“Me llamo Iván y tengo 7 años. Quiero a mi madre y a mi padre, aunque ellos me dan miedo. Me pegan a menudo y no sé por qué.
Esta mañana me levanté y fui a la escuela como todos los días. Soy un buen estudiante y mi profe está orgulloso de mí.
También me llevo bien con mis compañeros, aunque no tengo amigos. Es porque yo no salgo a jugar durante las pausas. Nadie quiere jugar conmigo. He intentado hacer amigos, pero todos me rechazan y me dicen que soy asqueroso.
Un día, después del recreo, fui a los vestuarios y robé un traje que estaba allí desde hacía mucho tiempo y que al parecer, nadie había echado de menos. Después me fui a casa. Tenía frío y tuve que andar contra el viento. Alguien me empujó y caí en la nieve. Después me empujaron la cara contra el suelo diciéndome:
“Nadie te quiere, imbécil”.
Me golpearon y huyeron dejándome tirado en la nieve.
Estuve llorando un buen rato porque tenía frío y me dolía todo. Aunque yo quería a todo el mundo, no tenía ni un solo amigo en el mundo.
Al entrar en casa mi madre me cogió del pelo.
“¿Dónde estabas? ¿Por qué estás sucio y mojado? Niño idiota, vete a tu habitación y quédate allí. No hay nada de comer para ti.”
Hice lo que dijo mi madre y aunque tenía hambre y frío, no salí de mi habitación hasta el día siguiente.
Mis notas no paraban de bajar y cada vez que mi padre las veía, no paraba de pegarme. Una vez me golpeó tan fuerte que no podía mover mi dedo índice. Jamás pude volver a moverlo y los otros niños se reían de mí a causa de ello.
El tiempo pasó y un día comenzó a dolerme el pecho.
Mamá y papá no se preocuparon. Por la tarde me tendí en mi cama y solo pedía una cosa. Quería dejar de sufrir porque no quería seguir molestando a papá y mamá. Los quiero demasiado como para eso.
Al día siguiente en el cole, nos pidieron que dibujásemos nuestro sueño más preciado. Los demás niños dibujaron coches, cohetes y muñecas. Yo no.
Pero no porque no me gustaran esas cosas sino porque lo que yo más deseaba era un papá y una mamá que me quisieran. Por eso, dibujé una familia. Una mamá, un papá y su hijo. Estaban jugando y eran felices. Mientras hacía el dibujo yo estaba llorando en silencio. ¡Me hubiera gustado tanto tener unos padres que me quisieran…!
Cuando me tocó enseñar mi dibujo a la clase, todo el mundo se rio de mí.
Yo me puse a explicar delante de toda la clase:
“Mi mayor sueño sería tener una familia.”
Ellos se reían más aún y yo me puse a llorar. Después les dije:
“No se rían de mí por favor. Ese es mi mayor sueño. Podéis pegarme y odiarme, pero por favor, no se rían de mí.
Me gustaría tener unos padres como los vuestros, que me mimaran y rieran conmigo. Que vinieran a buscarme al salir de la escuela y que se pusieran contentos al verme. Ya sé que soy débil y feo y que tengo un dedo roto, pero por favor, no se rían de mí.”
El profesor intentó limpiarme las lágrimas. Creí que algunos alumnos me habrían entendido, pero todos seguían riéndose.
Un día, ví que me habían puesto mala nota en un examen. ¡Sabía que mi madre se enfadaría mucho!”.
Tuve miedo de volver a casa aunque no tenía ningún otro sitio al que ir. Fui caminando lentamente, aunque no tenía ganas de llegar. Mamá estaba furiosa.
Ella me cogió y me tiró al suelo. Yo me golpeé la pierna con una silla.
Me golpeó dos veces en la cabeza. Yo estaba tendido en el suelo y no podía levantarme. Me dolía mucho. Pero mamá me dejó así en el suelo y se fue.
Ella volvió para decirme que lo limpiara todo porque si no, papá me pegaría cuando volviese.
Le supliqué a mamá que no dijera nada pero vi que papá ya estaba en la puerta.
Cuando mamá le dijo la nota que había sacado en el examen, él me levantó del suelo, me zarandeó y me abofeteó en la cara.
