y limpieza de los niños, ha fregado y ordenado los armarios, ha planchado, cosido y doblado las ropas. Ha realizado y sigue realizando en altísima proporción el "trabajo sucio" para dar primor al domicilio conyugal.

Pero "trabajo sucio" no ha sido incompatible con un relativo grado de comodidad. De bienestar psicológico en relación a las tensiones que el varón ha afrontado pagando facturas o debiéndolas, respondiendo a las órdenes del jefe o sorteándolas, tratando de ascender en el trabajo o sufriendo el pánico al despido. Entre una y otra posición discurre la diferencia entre guardar la vida y ganarse la vida. El primer caso alude al abroquelamiento y el segundo al combate. De esta experiencia belicosa se aprende la imposibilidad de embobarse mientras para repetidas generaciones de mujeres la suprema finalidad fue la boda.

Colette Dowling pasó varios años separada y a cargo de tres niños a los que alimentar, vestir, educar y distraer. En ese periodo se desenvolvió con independencia pero después, cuando formó otra pareja, dejó de ganar dinero y recobró el estatus dependiente. ¿Un vicio? ¿Una vocación?
Desde la vecina del quinto hasta Simone de Beauvoir, millones de mujeres darían testimonio de esta tendencia ancilar o cenicienta. Por esto, tan conocido o reticente, la obra de Dowling se ha convertido en un clásico y aún rozada por los años ha traspasado los importantes transtornos históricos del final del siglo XX, especialmente conmocionadores en la historia de la mujer. De ahí que el libro resuene y emocione.

Fuente: http://www.elboomeran.com/blog-post/11/914/vicente-verdu/el-complejo-de-cenicienta/

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Cómo superar el síndrome de Cenicienta

El romanticismo es positivo, sin embargo, la obsesión con la perfección puede ser el principal obstáculo a la hora de encontrar el amor, sencillamente porque cualquier chico tiene defectos. En las comedias románticas de Hollywood disfrutamos de un final feliz que se produce casi por arte de magia. La vida, como sabes, es diferente.

Príncipes azules hay pocos -por no decir ninguno- pese a que en la infancia creciste con cuentos como Cenicienta, Bella y Bestia o Blancanieves. Permanecer atada a la espera de un príncipe azul muestra en el fondo un miedo a comprometerte con otra persona, miedo a que un chico pueda conocerte tal y como eres. Esta actitud también muestra temor a que el chico que has esperado durante tanto tiempo pueda decepcionarte.

Del mismo modo, deben superar el síndrome de Cenicienta todas aquellas chicas que se sienten incompletas o infelices por no haber encontrado una pareja. Lo cierto es que la felicidad no aumenta por tener a un chico al lado, sino que la fuente del bienestar nace de uno mismo. Sin embargo, existen algunas chicas que cuando van a cumplir los 30 años se obsesionan con su soledad y tienen miedo de no encontrar a alguien con quien compartir su vida.

Lo cierto es que siempre debes aprender a ser feliz en base a lo que tienes, es decir, debes aceptar tu realidad para no frustrarte, puesto que cada situación tiene sus puntos negativos y también positivos, por tanto, sus ventajas o inconvenientes. Por ejemplo, una persona que no tiene pareja puede disfrutar de mayor autonomía a la hora de volcarse en sus relaciones de amistad.

Para superar el Síndrome de Cenicienta debes ir más allá del amor ideal para poder centrarte en una relación real, y aceptar el mundo tal y como es.

http://www.comoconquistarlo.com/consejos/como-superar-el-sindrome-de-cenicienta.html

Síndrome de Cenicienta. En primer lugar diferenciaremos el síndrome definido por el Dr. Peter K. Lewin, del Hospital Pediátrico de Toronto, que se relaciona con las falsas acusaciones de niños adoptados hacia sus madres adoptivas de ser maltratados o descuidados. Nosotros trataremos el Complejo de Cenicienta que definió Colette Dowling en su libro de igual nombre y que trata de una actitud que puede atribuirse a determinadas mujeres, cuando su objetivo vital se idealiza con la llegada de un hipotético "príncipe azul" que les aporte un cambio real en su vida. Es posible que en esa búsqueda interminable se vuelvan extremadamente exigentes con el amor y con la perfección de quienes deben ser sus parejas. En realidad se trata de un miedo a la independencia, como un deseo inconsciente de ser atendida o que las decisiones importantes sean tomadas por el "príncipe azul".

