Información para familiares y amigos
¿Como detectar que es ludópata?
No es fácil detectar al principio a un jugador patológico ya que la pérdida de control no es visible desde el exterior y, como en otros trastornos adictivos, la negación de la enfermedad es un aspecto común. Los jugadores no suelen estar motivados para pedir tratamiento y, cuando lo hacen es, en muchas ocasiones, por problemas derivados del juego (depresión, alcoholismo...)por presión familiar o laboral, o enviados por la autoridad legal.
Aún así existen una serie de señales que aparecen habitualmente en los jugadores y que nos pueden alertar sobre el problema. Las enumeraremos a continuación:
a) Gastos fuertes de dinero. Puede faltar dinero para la alimentación, la ropa o la vivienda. Petición de dinero a familiares, amigos, bancos, asistentes sociales, etc. para poder pagar las deudas y mantener el juego. Las mentiras son constantes y habitualmente hacen referencia a la administración y al gasto de dinero, a deudas existentes, al sueldo mensual, a las actividades que se realizan cuando sale de casa, etc. Un aspecto crucial es que no existe conducta de ahorro.
b) Pérdida o alejamiento de las amistades de siempre. Se dejan de practicar las aficiones o las actividades que antes se consideraban positivas. El jugador patológico juega normalmente en solitario.
c) Irritabilidad, problemas de sueño, ansiedad, nerviosismo, inquietud, dolores de cabeza, mareos, problemas estomacales, deterioro en la relación de pareja y en la relación con los hijos.
d) Es frecuente que se produzca un mayor consumo de alcohol y de tabaco.
Si se han detectado algunas de estas conductas nos interesa saber ¿que hacemos?
¿Qué hacer cuando uno cree que está ante un posible jugador patológico?
Es habitual que una persona no sepa qué hacer cuando se encuentra ante un problema de juego. Un error frecuente es proporcionar al jugador una ayuda económica con el objetivo de que pueda pagar las deudas, bajo la promesa de que va a dejar de jugar. Desgraciadamente, esto no ocurre así. A continuación se proporcionan una serie de consejos:
1. No pagar sus deudas, ni sacarle del apuro con la promesa de que no volverá a jugar, porque no es cierto. No encubrirlo, él es el único responsable de su conducta y de las consecuencias que ésta le traiga. Su juego no es sano, pues ha perdido el control.
2. Presionar para ponerse en tratamiento. Es posible solucionar el problema. Muchos jugadores no acceden hasta que la pareja menciona la separación o el divorcio, o existe un peligro claro de perder el empleo. El pago de las deudas no va a solucionar el problema por sí solo, ya que no es un problema de dinero sino de control de una conducta. La familia le puede apoyar y ayudar, pero es fundamental ponerse en tratamiento.
3. Controlar el dinero, cartillas, tarjetas de crédito...y no dejarlo en manos del jugador.
4. Hablar de las consecuencias negativas que está teniendo el juego en la familia y en sí mismo.
5. Si el jugador no quiere consultar por la adicción al juego, intentar, al menos, que consulte por los síntomas asociados a la ludopatía (ansiedad, depresión...), a través de los cuales su terapeuta pueda focalizar el problema.
6. Si el jugador no quiere tratarse, los familiares pueden acudir a pedir información. De esta forma, se les puede ayudar y enseñar a manejar el problema de juego.