Ya no recuerdo nada más. Cuando me desperté estaba en el hospital. Miré mi mano. No podía sentir ninguno de mis dedos. Miré a través de la ventana y comencé a llorar.
Fuera veía a unos padres jugando con sus hijos, lanzándose la pelota y dándose besos y abrazos.
¿Sabéis por qué lloraba?
No sé qué se siente cuando te dan un beso o un abrazo. Mis padres solo me pegan aunque de todas formas, yo los quiero. Yo siempre he intentado hacer todo lo posible por que me quisieran y era bueno en los estudios. Pero ellos nunca me quisieron.
Un día vertí un poco de té y me dieron una paliza descomunal.
De repente, comenzó a dolerme el pecho. Se lo dije a mamá, pero ella pasó. De nuevo me vi en el hospital, aunque nadie vino a verme.
El doctor me dijo que mamá y papá vendría a verme al día siguiente probablemente, pero ellos no lo hicieron. Yo esperé y esperé, pero nunca vinieron. A pesar de todo, los seguía queriendo".
Dos días después, Iván murió a causa de la paliza. Los médicos encontraron una carta en su mano.
“Querida mamá, querido papá.
“Tengo miedo porque soy feo, asqueroso y estúpido. Siento mucho que no hayan podido quererme.
Nunca quise molestarlos. Lo único que hubiese querido es una caricia de mamá y oírla decir que ella me quería. Papá, yo solamente quería que jugaras conmigo, que me dieras la mano para ir de paseo o que me contaras un cuento.
Sé que para ustedes he sido una vergüenza. Ya jamás seré como hubiesen querido que fuera”.
Ahora veo a mis padres que se enteraron de mi muerte los puedo ver, veo como lloran y lo arrepentidos que están, quisiera abrazarlos y darles otra oportunidad quisiera volver y decirles que les perdono. Sé que ahora sí me amarán pero no puedo regresar. Ahora solo los puedo ver arrepentidos, quiero tocarlos y no puedo hablarles; no me escuchan. Perdónenme papás por no haber sido como ustedes querían".
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martes, junio 12, 2018
DIA 163: ¡MIS PADRES ME MATARON!
Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
sábado, junio 02, 2018
DIA 153: TIPOS DE MANIPULACION EMOCIONAL
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
miércoles, mayo 09, 2018
DIA 129: POR QUE LAS PERSONAS SON AGRESIVAS y QUE HACER
- Aprendieron a comportarse de forma violenta
- Utilizan esta conducta para obtener poder
- Son personas irritables que explotan fácilmente
- En lugar de trivializar lo que sucede a su alrededor, convierten sus vvencias en algo catastrófico
- Tienden a ser susceptibles
- Les cuesta mucho controlarse
- Su conducta es espontánea, relacionada con estados emocionales como los ataques de cólera
- Tienen problema con la impulsividad
- Tienen problema en su capacidad para comunicarse y relacionarse
- Sus arranques pueden ir acompañados de frustración
- Sus arranques a veces pueden ir acompañados de arrepentimiento
- Las emociones que pueden llevarles a dispararse son: ira, ansiedad, celos, envidia, etc., que lo interpretan como sufrimiento
- La conducta violenta puede ser una reacción ante una amenaza, la manera que tiene la persona de responder cuando se siente intimidado
- Es una reacción llena de adrenalina
- Es una forma de responder al ambiente, exista una real amenaza o no
- Muchas personas aprenden en su casa que la manera de obedecer es a través del grito, de una bofetada o del castigo
- El ser autoritario le produce beneficios como que enseguida le responden los hijos, empleados, pareja, etc.
- Suelen ser gente llena de rencor
- Suelen ser gente con muchas inseguridades
- Para superarse necesitan dañar y menospreciar a los demás
- Porque así tienen valor
- El origen también está en lo biológico, social o antropológico
- Algunos sufren trastornos psicológicos y/o psiquiátricos como trastornos de la personalidad, antisociales, paranoides, sociópatas, psicópatas, etc.
