jueves, junio 11, 2009

MIEDO A LA MUERTE

María Eugenia Castillo Tord, Psicooncóloga Clínica, Psiconeuroinmunóloga

El miedo a la muerte es universal
— Es el miedo a lo desconocido
— Todos sabemos que moriremos
— Siempre ha existido el miedo a la muerte, en todas las civilizaciones
— Es algo natural, temer lo desconocido, temer el final, temer el dolor, temer perder lo conocido
— La muerte siempre ha sido desagradable para el hombre

La muerte de uno mismo es inconcebible
— El fin de esta vida no lo podemos imaginar, nuestra mente lo rechaza
— Se suele atribuir a la muerte causas externas, la maldad, el accidente, la enfermedad, pero no se ve como natural
— Los profesionales de la salud rechazan la muerte, huyen del paciente moribundo, probablemente también de su propia muerte
La muerte como Tabú
— El no poder hablar de la muerte acreciente su misterio, su temor
— Ante lo desconocido y misterioso se experimenta más dolor
— Como atribuimos culpas al hecho de morir, sentimos rabia, odio, rencor
— El horror a la muerte nos ha llevado a mecanizarla, tecnificarla y evitar el sufrimiento

La muerte y la enfermedad
— La enfermedad es como una mensajera de la muerte, se le teme, se le niega, se le escapa
— La enfermedad te acerca a la soledad de la existencia, llegas sólo y te vas sólo
— En la enfermedad, nadie puede sentir lo que tú sientes, en la muerte tampoco
— A veces la enfermedad es como morir de a pocos, algunos llegan a desear la muerte como una bendición
— Otros agradecen a la enfermedad el haberles dado la oportunidad de acercarse a Dios, al Amor
Ayudar a morir
— Ayudar a morir es una experiencia esencialmente humana, nos dignifica.
— El moribundo tiene una sabiduría natural, tiene visiones, sabe lo que le espera, revalora y da consejos, si tiene oportunidad arregla sus asuntos pendientes y se despide
— Morir no debería ser un acto solitario, impersonal, mecánico, deshumanizado
— Puede ser una experiencia mutuamente satisfactoria
Para ayudar, tenemos que perder el miedo a morir
— Las personas tenemos que hacer ese esfuerzo, aprender a morir, aprender a desprendernos de la vida, de todos y de todo lo conocido, para que no nos sea tan difícil irnos, para que podamos ayudar a otros a despedirse
— No ver la muerte como el fin, sino como un paso, un cambio de estado, no tenemos información fidedigna de qué pasa más allá, pero sí tenemos información de que algo pasa

El miedo, el estrés, la angustia
— El miedo genera estrés, angustia.
— El estrés y la angustia aumentan el cortisol en la sangre y disminuyen las defensas
— Un sistema Inmune deficiente favorece la enfermedad
— Perder el miedo a la muerte genera paz y tranquilidad
— El equilibrio mental y afectivo favorecen la respuesta Inmune, inhiben el progreso de la enfermedad

El miedo a morir es apego
— El apego a la vida es irracional, como todos los apegos, no nos hace felices tener bienes o tener a una persona, nos hace felices porque pensamos que al tener esos bienes o a esa persona seremos felices
— Igual es con la vida, muchos desperdiciamos nuestra vida, cuando tenemos miedo de perderla recién la valoramos, pero tampoco nos hace más felices el estar vivos, sino el cómo vivimos y eso puede ser un instante

¿Qué no es la muerte….?
— La muerte no es lo peor, ya que no sabemos exactamente qué es.
— La muerte no es algo malo, es natural e inevitable, ¿por qué sería malo?
— La muerte no es el fin, es sólo el de una lucha por sobrevivir, por sobreponerse, por luchar contra la adversidad, no sabemos si nos esperan más luchas, pero al menos pensamos que es un descanso, un cambio de estado
— La muerte no nos separa, sólo nos distancia….

