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jueves, abril 17, 2014

INSTRUCCIONES DIVINAS

Recuerdo que antes que yo naciera, estaba preocupado porque no conocía el mundo al que llegaría.


Entonces le pedí a Dios instrucciones para vivir en esta Tierra.

Dios acercó su voz a mi oído y me dijo:

Sé como el sol. Levántate temprano y no te acuestes tarde.

Sé como la luna. Brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz mayor.

Sé como los pájaros. Come, canta, bebe y vuela.

Sé como las flores. Enamoradas del sol, pero fieles a sus raíces.

Sé como el buen perro. Obediente, pero nada más a su Señor.

Sé como la fruta. Bella por fuera, saludable por dentro.

Sé como el día. Que llega y se retira sin alardes.

Sé como el oasis. Da tu agua al sediento.

Sé como el río. Siempre hacia adelante.

Sé como la luciérnaga. Aunque pequeña, emite su propia luz.

Sé como el agua. Buena y transparente.

Sé como José. Cree en tus sueños.

Sé como Lázaro. Levántate y anda.

Y sobre todas las cosas, Sé como el cielo: la morada de Dios.

Señor, no permitas que me quede donde estoy.

Ayúdame a llegar donde Tú quieres que yo esté.

Autor: Desconocido


lunes, abril 04, 2011

EL NIÑO Y EL CIRUJANO

PLÁTICA ENTRE UN CIRUJANO Y SU PACIENTE:

Mañana en la mañana abriré tu corazón le explicaba el cirujano a un niño. Y el niño interrumpió: -¿Usted encontrará a JESUS allí?

El cirujano se quedó mirándole, y continuó: -Cortaré una pared de tu corazón para ver el daño completo.

Pero cuando abra mi corazón, ¿encontrará a JESUS ahí?, volvió a interrumpir el niño.

El cirujano se volvió hacia los padres, quienes estaban sentados tranquilamente.

Cuando haya visto todo el daño allí, planearemos lo que sigue, ya con tu corazón abierto.

Pero, ¿usted encontrará a JESUS en mi corazón? La Biblia bien claro dice que Él vive allí. Las alabanzas todas dicen que Él vive allí.

¡Entonces usted lo encontrará en mi corazón!

El cirujano pensó que era suficiente y le explicó:

Te diré qué encontraré en tu corazón.

Encontraré músculo dañado, baja respuesta de glóbulos rojos, y debilidad en las paredes y vasos. Y aparte me daré cuenta si te podemos ayudar o no.

¿Pero encontrará a JESUS allí también? Es su hogar, Él vive allí, siempre está conmigo.

El cirujano no toleró más los insistentes comentarios y se fue. Enseguida se sentó en su oficina y procedió a grabar sus estudios previos a la cirugía: aorta dañada, vena pulmonar deteriorada, degeneración muscular cardiaca masiva. Sin posibilidades de trasplante, difícilmente curable.

Terapia: analgésicos y reposo absoluto.

Pronóstico: tomó una pausa y en tono triste dijo: muerte dentro del primer año. Entonces detuvo la grabadora. Pero, tengo algo más que decir: ¿Por qué? Preguntó en voz alta. ¿Por qué hiciste esto a él? Tú lo pusiste aquí, tú lo pusiste en este dolor y lo has sentenciado a una muerte temprana. ¿Por qué?

De pronto, Dios, nuestro Señor le contestó:

El niño, mi oveja, ya no pertenecerá a tu rebaño porque él es parte del mío y conmigo estará toda la eternidad. Aquí en el cielo, en mi rebaño sagrado, ya no tendrá ningún dolor, será confortado de una manera inimaginable para ti o para cualquiera. Sus padres un día se unirán con él, conocerán la paz y la armonía juntos, en mi reino y mi rebaño sagrado continuará creciendo.

El cirujano empezó a llorar terriblemente, pero sintió aun más rencor, no entendía las razones. Y replicó:

Tú creaste a este muchacho, y también su corazón ¿Para qué? ¿Para que muera dentro de unos meses?

El Señor le respondió: Porque es tiempo de que regrese a su rebaño, su tarea en la Tierra ya la cumplió.

Hace unos años envié una oveja mía con dones de doctor para que ayudara a sus hermanos, pero con tanta ciencia se olvidó de su Creador.

Así que envié a mi otra oveja, el niño enfermo, no para perderlo sino para que regresara a mí aquella oveja perdida hace tanto tiempo.

El cirujano lloró y lloró inconsolablemente.

Días después, luego de la cirugía, el doctor se sentó a un lado de la cama del niño; mientras que sus padres lo hicieron frente al médico.

El niño despertó y murmurando rápidamente preguntó:

-¿Abrió mi corazón?

Sí - dijo el cirujano-.

-¿Qué encontró? preguntó el niño

Tenías razón, ¡¡¡¡¡encontré ahi a JESUS!!!!!

Dios tiene muchas maneras y formas diferentes para que tú regreses a su lado. Depende de ti, en tu libertad de decisión y de acción (libre albedrío), aceptarlo.

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