- No tienes por qué ir revelando tus planes y proyectos a todo el mundo
- Los detalles de la intimidad en tu vida, manténlos privados (recuerda el dicho de que "los trapitos sucios se lavan en casa"
- Tus conflictos familiares, resérvatelos (no andes chismeando acerca de ellos)
- Nunca hables a otros de lo "admirable" que eres
- No alardees sobre tus acciones caritativas o solidarias
- Alardear sobre tu inteligencia no es nada inteligente
- Nunca repitas lo malo que escuchas, no te consta, no te beneficia y no genera ningún beneficio para los demás
- Tus manías
- Tus peores errores
- Tus más grandes miedos no tienes por qué confiárselos a todo el mundo
- Tus cuentas de banco, ni los números de cuenta, ni clave secreta, ni los montos de dinero con los que cuentas, ni dónde los guardas
- Dónde sueles dejar las llaves de tu casa (debajo del tapete de entrada, con la vecina, etc.)
- Tus rutinas u horarios habituales de actividades (horas que sales de tu casa y que regresas)
- Tus fechas de viajes de vacaciones o de trabajo, en los que estarás ausente de tu casa, especialmente en las redes sociales
- Tus últimas adquisiciones de bienes muebles y/o inmuebles que dejan saber que cuentas con mucho dinero
- Las contraseñas de tus redes sociales
- Tu animadversión u odio hacia grupos de personas por motivo de su raza, nacionalidad, edad, religión, orientación sexual o discapacidad
- No todos tienen que saber cuál es tu orientación sexual ni tus actividades sexuales; reserva eso para tu pareja o acompañante sexual
- Algo muy personal y/o privado que alguien te ha confiado en estricta reserva y confidencialidad
- Detalles específicos muy personales de tu sesión terapéutica (los psicólogos aplicamos el principio de confidencialidad)