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SINDROME DE CENICIENTA: tratar que un pie encaje en un zapato que no corresponde.





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sábado, noviembre 05, 2011

EL SINDROME DE BLANCANIEVES


Existe gran confusión a la hora de definir un mal que puede afectar a las mujeres a partir de los cuarenta años. En efecto, el "Síndrome de Blancanieves" se ha descrito de muchas maneras y hay muchos autores que reclaman su paternidad, sin que nadie sepa a ciencia cierta a quíen se atribuye esta denominación (lo mismo que sucede con otros síndromes y patologías psicológicas).

Si hacemos una compilación entre las innumerables definiciones de Síndrome de Blancanieves podremos describirlo como aquel...

"Estado depresivo o pre-depresivo que tiene lugar en la mujer al llegar a la edad madura, en el que se cuestiona su vida pasada, anhela la belleza de la juventud y manifiesta una prisa excesiva por conseguir una nueva pareja".

Como todo síndrome, se trata de una relación de variables múltiples y complejas, que pueden desglosarse en...

- Temor a una vejez en soledad.
- Ansiedad manifestada ante la belleza de otras mujeres más jóvenes.
- Rabia contenida por haber dedicado su vida al cuidado de la prole, sin más compensación que el desgaste vital.
- Desesperación por mantener relaciones con hombres que reafirmen su atractividad.
- Aumento de la frecuencia de las salidas a lugares donde se buscan relaciones interpersonales.
- Preocupación excesiva por la salud y la belleza.
- Tristeza ante la alegría de otras mujeres que han conseguido encauzar su vida en compañía.
- Ingesta compulsiva y aumento en el consumo de alcohol.
- Distorsión del autoconcepto.

http://psicologosespecialistasmadrid.com/articulos-psicologia/sindrome-blancanieves.htm

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Qué sucede cuando el "espejito espejito" no nos devuelve la imagen que percibimos de nosotros mismos.

Como si de una regla se tratara, los altos quieren ser más bajos; las rubias, morochas; los flacos desean unos kilos más, y los gorditos, viceversa. Sin embargo, como la "bruja" del famoso cuento de Blancanieves, todos deseamos que el "espejito, espejito" nos muestre una imagen bella de nuestra persona.
Una profesional dijo cómo "evitar que el cuerpo se convierta en el leit motiv de nuestra vida".

Bulimia y anorexia son sólo dos -gravísimos, por cierto- exponentes de cuando la imagen reflejada en el espejo no coincide con la que la persona percibe de sí misma.

Profesionales coinciden en que, casi siempre, la disconformidad con el cuerpo "esconde" otro problema de fondo y que si bien es lícito preocuparse por la estética, cuando eso pasa a ser el centro de los desvelos "algo pasa".

Fuente: http://www.puntal.com.ar/notiPortal.php?id=20706

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" Hay veces que a pesar de estar rodeada de amigos, familia y pareja, te falta algo. No es envidia ni celos, sino algo que se relaciona con la tristeza y añoranza. ¿Querés saber si padeces el síndrome conocido como el de Blancanieves?"

Esa sensación de desazón que se siente en muchos momentos a lo largo de la vida tiene una explicación. La mayoría de las mujeres fue víctima alguna vez de este no saber que nos pasa, de esa inexplicable sensación que te paraliza y te hace estar con ganas de llorar y contemplando la nada misma. Aunque estamos encantadas con la vida que llevamos, hay circunstancias que nos hacen mirar a nuestro alrededor y ver todo lo que nos falta. Hicimos las cosas bien, tomamos decisiones correctas, entonces, ¿Por qué sentimos esa lanza que nos atravieza el pecho cuando vemos a aquella amiga de la infancia o cuando una compañera de oficina nos cuenta una anécdota feliz? Ellas tienen algo que no sotrasno podemos lograr y nuestra vida se cae a pedazos. Eso se denomina, El síndrome de Blancanieves. Francisco Montalba, médico psiquiatra del Hospital Tornú, lo explica: "Se trata de una sensación de inseguridad que se manifiesta con la ansiedad, tanto nerviosa como de cualquier tipo, puede ser comer compulsivamete o caer en la depresión". ¿A qué mujeres les pasa? "A las que han perdido cosas importantes en su vida o no tienen lo que lograron los demás. Eso no tiene que ver con la envidia, es algo más normal" comenta.

