¡¡¡Yo hago siempre lo que quiero!!! |
Un día la psicóloga del nido les advirtió a sus padres que los niños que siempre se salen con la suya terminan convirtiéndose en adolescentes problemáticos. Más tarde son adultos arbitrarios, intolerantes, de esos que creen tener la razón siempre. Así que les dio un ultimatum: o le ponen límites o esto se les va a escapar de las manos.
"En el síndrome del hijo emperador se invierten los papeles y el niño domina a los padres, abuelitos y cuidadores. En casos extremos, los maltrata y tiene insensibilidad emocional", señala Claudia Schiappa-Pietra, directora del nido Alma Máter.
Dice también que este síndrome es propio de nuestros tiempos, pues ahora los padres suelen ser demasiado permisivos y sobreprotectores.
Sucede con frecuencia en China, donde desde hace 30 años las familias tienen casi todas un solo hijo, sobre el que los padres y los 4 abuelos vuelcan todos sus cuidados.
Además, el mayor poder adquisitivo de las familias, la sociedad consumista, el individualismo y el estilo educativo basado en atender todas las peticiones de los chicos, así como el deseo de los padres de que sus hijos experimenten los beneficios económicos que les fueron negados a ellos mismos cuando eran niños, son factores desencadenantes de este síndrome denominado "Síndrome del Niño Emperador" o "El Pequeño Tirano" por Jirina Prekop.
Estos niños suelen ser hijos únicos o primogénitos o los menores, pero con gran diferencia de edad. A veces son hijos adoptivos o chicos en situación de peligro por alguna enfermedad. Lo que tienen en común es que sus padres temen decirle no, para no afectarlos o para ahorrarse el llanto y la pataleta del niño y liquidar rápidamente el problema.
No te sientas culpable por hacer cumplir una regla. El llanto del niño dura un rato, pero la conducta del emperador se establece para toda la vida. Impón las sanciones sin gritos y sin caras de furia.
Los niños no pueden siempre decidir qué hacer y qué no. Los adultos deben guiarlos con amor.
TIPS:
- Establece límites firmes y claros en casa.
- Desarrolla en forma sistemática la conciencia de tus hijos, dándoles oportunidades para que practiquen actos de generosidad y que obtengan lecciones de ello.
- Sé coherente con tu pareja y viceversa. Deben mostrar la misma opinión respecto a un problema.
- Muéstrate firme respecto a lo que hayan decidido.
- No impongas un castigo que luego no vayas a cumplir.
- Procurar gratificar en vez de castigar.
- No seas sobreprotector(a).
¡Ponme límites, por favor! |