- Falta de empatía
- Las personas muy impulsivas y agresivas suelen tener menos serotonina (neuroquímico cerebral que estabiliza las funciones nerviosas) en su cerebro que las que son pacíficas y civilizadas
- Ese tipo de anomalías cerebrales pueden tener un componente heredado
- Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Cardiff descubrió que los niños que comen dulces y chocolate a diario tienen más posibilidades de convertirse en adultos violentos
- Un estudio, publicado en la revista Social Psychological Personality Science, señala que los ganadores de una competición se comportan de forma más agresiva hacia los perdedores que a la inversa
- Un estudio de la Universidad norteamericana de Yale que muestra que los adolescentes expuestos a juegos de vídeo violentos pueden aprender a percibirse a sí mismos como personas violentas
- Los individuos que habitualmente no controlan sus impulsos son también los más vulnerables a los efectos sobre la violencia del consumo de alcohol y otros vicios adictivos
¿QUÉ HACER?
- Guarda la calma
- Respira profundo.
- Ve por un vaso de agua o toma tu móvil. Hacer algo más reduce la tensión que se está creando en el momento.
- Piensa que te arrepentirás por todas las cosas dichas con ira.
- Señala el enojo de tu interlocutor. Llama las cosas por su nombre.
- No sigas la conversación como si no te molestara nada. Debes hacerle ver a tu interlocutor que está siendo agresivo con una afirmación de empatía en lugar de agitarlo aún más.
- Evita palabras acusativas que se refieran directamente a la persona (“tú“, ”tuyo")
- Usa frases como estas: “No hay necesidad de estresarse, lo resolveremos/encontraremos la manera de solucionarlo“. ”¿Podrías bajar la voz, por favor?“. “Disculpa, ¿puedo decir algo que creo que es importante/puede ayudar?”. ”Entiendo que esto puede ser estresante/frustrante".
- Si lo haces a tiempo, esto te ayudará a hacer que tu interlocutor agresivo cobre más conciencia de lo que está haciendo. Como resultado, puede ayudar a que la persona escuche con mayor atención lo que estás diciendo.
- Empatiza: Ponte en sus zapatos e intenta entender por qué se está comportando de esa forma tan agresiva.
- La agresión es una reacción natural para proteger o aclamar algo. Intenta considerar estos factores: ¿Qué es lo que puede perder tu interlocutor? (tiempo, dinero, amigos y familia, estatus social, reputación, etc.). ¿Cómo te sentirías tú si estuvieras en su situación? ¿Habrá algo más en la vida de esta persona que la vuelve tan susceptible y explosiva?
- Sé asertivo: Puede sonar contradictorio que debes ser tanto empático como asertivo, pero una cosa no excluye la otra. Entender la postura de la otra persona no significa que debes permitir que sea agresiva contigo.
- Controla tu voz y mantente calmado. Esto mostrará tu confianza y no insitará a tu interlocutor a hablar más fuerte que tú.
- Defiende tu posición y no permitas que la otra persona monopolice la discusión. Expresa tu opinión.
- Sé respetuoso y pide el mismo respeto a cambio.
- Si el nivel de agresión empieza a subir, responde con más fuerza y asertividad para mostrar que tu tolerancia está disminuyendo.
- Enfócate: Si te dejas llevar por tus emociones, pierdes de vista el tema en cuestión e incluso olvidas cómo empezó la discusión.
- Enfocando la conversación en las cosas y datos importantes, le ayudas a la otra persona a que razone. Por ejemplo: “Lo único que importa es que...“. ”Dentro de algunos años recordarás esta situación y te hará reír".
- Intenta hacer reír a tu interlocutor, esto lo desarmará por completo.
- Podemos educar para no ser violentos
Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
viernes, abril 06, 2018
DIA 96: 15 SOLUCIONES PARA EL BULLYING
Cómo resolver situaciones de bullying:
agresión física, verbal y/o psicológica
- Date un tiempo para estar con tu hijo y escuchar lo que tenga que decir
- Averigua de dónde proviene el bullying e intenta conversarlo con los otros padres de familia
- Conversa del problema con los profesores, tutores, directores y/o autoridades del colegio.
- Demuestra a tu hijo que le importas y hazle saber que estás allí para ayudarlo y respaldarlo
- Sé paciente y comprensivo.
- Procura mantener la calma cuando hables con tu hijo.
- Enseña a tu hijo cómo resolver problemas; variadas soluciones; lluvia de ideas.
