Existen personas que parecen tener una especie de radar para captar lo negativo y ninguna capacidad de percibir lo positivo.
La actitud negativa nos lleva a pensar y a imaginar siempre las cosas de la peor manera, estimulados por los miedos, los comentarios negativos que nos hacen las demás personas y cualquier experiencia difícil que hayamos tenido.
Es así, como sin darnos cuenta, comenzamos a perder la confianza, la esperanza y el optimismo, convirtiéndonos con nuestras ideas y comentarios en una nube gris que desanima y atemoriza también, a otras personas.
Los pensamientos negativos nos afectan a todos de diferente maneras, se cuelan como invitados que no deseamos en nuestra vida, nublando el presente y el futuro, llenándonos de emociones destructivas y tergiversando nuestra realidad hasta el punto de confundirnos y hacernos ver, que no podremos afrontarla, resolverla o superarla, de manera que lo único que nos quedaría por hacer, es huir de ella, evadirla o hundirnos en la negatividad y en el estancamiento total.
De ahí, que sea tan importante aprender a manejarla adecuadamente para vivir mejor.
Muchos de nosotros hemos sido educados con el miedo, por eso mantenemos una actitud negativa, temerosa y pesimista frente a la vida, convirtiéndonos muchas veces en el obstáculo mas difícil de superar, cuando buscamos cumplir nuestros sueños.
Por otro lado, las células del sistema inmunitario no permanecen ajenas a nuestro monologo interno, y cada vez que tenemos un pensamiento negativo en el cual profundizamos, el cerebro libera sustancias que influyen sobre el sistema nervioso, la musculatura y los sistemas cardiovascular, respiratorio y digestivo.
La diferencia entre un pensamiento negativo y uno positivo es que el primero, no conduce a la acción, solo considera las limitaciones y los posibles obstáculos.
La buena noticia, es que podemos transformar nuestra actitud para convertirnos en personas optimistas, positivas y entusiastas por la vida.
Una actitud positiva, animada y vital siempre nos impulsa a actuar, a disfrutar, a compartir y a vivir plenamente cada momento.
Además, nos da una visión y una interpretación mucho mas optimista de cada evento que se presenta en nuestro día.
Nos protege de la afectación que nos puedan causar las demás personas y las circunstancias difíciles de la vida.
También, nos ayuda a descubrir las oportunidades donde otros solo ven dificultades, para asumirlas y afrontarlas de la mejor manera.
De una actitud positiva y entusiasta, depende en alto porcentaje el éxito y el bienestar que experimentemos para disfrutar de una mayor y mejor calidad de vida.
Claves para afrontar los pensamientos negativos:
- Pensar lo opuesto. Quien teme no llegar a fin de mes puede recordar las veces en que sí logró hacerlo.
- Resaltar lo positivo. Hacer una lista con todas las cosas buenas que también te ocurrieron a lo largo del día.
- Dejar pasar los pensamientos negativos. En lugar de concentrarte y desarrollar sus imágenes negativas… Simplemente distrae tu mente y no profundices en ellos.
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