ES NORMAL ¿Cómo se explica este sentimiento de mirar la mitad del vaso vacío? Según la Licenciada Eugenia Esgotto, no existe la sensación de estar completas, de tener todo lo que queremos. Las mujeres poseemos necesidades y deseos y está en nosotras reconocer realmente cuáles son los verdaderos. La especialista comenta que esta sensación de angustia es muy vista en su consultorio. "Frecuentemente el paciente llega sin saber qué le sucede en realidad y con una sensación de frustración muy grande. Muchas veces lo que decidieron hacer en su vida, por ejemplo ser madres, no era lo que en realidad deseaban. En verdad deseaban una familia, pero también una actividad profesional que no habían desarrollado. Esta es la vida en realidad, en general nunca podemos lograr todo lo que soñamos" resume. Este trastorno llamado Blancanieves, para algunos, y neurosis de angustia, para otros es normal padecerlo a lo largo de la vida adulta. Lo importante es recuperarse y si no pedir ayuda.

Fuente: http://www.emujer.com/psicologia/cuando-la-felicidad-de-otros-te-abruma.html

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Mi mamà me envidia. Padece del Sindrome de Blanca Nieves

En primer lugar, lo del síndrome de Blancanieves no me lo he inventado yo. En segundo lugar, antes de comenzar a contar mis penas, quiero primero dejar en claro porque se utilizó el dichoso término porque sí admito que el nombre que le han puesto puede parecer de broma, pero a lo que se refiere no.

"El cuento nos habla de un diálogo entre una reina (la bruja/la madre) que ha dejado de ser joven, y a pesar de su poder y su reconocida belleza , se enfrenta una y otra vez a las crueles palabras del espejo (la sociedad). Que alguien la a superado (blanca nieves/la hija).

La competencia eterna con la hija de compararse constantemente con ella y demostrarle que es más inteligente que ella, más bella o más deseable, según sea el valor que predomine en el otorgamiento de poder. El cuento de Blancanieves y la relación con la madrastra ejemplifica esta modalidad en forma cabal. En este caso se establece desde la madre una polaridad de buena - mala que tiñe todo el vínculo y la envidia y los celos con la hija desencadenan una lucha, una guerra planteada a lo largo de la historia entre ambas. Reclamos, comparaciones odiosas, ataques a la felicidad de la hija, planteos de rivalidad, entre otras características

http://dondeestamicuento.blogspot.com/2010/12/mi-mama-me-envidia-porque-sufre-el.html

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EL SÍNDROME BLANCANIEVES - COMO LA ENVIDIA DESTRUYE LA AUTOESTIMA Y EL EQUILIBRIO, la autora es Cohen Betsy.

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viernes, noviembre 04, 2011

EL SINDROME DE PLUTO

Un investigador encuentra que el Parkinson y el Alzheimer, están ligados a trastornos del sueño que se manifiestan hasta 10 años antes de que esas disfunciones se presenten de manera evidente. Por lo tanto, la calidad del sueño podría facilitar el diagnóstico precoz de esas enfermedades.

Pluto, el perro anaranjado con largas orejas de los dibujos de Walt Disney, sufre en algunas de sus aventuras un trastorno de conducta del sueño REM (la etapa del sueño caracterizada por el “movimiento rápido de los ojos” —REM por sus siglas en inglés).

En condiciones normales, durante esa fase del sueño el cuerpo no se mueve porque se activan una serie de mecanismos neurológicos que hacen que los músculos permanezcan paralizados. Sin embargo, Pluto sufre una disfunción que hace que ejecute todos los movimientos que se ven en la pantalla cuando tiene sus pesadillas, incluso en ocasiones hasta se cae de la cama.

De acuerdo con los resultados de nuevas investigaciones, si Pluto fuese una persona real, ésta tendría 50 por ciento de probabilidad de padecer el mal de Parkinson cuando fuese mayor.

De hecho, los estudios indican que el trastorno del sueño REM, que hace que uno se mueva cuando en realidad no debería hacerlo, parece ser un buen indicador de enfermedades neurodegenerativas, entre ellas el Parkinson y el Alzheimer.