- Entrena a tu hijo a aplicar estrategias psicológicas positivas para lidiar con su autoestima, sus sentimientos y pensamientos
- No ignores ni subestimes su experiencia
- Demuéstrale a tu hijo que estás orgulloso de él por tener el valor de hablar de sus problemas y compartirlo contigo
- Hazle saber a tu hijo que él no tiene la culpa de que le hagan bullying
- Enséñale a tu hijo a comunicarse asertivamente (ni pasivo ni agresivo): lenguaje verbal y no verbal
- Practica con tu hijo algunas estrategias en la casa, por ejemplo: que hable con confianza, cómo reaccionar si lo fastidian, mirar a los ojos, espalda recta, caminar firme, mantener la serenidad, etc.
- Que tu hijo se sienta querido, amado y con autoestima adecuada en casa y que, sea lo que sea que le suceda en la calle, puede encontrar un refugio cómodo, de apoyo y afectuoso en su casa.
- Asesorarse mediante consultoría psicológica y o Terapia Familiar.
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
jueves, noviembre 02, 2017
COMO DEFENDERSE DEL ATAQUE VERBAL
El arte de defendernos con éxito de las agresiones verbales
¿Qué hacer? ¿Qué decir? ¿Debemos contestar o es mejor callar? Los especialistas coinciden. Es necesario defenderse de los ataques verbales. Y aunque crean que no le afectan, no es cierto. Siempre generan malestar, sobre todo en quienes reaccionan más lentamente.
Muchos autores han estudiado las formas más eficaces para defendernos de estos ataques. B. Berkhan, es una de las que más dedicación le ha prestado al tema. Ella y otros exponen las más eficaces.
1-Cree un escudo: Piense que el problema lo tiene el agresor.
2-Cree también una defensa para evitar que le contagien la agresividad. Aprenda a distanciarse. Piense en otras cosas. Concéntrese en un punto. Elija una frase como música de fondo que le ayude a distanciarse como: “Esto es cosa de otros. No me atañe”.
3-Aprenda a imponerse: Abandone el papel de víctima
- Intente tomar control de la conversación actuando con calma y sin miedo.
- Emplee un tono de voz firme. Procure no exaltarse nunca. Cuide en exceso las formas. Hable con educación sin caer en insulto. Si no, el agresor le tendrá en sus manos.
- No permita que le griten ni insulten. Si esto sucede, interrumpa la conversación y váyase.
Es frecuente que un agresor no deje responder. No se deje dominar. Busque huecos para hablar. Cuando pueda hacerlo, responda a las cuestiones que dejó sin argumentar.
4-Entrene formas eficaces de réplica:
- Hable claro. Renuncie a convencer. Piense solo en parar el ataque y calmar al adversario. Interrumpa. Pregunte. Busque huecos en la conversación para exponer sus argumentos.
- Trate de desviar el ataque, intente cambiar de tema. Es muy eficaz.
- Utilice frases breves y concisas. Le darán confianza y evitarán que el agresor pueda liarle.
- Si es necesario, pida disculpas. No es tan grave y soluciona muchos problemas. Pero de siempre las explicaciones que han llevado a ese error.
Halague. Haga cumplidos. Le ayudará a calmar al agresor.
5-Ganar sin luchar:
Pero si no le salen las palabras, y ve que se pone nervioso o le lían, no hable, no conteste. No es necesario. Ignore al atacante. Esto nos ayudará a mantener la calma y a no satisfacer su necesidad de provocación. Continúe con lo que hacía.
- También puede responder con gestos: Mire fijamente a la cara. Así desarmará al agresor.
- Pero sobre todo debe controlar su ansiedad. Respire lenta y rítmicamente.
- Pero sobre todo salga del conflicto en cuanto pueda. Lo mejor será abandonar el lugar. Recuerde que nunca debe permitir que le ataquen aunque sea a través de las palabras.
- No permita que le agredan ni le hagan sufrir. Defiéndase. No permita que le enseñen a ser agresivo y que sea usted el que algún día acabe agrediendo a otros. Sucede con frecuencia y ¿qué puede ser peor que acabar convertido en alguien como el que un día nos hizo sufrir?
