La vida es un regalo que desenvolvemos cada día, para experimentar a través del contacto y la relación que mantenemos con los demás, sean conocidos o extraños.
La navidad, es un buen momento para reflexionar acerca de lo que damos o esperamos recibir de las otras personas, a tiempo de hacer algunos ajustes en nuestra actitud y comportamiento, que nos permitan mantener relaciones más satisfactorias y equilibradas.
Si pudiéramos desprendernos o mas bien vaciarnos internamente de los malos recuerdos, de las duras experiencias y de los sentimientos negativos que estimulan ideas egoístas, vengativas, intolerantes y hasta agresivas sin una verdadera razón… nos comportaríamos de una manera diferente a la acostumbrada frente a cada evento o circunstancia que se nos presentara. Todo es relativo, porque eres tú quien define la manera en la que te afectarán las circunstancias…
Asumamos el compromiso de organizar ese contenedor interno, que abarca las emociones y los pensamientos, de manera que solo conservemos aquellos que nos estimulen a actuar con conciencia, respeto y responsabilidad en todo momento, que enciendan y mantengan la llama del amor incondicional, para que seamos como consecuencia de este sentimiento: mas comprensivos, tolerantes, pacientes, flexibles, amables, conciliadores y solidarios con los demás, para que tengamos pensamientos e ideas, optimistas, constructivas y eficaces para solucionar las diferencias, los problemas y los desacuerdos que nos impiden trabajar individualmente por un bien colectivo y social, sin que nos importe, nos afecte o nos detenga lo que hagan o dejen de hacer los demás.
¿Te imaginas por un momento lo que sucedería en tu familia, comunidad, en tu ciudad, en el país, o en el mundo si nos pusiéramos a trabajar en pro de la Paz y el Bienestar de todos?
No permitamos que esta navidad se nos pase sin hacer algo constructivo y positivo que marque la diferencia, que siembre esperanza, que devuelva la confianza, que reanime los sueños, el optimismo, el valor y la motivación al menos en una persona de nuestro entorno.
Claves para Dar y Recibir
Cuando damos de forma limpia y desinteresada, inmediatamente recibimos una energía positiva en forma de satisfacción inmediata que se traduce en:
entusiasmo, alegría, satisfacción y hasta vitalidad para continuar con nuestra vida, es como si los bolsillos de nuestra prosperidad volvieran a llenarse abundantemente.
El arte de recibir va mas allá de la educación y de la cortesía, implica aceptar en lo profundo de nuestro ser que merecemos lo que nos entregan y que podemos realmente disfrutar de ello sin sentirnos en la obligación moral de devolverlo o agradecerlo
exageradamente al momento de recibirlo, para que la otra persona sepa lo que sentimos.
Abrirnos a recibir, implica que no fijamos nuestra atención en el valor o en el envoltorio que tiene el regalo esencial o material que nos han dado, por el contrario, abrimos los ojos del corazón a través de nuestra sensibilidad para reconocer y disfrutar de los sentimientos que contiene, y rescatar el significado que tendrá para nosotros.
La mayoría de las veces eres tú quien le quita el valor al servicio que realizas, o al regalo que das. Aprende a reconocer la importancia de lo que entregas, y dedícate a compartirlo con amor, excelencia, responsabilidad y desprendimiento.
Dar por obligación o por deber, le resta al intercambio la autenticidad, la espontaneidad y la belleza que encierra. Es muy importante que te muestres agradecido al momento de recibir, pero que elijas cualquier otra oportunidad para continuar aportando a esa relación lo mejor de tus sentimientos y pensamientos.
Disfruta de cada regalo que recibas. Desde hace algún tiempo, cada vez que estoy en presencia de un regalo o de una bendición esencial, lo observo en detalle, sonrió, lo acepto, cierro los ojos por un minuto y respiro imaginando que ese beneficio llena mi corazón, serena mi mente y alimenta mi espíritu. Luego abro los ojos y agradezco.
Entrega regalos de cariño y buenos deseos. Comparte abrazos de oso, palabras cariñosas o de reconocimiento, tiempo de calidad para suavizar la vida de los que necesitan de ti, momentos para escuchar atentamente a los demás… y verás todo lo que recibirás por parte de la vida.
Atrevernos a expresar nuestras necesidades y deseos nos da la posibilidad de sentirnos mas satisfechos en la vida. Abrirnos a compartir con nuestras personas queridas hará que se sientan más cercanas a nosotros. Además, es un regalo que nos damos como muestra de madurez y aprecio por nosotros mismos.
Cuando nos damos a la tarea de compartir con otros las cosas buenas y especiales que nos ocurren, potenciamos la energía del entusiasmo, el optimismo, la confianza y la esperanza. Y cuando celebramos los éxitos y los logros que otros obtienen, potenciamos nuestro bienestar. Alégrate en esta época, por todo lo bueno que les sucede a otras personas, sin envidia y con gran sinceridad.
En esta fecha tan especial, deseo que la paz, la armonía, el amor y la felicidad te acompañen a vivir cada día junto a tus seres queridos. Que sea un tiempo para nuevos comienzos, para el fortalecimiento de tus relaciones a través del amor, el respeto y la aceptación de las diferencias personales. Que tus sueños se cumplan y que vuelvas al reencuentro contigo ti mismo y con La Presencia de Dios en tu interior.
Con Amor,
Maytte
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viernes, diciembre 25, 2009
EL MEJOR MOMENTO PARA DAR Y RECIBIR
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
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