Todavía no hay cura para las enfermedades antes mencionadas, pero el comportamiento de una persona durante el sueño REM permitiría hacer un diagnóstico precoz mucho antes de la aparición de los signos evidentes que caracterizan esas disfunciones, como son los temblores y la pérdida de la memoria.

Fuente: http://www.vanguardia.com.mx/XStatic/vanguardia/template/content.aspx?se=vidayarte&su=salud&id=374989&te=nota

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jueves, noviembre 03, 2011

EL SINDROME DE TRIBILIN (O GOOFY)


“No tengo el síndrome Tribilín al volante” por Isaac Lobo

Una lectora que prefirió mantenerse en el anonimato llamó a Al Día y aseguró que Édgar Barrantes sufre del “Síndrome de Tribilín”, haciendo alusión a la fábula de Disney en la que el personaje, bueno y simpático, se transforma en un odioso cuando está frente a un volante.
Contó que el presentador tuvo un altercado con un conductor el viernes pasado.

Fuente: http://www.aldia.cr/ad_ee/2009/diciembre/23/farandula2199900.html

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Lo único que recuerdo del curso de manejo fue una película que nos pasaron. Era, en realidad, un episodio de una serie de dibujos animados.
En ella, Tribilín, aquel bicho indefinido de Walt Disney (¿qué era? parecía perro, pero caminaba erguido y hablaba; además, el perro de la serie era Pluto, que tenía el hocico igualito al de Tribilín, pero caminaba en cuatro patas), era el ciudadano modelo: le abría las puertas a las damas, caminaba del lado de afuera de la acera para proteger a su acompañante, y se portaba bien. Pero una vez que se subía al carro, se tornaba en una bestia al volante. Manejaba a toda velocidad en zona escolar, adelantaba por la derecha, pitaba a cualquiera que se le ocurriera cruzar la calle a cien metros de donde el iba como bólido, y aceleraba para no dejar que el carro que llevaba las luces intermitentes puestas se pudiera meter al carril suyo. Cual si fuera el costarricense perfecto.

Fuente: http://lasuizacentroamericana.ticoblogger.com/2005/05/el-sndrome-de-tribiln.html

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Ese pretexto llamado ‘pasión’

El FUTBOL provoca reacciones desmedidas. Algunos jugadores son como “TRIBILÍN”, el personaje de Walt Disney en la caricatura “El león de la rueda”.
En la oficina y en la calle son, sin exagerar, un alma de la caridad, pero es cosa de que se metan en la CANCHA, como “TRIBILÍN” cuando se subía a su auto, para que se transformen de manera brutal. Muchos JUGADORES tienen el síndrome “TRIBILÍN”. Su transformación en la cancha es total. Gritan, se enojan, insultan, golpean, intimidan, y además de todo, se dicen inocentes. Cuando un JUGADOR mete un patadón y tiene el cinismo de levantar los brazos apelando a su falsa inocencia, y además de ello le reclama al árbitro, de alguna manera el FUTBOL pierde su pudor. Estas reacciones son una práctica regular. Muy pocas veces hemos visto que un JUGADOR asuma su responsabilidad y que al momento de ser expulsado tome el rumbo del vestidor. Se quedan alegando la obviedad, tratando de evidenciar a los árbitros ante la tribuna y sobre todo ante “DOÑA TELE”.

Fuente: http://javiersolorzano.com.mx/convicciones-ese-pretexto-llamado-pasion/

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miércoles, noviembre 02, 2011

EL SINDROME DE MINNIE MOUSE

Minnie Mouse es un personaje de dibujos animados, de los estudios Walt Disney Pictures. Es la eterna novia de Mickey Mouse y junto a él debutó en Plane Crazy, el 15 de mayo de 1928.

Minnie (Minerva) Mouse, eterna compañera sentimental de Mickey Mouse, es una ratona negra que viste falda, enaguas y tacones en la mayoría de los cortos. En cuanto a su aspecto físico, sufrió las mismas transformaciones que Mickey y algunas otras: pasó de ojos negros a ojos con párpados, de blanco y negro a color, etc. En su primera aparición tan solo lucía una falda y sus enaguas, mientras que en el segundo corto The Gallopin' Gaucho ya usaba tacones y un sombrerito con una flor. Este atuendo lo usaría hasta que los ojos de Mickey y ella tuvieran párpados, y entonces Minnie usó un lazo en lugar del sombrero.