Por Rocío Mayoral
¿Qué hacer? ¿Qué decir? ¿Debemos contestar o es mejor callar? Los especialistas coinciden. Es necesario defenderse de los ataques verbales. Y aunque crean que no le afectan, no es cierto. Siempre generan malestar, sobre todo en quienes reaccionan más lentamente.
Muchos autores han estudiado las formas más eficaces para defendernos de estos ataques. B. Berkhan, es una de las que más dedicación le ha prestado al tema. Ella y otros exponen las más eficaces.
1-Cree un escudo: Piense que el problema lo tiene el agresor.
2-Cree también una defensa para evitar que le contagien la agresividad. Aprenda a distanciarse. Piense en otras cosas. Concéntrese en un punto. Elija una frase como música de fondo que le ayude a distanciarse como: “Esto es cosa de otros. No me atañe”.
3-Aprenda a imponerse: Abandone el papel de víctima
- Intente tomar control de la conversación actuando con calma y sin miedo.
- Emplee un tono de voz firme. Procure no exaltarse nunca. Cuide en exceso las formas. Hable con educación sin caer en insulto. Si no, el agresor le tendrá en sus manos.
- No permita que le griten ni insulten. Si esto sucede, interrumpa la conversación y váyase.
Es frecuente que un agresor no deje responder. No se deje dominar. Busque huecos para hablar. Cuando pueda hacerlo, responda a las cuestiones que dejó sin argumentar.
4-Entrene formas eficaces de réplica:
- Hable claro. Renuncie a convencer. Piense solo en parar el ataque y calmar al adversario. Interrumpa. Pregunte. Busque huecos en la conversación para exponer sus argumentos.
- Trate de desviar el ataque, intente cambiar de tema. Es muy eficaz.
- Utilice frases breves y concisas. Le darán confianza y evitarán que el agresor pueda liarle.
- Si es necesario, pida disculpas. No es tan grave y soluciona muchos problemas. Pero de siempre las explicaciones que han llevado a ese error.
Halague. Haga cumplidos. Le ayudará a calmar al agresor.
5-Ganar sin luchar:
Pero si no le salen las palabras, y ve que se pone nervioso o le lían, no hable, no conteste. No es necesario. Ignore al atacante. Esto nos ayudará a mantener la calma y a no satisfacer su necesidad de provocación. Continúe con lo que hacía.
- También puede responder con gestos: Mire fijamente a la cara. Así desarmará al agresor.
- Pero sobre todo debe controlar su ansiedad. Respire lenta y rítmicamente.
- Pero sobre todo salga del conflicto en cuanto pueda. Lo mejor será abandonar el lugar. Recuerde que nunca debe permitir que le ataquen aunque sea a través de las palabras.
- No permita que le agredan ni le hagan sufrir. Defiéndase. No permita que le enseñen a ser agresivo y que sea usted el que algún día acabe agrediendo a otros. Sucede con frecuencia y ¿qué puede ser peor que acabar convertido en alguien como el que un día nos hizo sufrir?
Por Rocío Mayoral
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martes, julio 12, 2016
VIOLENCIA FISICA O PSICOLOGICA
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jueves, febrero 18, 2016
BULLYING: INFOGRAFIA
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miércoles, noviembre 12, 2014
10 FRASES QUE PUEDEN TRAUMAR A TUS HIJOS
Sin duda, existen palabras que pueden llegar a dañar la autoestima de los niños e incluso, a deteriorar la relación entre padres e hijos.
Tengamos en cuenta este listado de 10 frases que sería mejor evitar para no acarrear problemas de autoestima en los pequeños:
1. “Eres tan…” Estas palabras seguidas de un adjetivo como tonto, insoportable, fastidioso, etc., pueden hacer que el niño se sienta en verdad de esa forma, y más si las usas constantemente.
2. “No confío en ti” o “Eres un mentiroso”. Cuando un padre le dice estas frases a su hijo, es muy probable que el pequeño se sienta mal e inseguro, ya que la persona que dice amarlo y a la que él quiere, no le tiene confianza, situación que lo puede llevar a no expresarse y a no platicar las cosas que le pasan porque de todas formas, no le creerán.
3. “No llores”. Reprimir los sentimientos de los niños no es algo bueno ya que a la larga podrían acarrear problemas emocionales y hasta caer en depresión; es mejor siempre tener un dialogo constante con ellos para que expresen sus emociones con palabras y no con llanto.