El sentido de la vida
— Es lo que nos motiva a vivir, a cumplir una misión.
— Si estoy enfermo y creo que no he cumplido mi misión en la vida, entonces debo replanteármela, ahora
— Si me quedan cosas pendientes, entonces debo aprovechar el tiempo que me queda y no pensar en el que ya se fue

Elizabeth Kübler Ross:
— Acompañar a morir
— Aprender a vivir es de vital importancia
— La muerte y los niños
— La muerte es un amanecer
— La rueda de la vida
— Los moribundos

Para ayudar, tenemos que perder el miedo a morir
— Las personas tenemos que hacer ese esfuerzo, aprender a morir, aprender a desprendernos de la vida, de todos y de todo lo conocido, para que no nos sea tan difícil irnos, para que podamos ayudar a otros a despedirse
— No ver la muerte como el fin, sino como un paso, un cambio de estado, no tenemos información fidedigna de qué pasa más allá, pero sí tenemos información de que algo pasa

Vivimos para amar
— Sin entrar en reflexiones religiosas, ¿quién cambiaría el amor de sus hijos por un millón de dólares?
— No se trata de emitir juicios, sino de crear oportunidades. Como decía Victor Frankl, si tienes un mes de vida, vívelo intensamente, ama intensamente, sentir que has aprovechado tu vida te dará paz para dejarla, No te puedes morir sin antes haber…..¿qué?

No hay que decir hasta nunca, sino hasta luego …

La muerte es un encuentro con nuestros seres queridos, con nuestras esperanzas y nuestra fe.

Cuando descansamos en paz no dejamos de existir, nuestro cuerpo cambia de estado y nuestra alma se sacia de eternidad.

— Cambiemos nuestra actitud ante el morir y seremos más libres
— Cambiemos nuestra actitud y aprenderemos de la sabiduría de la persona que ya vivió y nos deja
— Cambiemos y no permitamos que morir sea inhumano, frío, triste, para el que se va y quisiera quedarse
— Creemos una cultura de aceptación

http://www.psicologosperu.com

3 comentarios:

  1. ola buenos tardes resulta que sufro de hipocondria es algo muy terrible ya que esta asociada al miedo a la muerte que es nuestro ciclo natural pero me aterra la idea de morir o que mis seres queridos mueran necesito que me ayuden please para superar este trauma...les dejo mi msm gadzooka185@hotmail.com

    ResponderEliminar
  2. Personalmente no le temo a la realidad de la muerte. Quiero decir, estoy convencido de dos cosas. 1: Después de la muerte no hay absolutamente nada. 2: La muerte es el verdadero descanso. En ese orden de ideas, pienso que después de la muerte ya nada importa y en cambio sí se gana en tranquilidad, así que por lo mismo no hay a qué temerle.

    A lo que sí le tengo franco pavor es a la transición. A percatarme de que "hasta aquí llegué" y que la vida se acabó. El solo hecho de experimentar la consecuencia de un paro respiratorio me parece aterrador. Por eso envidio a las personas que no han regresado de una cirugía. Habiendo sido yo intervenido quirúrgicamente en más de una ocasión y conociendo de primera mano el poderoso efecto de la anestesia, estoy convencido de que esas personas no tuvieron la más mínima oportunidad de experimentar la angustia que indudablemente debe producir darse cuenta de que la maquinaria dejó de funcionar. Bien por ellos. Ojalá yo cuente con una suerte parecida.

    ResponderEliminar
  3. Personalmente no le temo a la realidad de la muerte, principalmente por dos razones. 1: Estoy plenamente convencido de que después de la muerte no hay nada. 2: La muerte constituye el verdadero descanso. En ese orden de ideas, pienso que después de morir ya nada importa y en cambio sí se gana en tranquilidad y paz, por lo que no hay por qué temerle a tal acontecimiento.

    A lo que sí le tengo franco pavor es a la transición. A percatarme de que "hasta aquí llegué" y de que la vida se acabó. El solo hecho de experimentar la consecuencia de un paro respiratorio me parece aterrador. Por ello es que envidio a las personas que no han regresado de una cirugía. Habiendo sido yo intervenido quirúrgicamente en más de una ocasión y conociendo de primera mano el poderoso efecto de la anestesia, estoy convencido de que esas personas no tuvieron la más mínima oportunidad de experimentar la angustia que indudablemente debe producir darse cuenta de que la maquinaria dejó de funcionar. Bien por ellos. Ojalá contara yo con una suerte similar.

    ResponderEliminar