Tuvo poco protagonismo en los cortos. Tan solo aparecía como la compañera sentimental de Mickey Mouse, y en varias ocasiones era salvada de Pete Pata Palo, el gato enemigo de Mickey Mouse. Es de temperamento dulce y asustadizo, aunque de mucho carácter cuando se enfada.

Walt Disney dijo en una entrevista del año 1933: «en su vida privada, Mickey está casado con Minnie». Muchas personas le escribían a Disney preguntándole eso, ya que en algunas películas aparentaban estar casados y en otras no. Lo importante para las películas, es que Minnie es la mujer a su lado, tanto cuando se trata de historias en las que Mickey corteja a una chica, la cual siempre es Minnie, o en las que aparecen como un matrimonio, y tuvieron muchos hijos. En la serie House of Mouse, Mickey menciona su aniversario con Minnie, lo que implica que están casados. También dicen que prefirieron no hacer público el matrimonio entre Minnie y Mickey, ya que eran personajes infantiles y los niños los imaginaban de su misma edad.
Fuente: Wikipedia

Si observan cualquier dibujo animado en el que aparezca Minnie Mouse, notarán que a Minnie casi no le pasa nada en su vida excepto Mickey.

Pareciera como si no tuviera un trabajo ni pasatiempos ni ningún rasgo de personalidad que la defina a excepción del hecho de que a ella le gusta Mickey.

Sáquenle el lazo de la cabeza y pónganle unos pantalones rojos y probablemente no podríamos diferenciarla de su pareja.

Todo acerca de ella se define por su relación con un hombre.

Fuente: http://diogenesclub.net/archives/2005/09/kamikaze_girls_1.html

El Síndrome de Minnie Mouse hace referencia a aquellas mujeres cuya vida gira en torno a su hombre, que dejarían de hacer sus cosas con el fin de complacer a su pareja, incluso dejando de lado sus preferencias o actividades, y que solo tienen ojos y tiempo para su pareja.

Este tipo de mujeres viven esperando que el hombre venga a buscarlas para que les preste atención y sentirse validadas.

Ellas a veces pueden llegar a mimetizarse con su pareja, perdiendo rasgos de su personalidad y adquiriendo los gestos, costumbres y formas de conducirse de su hombre.

Asimismo hace alusión a las mujeres tradicionales de antes de la revolución feminista.

Como anécdota: Madonna, al inicio de su carrera, fue criticada debido a que su voz en sus primeros hits (Like a Virgin, Material Girl, Borderline, etc.), sonaba "como si Minnie Mouse hubiese inhalado helio".
Idea original de: Luis Venegas Chalen

martes, noviembre 01, 2011

EL SINDROME DE MICKEY MOUSE

¿Alguna vez has almorzado con Mickey Mouse? Apuesto a que hay algunos de ustedes por ahí que están asintiendo con la cabeza sí - pensando “sí, almorcé con Mickey la última vez que llevé a mis hijos a Disney”. Para aquellos de ustedes que dijeron que sí – han sido engañados. No almorzaron con Mickey Mouse – ustedes han almorzado con un jovencito sudoroso metido en un disfraz de Mickey Mouse. Sin embargo, tuviste la impresión de que en efecto almorzabas con Mickey.

Te pido que pienses en un momento en el que hayas tenido una cita con un cliente importante o con alguna persona que hayas tenido en gran estima, alguien con quien realmente te hayas sentido realmente intimidado debido a tu impresión o percepción de quién se trataba. Ahora, quiero que pienses en cómo se aplica la analogía de Mickey Mouse.

Esta persona que te intimidó o que te intimida también hace las mismas cosas que todo el mundo. Él también debe haber tenido sus propios desafíos comerciales e interpersonales y lo más probable es que ingiera los alimentos normales para los humanos. Pero piensa en cómo la historia que se crea alrededor de estas personas puede interponerse en el camino de nuestros mayores logros. Tantos pensamientos de inferioridad invaden nuestra mente que obstaculizan totalmente el hecho de que pueda haber una verdadera conexión con esa persona.