4. “Te voy a acusar con tu papá o mamá”. Esta frase siempre deja como villano a uno de los padres, ya que la amenaza lleva consigo una reprimenda, por lo que el niño aprenderá con quién sí puede portarse mal y quién lo regaña por sus malas acciones. Aquí lo importante es que el rol de los padres sea parejo y que a ambos les tenga respeto y no miedo.
5. “Nunca haces nada bien”. Los niños están en su proceso de aprendizaje y es verdad que a algunos les cuesta más trabajo realizar ciertas actividades; sin embargo, como padres, deben poner paciencia y amor para enseñarles cómo hacer las cosas que más se les dificultan.
6. “Deja de molestar”. Existen mejores maneras de explicarle a tu hijo que en ese preciso momento estás ocupado y que no puedes jugar con él; pero que en cuanto te desocupes podrás prestarle atención.
7. “¿Por qué no eres como tu hermano (a)?” o “Aprende a tu hermano (a)”. Las comparaciones nunca son buenas y menos entre hermanos, ya que estás propiciando a que genere rencor y que su relación se vaya desgastando con el tiempo. Además de que sentirá que tu cariño como padre no es parejo.
8. “¡Me vas a matar de un infarto!” o “Sólo me das disgustos”. Con frases como éstas, le estás haciendo ver que sólo te trae problemas, por lo que se puede sentir mal al darse cuenta que no aporta nada bueno a tu vida.
9. “Si no te portas bien te voy a…” Las amenazas que no se cumplen tienen un efecto negativo en los niños. Si él hizo algo que no es correcto y tú le dijiste que obtendría un castigo por ello, debes cumplirlo; pues al no hacerlo, él sabrá que tus palabras no siempre son ciertas y tu autoridad se irá desgastando. Del mismo modo, debes cumplir con los premios que le prometes.
10. Humillaciones o burlas. Es importante nunca hacerte el gracioso con los errores que cometen tus hijos, ya que puede dañar severamente su autoestima, provocando que le de miedo realizar diversas actividades por no ser humillado.
Fuente: Peru.com
Tengamos en cuenta este listado de 10 frases que sería mejor evitar para no acarrear problemas de autoestima en los pequeños:
1. “Eres tan…” Estas palabras seguidas de un adjetivo como tonto, insoportable, fastidioso, etc., pueden hacer que el niño se sienta en verdad de esa forma, y más si las usas constantemente.
2. “No confío en ti” o “Eres un mentiroso”. Cuando un padre le dice estas frases a su hijo, es muy probable que el pequeño se sienta mal e inseguro, ya que la persona que dice amarlo y a la que él quiere, no le tiene confianza, situación que lo puede llevar a no expresarse y a no platicar las cosas que le pasan porque de todas formas, no le creerán.
3. “No llores”. Reprimir los sentimientos de los niños no es algo bueno ya que a la larga podrían acarrear problemas emocionales y hasta caer en depresión; es mejor siempre tener un dialogo constante con ellos para que expresen sus emociones con palabras y no con llanto.
4. “Te voy a acusar con tu papá o mamá”. Esta frase siempre deja como villano a uno de los padres, ya que la amenaza lleva consigo una reprimenda, por lo que el niño aprenderá con quién sí puede portarse mal y quién lo regaña por sus malas acciones. Aquí lo importante es que el rol de los padres sea parejo y que a ambos les tenga respeto y no miedo.
5. “Nunca haces nada bien”. Los niños están en su proceso de aprendizaje y es verdad que a algunos les cuesta más trabajo realizar ciertas actividades; sin embargo, como padres, deben poner paciencia y amor para enseñarles cómo hacer las cosas que más se les dificultan.
6. “Deja de molestar”. Existen mejores maneras de explicarle a tu hijo que en ese preciso momento estás ocupado y que no puedes jugar con él; pero que en cuanto te desocupes podrás prestarle atención.
7. “¿Por qué no eres como tu hermano (a)?” o “Aprende a tu hermano (a)”. Las comparaciones nunca son buenas y menos entre hermanos, ya que estás propiciando a que genere rencor y que su relación se vaya desgastando con el tiempo. Además de que sentirá que tu cariño como padre no es parejo.
