- Aceptar que no todos nos pueden caer bien
- Ser pacientes con aquellos que no nos gustan
- Conservar, en la medida de lo posible, el respeto, la cortesía, las formas civilizadas de convivencia, sin ser hipócritas sino porque uno mismo desea estar bien y el problema será la otra persona pero no uno mismo
- Un hecho de la realidad que nos toca aceptar es que cada quien hace lo que puede, lo que sabe, lo que quiere, según su experiencia de vida
- Analizarse, autoevaluarse y aprender a autocontrolarse uno mismo
- Hacer una pausa y hacer una respiración profunda
- Saber mantener los espacios personales de cada uno
- Considerar que todos estamos en este mundo para cumplir un propósito, y esa persona por algo está en este mundo, aunque no lo comprendamos del todo aún
- No tomarlo personal, como si fuese el enemigo contra uno mismo, sino que esa persona tendrá sus propios problemas con su propia gente. La otra persona tiene sus propias preocupaciones y motivaciones que no tienen que ver contigo necesariamente. Cada quien está ocupado en su propio mundo, sus propios problemas y cómo resolverlos a su propio modo.
- Si escuchas a la persona, la conocerás mejor, ya que muchas veces nos hacemos ideas que no son y, como todo ser humano, algo positivo, adecuado y favorable debe tener. Evitemos prejuzgar, en lo posible.