Como coach de negocios tengo una ventaja real al trabajar con personas de alto nivel; personas que han hecho cosas grandiosas en sus vidas. La ventaja que tengo es que puedo llegar a ver el interior de estas personas, no con visión de rayos X, sino al compartirme sus mayores vulnerabilidades - y TODOS ellos las tienen. Es fascinante para mí que pueda hablar con alguien que no sólo ha alcanzado un buen nivel de éxito financiero, sino que también ha sido amigo personal de celebridades, presidentes y magnates de negocios. Ellos también tienen tremendas inseguridades. La diferencia es que ellos aprendieron a manejar esas inseguridades.

Entonces, volviendo a Mickey Mouse... ¿Cómo se aplica a esto? Observa cómo tus hijos reaccionan al estar ante la presencia de Mickey Mouse. Observa cuán embelesados se ponen cuando ven a Mickey. Tú sabes que es sólo un muchacho sudoroso e inseguro el que está debajo del disfraz haciéndose pasar por Mickey Mouse, pero tus hijos no se dan cuenta de eso (y quién eres tú para arruinar sus sueños). Ahora, volvamos a la persona que te intimida. Estoy aquí para decirte que ese mismo chico sudoroso e inseguro también vive al interior de aquella persona. Imagínala en un traje de Mickey Mouse en vez del traje costoso de hombre de negocios - ¿cómo esto cambiaría la forma en que te relacionas con aquella persona? Esa persona es tan humana como tú y como yo - ahora sal y relaciónate con ella como un ser humano - no como el icono, Mickey Mouse.

Escrito por: Lauren Eichner, coach de negocios de renombre nacional que trabaja con ejecutivos de empresas e individuos en negocios de ventas basados en relaciones.

Nota: En inglés, el término "Micky Mouse" se emplea para describir algo que es falso. Por ejemplo: ¡El "Rolex" que compraste en el mercado es micky mouse!

Traducido por: Venegas Chalen, Luis Alberto, psicólogo.

lunes, octubre 31, 2011

SINDROME DEL PATO DONALD (SPD)

Sucede que a todos, después de ir acumulando estrés, malas noticias, enojos, berrinches, frustraciones, pláticas y pensamientos negativos, en fin mala vibra en general, quedamos tan llenos de energía negativa que cualquier cosa es suficiente para hacernos explotar en un ataque de ira que no hace más que empeorar nuestra situación y que termina por convertirnos en un Pato Donald enojado y víctima de su propio coraje.

¿O no? ¡Vamos! Recuerden como se ponía Donald cuando trataba de abrir su silla plegable en la playa y esta no cedía, provocando que el famoso pato de traje de marinero fuera enojándose más y más, golpeando y gritando hasta terminar atrapado dentro de la misma silla.

Bueno pues ese es justo el SPD o Síndrome del Pato Donald.

Este se da precisamente cuando llegamos al punto de no regreso y perdemos el control y como dicen por ahí “escupimos al cielo” y por supuesto, como todo lo que sube, tiene que bajar, ese escupitajo solo nos salpica de regreso a nosotros mismos.

Ahora ¿cómo es que llegamos hasta el punto adquirir el SPD? No es difícil imaginárselo: vivimos en una época donde el estrés es parte de la cotidianidad en nuestras vidas: cuentas por pagar, problemas por resolver, proyectos por entregar, familia que cuidar, hijos que educar, compromisos que cumplir, en fin todo una carga de factores que no podemos ignorar ni evitar y que sea como sea, tenemos que cumplir.

Pero a los que además, sin darnos cuenta, sumamos otros que sí podemos cambiar.

Y es que usualmente empezamos nuestros días siempre corriendo. Al despertar, lo primero que hacemos es quejarnos de la hora tan temprana en que tenemos que levantarnos, si somos considerados y compartimos habitación con alguien, salimos de ella y sino encendemos la televisión o la radio para “escuchar” las noticias del día y así contaminar nuestra mañana con las últimas notas sobre la violencia que hay en el mundo, los asaltos, las guerras, etc... Salimos camino al trabajo y vamos peleando con el conductor del auto de enfrente solo porque a él le toco estar frente a nosotros en esa larga fila de coches estacionados, que llamamos carretera, autopista, vía expresa, periférico o viaducto o cual sea la avenida que más usen por las mañanas.