8. “¡Me vas a matar de un infarto!” o “Sólo me das disgustos”. Con frases como éstas, le estás haciendo ver que sólo te trae problemas, por lo que se puede sentir mal al darse cuenta que no aporta nada bueno a tu vida.
9. “Si no te portas bien te voy a…” Las amenazas que no se cumplen tienen un efecto negativo en los niños. Si él hizo algo que no es correcto y tú le dijiste que obtendría un castigo por ello, debes cumplirlo; pues al no hacerlo, él sabrá que tus palabras no siempre son ciertas y tu autoridad se irá desgastando. Del mismo modo, debes cumplir con los premios que le prometes.
10. Humillaciones o burlas. Es importante nunca hacerte el gracioso con los errores que cometen tus hijos, ya que puede dañar severamente su autoestima, provocando que le de miedo realizar diversas actividades por no ser humillado.
Fuente: Peru.com
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martes, octubre 07, 2014
2 INFOGRAFIAS: BULLYING Y MOBBING
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lunes, abril 07, 2014
HOMBRES VIOLENTOS LLEVAN TERAPIA PARA EVITAR FEMINICIDIOS
En Lima y Callao, 2 centros del Estado dan tratamiento a más de 50 sentenciados por violencia familiar.
Redactora de Sociedad
Veinticuatro zapatos están alineados en un rincón del salón. En otra de las esquinas, están sus dueños, unos doce hombres que fueron sentenciados por el Poder Judicial por haber agredido a sus parejas. “Al principio lo vi como un castigo y me costó venir. Ahora, estoy empezando a entender lo que hice”, dice Silvio Romero, de 53 años, quien descalzo inicia la terapia a la que asiste desde hace dos meses.
Como Silvio otros 55 hombres considerados violentos asisten una vez por semana al Centro de Asistencia Institucional (CAI) del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), ubicado en Breña. En este centro son atendidos por especialistas para evitar que su agresividad pueda concluir en feminicidio. “Trabajamos en grupos para que empiecen a reconstruir su mundo y desterrar la ira y la violencia”, cuenta el coordinador del CAI, Óscar Huacho Arroyo.
Esta rabia es la que César trata de apaciguar desde hace un año. Con una formación militar a cuestas, César tiene una lucha diaria con sus emociones. Hace dos años estuvo a punto de matar a golpes a su esposa luego de enterarse que le había sido infiel. Ahora se siente tan culpable que al recordarlo la voz se le quiebra y los ojos se le llenan de lágrimas. “Me enteré de que me engaño y la castigué. La golpeé y tenía ganas de matarla, pero pensé en mis hijos”, recuerda.
César dice haber aprendido a controlar esa rabia que le enciende la sangre cada vez que tiene una discusión. “Cuando me da calor a la cara y me sudan las manos, digo ya vengo, salgo y como una hora después regreso y pregunto si puedo seguir conversando”, precisa. Ahora, dice, sabe perdonar y ha decidido retomar la relación con su esposa y demostrarle que ha cambiado.
UNA TERAPIA QUE CUESTA
Los doce hombres descalzos se ponen de pie. “Agárrense de las manos y mírense fijamente”, dice Huacho casi susurrando. Unas risas nerviosas rompen el silencio. “No estamos acostumbrados a esto”, replica otro de los asistentes intentando no soltar las manos de su compañero.
“Lidiar con emociones no es fácil. Hay usuarios que están un mes y luego deciden no venir porque no pueden abandonar el machismo con el que fueron criados”, agrega Huacho.
Este es el principal problema del programa. Pese a ello, tanto el CAI de Breña como el de Carmen de la Legua, en el Callao, han recibido a 470 sentenciados desde el 2010. La mayoría de agresores que asiste a los CAI, tiene entre 36 a 45 años de edad. El alcohol y drogas, así como los celos, son los detonantes de sus conductas agresivas.
¿Cuánto pueden cambiar los sentenciados? Según el MIMP, se necesita por lo menos un año de terapias para ver cambios. “Es un proceso largo, lo que también incluye algunas recaídas”, sentencia Huacho.
Fuente: http://elcomercio.pe/lima/ciudad/hombres-violentos-llevan-terapia-evitar-feminicidios-noticia-1720940
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