Llegamos a la oficina, recibimos la llamada de algún cliente enojado o peor aún la llamada la recibió nuestro jefe y él ahora es quien esta enojado, algún proveedor no cumple con su compromiso, en una junta de trabajo tenemos un fuerte desacuerdo con alguien más. A la hora de la comida el mesero tarda en traer la cuenta y regresamos tarde al trabajo, regresamos al final de la tarde a casa para, después de volver a lidiar con todos esos automovilistas a quienes insolentemente se les ocurrió también regresar a sus hogares a la misma hora que nosotros, encontrarnos con que la puerta del estacionamiento no funciona bien o que un vecino se estacionó mal impidiéndonos guardar nuestro auto en su lugar.

Entramos a casa, estamos bloqueados, irascibles e iracundos, solo pensando en querer ver la televisión y no hablar de nada con nadie. Entonces discutimos con nuestros familiares porque ellos con la mejor de las intenciones nos reciben con los brazos abiertos, pero como nosotros venimos con una inercia negativa equivalente a una onda expansiva nuclear, los hacemos a un lado, nos postramos en nuestro sillón acostumbrado, prendemos la caja boba y ¿qué hacemos? Sintonizar una serie de televisión llena de violencia, muerte y vicios.

Nuestra pareja nos interrumpe, pregunta algo o nos dice algo que no nos parece y ENTONCES!!!!!!

¡FELICIDADES! Lo has logrado, has adquirido SPD.

Tanto que ya solo te falta la cola de pato y sombrero de marino porque estás tan enojado que el pico naranja lo tienes ya!

Las consecuencias... esas creo que no las tengo que contar.

Así que mejor me dedicaré a platicar sobre cómo podemos evitar contagiarnos de SPD.

Y para eso debo hacer referencia una vez más a una de las lecciones de ese gran mentor, autor de “El monje que vendió su Ferrari”, Robin S. Sharma quien, precisamente en dicho libro compara a la mente humana con un jardín, explicando que: “Si tu procuras tu mente, la nutres y la cultivas, esta, tal como un rico y fértil jardín, florecerá más allá de lo que puedas imaginarte”.

Él continua con su analogía detallando que justo como un jardinero cuida cual soldado, que en su zona no entre ni el más mínimo rastro de contaminación, de la misma manera deberíamos nosotros procurar esto con nuestra mente.

Sin embargo es penoso ver la cantidad de basura que la mayoría de nosotros dejamos entrar a nuestra cabeza día con día. Las preocupaciones, la ansiedad, el lamentarse por el pasado o angustiarse por el futuro y todos aquellos miedos creados por uno mismo, las pláticas y medios a los que nos exponemos, provocan una catástrofe dentro de nosotros mismos.

“La preocupación drena a nuestra mente de todo su poder y, tarde o temprano, lastima incluso hasta nuestro espíritu”.

Para vivir la vida en todo su esplendor, debes de montar una estricta guardia a la entrada de tu jardín y solo dejar entrar a la mejor información y al mensaje de mayor calidad. No podemos darnos el lujo de tener ni un solo pensamiento negativo.

Explica Sharma que la gente más alegre, dinámica y satisfecha en el mundo es aquella que hace algo más que solo existir. Son esas personas que creen en su potencial humano y realmente saborean la vida, pero que sobre todo, adoptan un paradigma positivo sobre su mundo y todo lo que en él existe.

¿Sabían que en un día normal la persona promedio crea alrededor de seis mil pensamientos, y que el 90% de esos pensamientos son los mismos que los del día anterior?

Por lo tanto, sugiero que nos aseguremos de que esos pensamientos sean siempre positivos, pues como explica Stephen Covey: “Todo lo que hacemos y tenemos en la vida existe dos veces, primero cuando la piensas y después cuando lo hacemos realidad”.
Razón suficiente para querer que lo que creemos sea siempre positivo ¿no lo creen?

Volvemos entonces al tema de la oportunidad de escoger:
No importa lo que esté pasando en nuestra vida, tenemos el derecho a siempre escoger cómo queremos responder. Y tenemos el derecho de elegir a qué estímulos queremos exponer a nuestra mente y sobre todo a pensar siempre positivamente para sentirnos siempre bien.
Tenemos derecho a ser el jardinero de nuestra mente y a (con nuestra actitud positiva) crear pensamientos positivos que solo podrán crear situaciones positivas a nuestro alrededor.

Por: Efrain Mendicuti

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