El primer paso consiste en aceptar que se tiene una dificultad que está afectando su vida personal.
El segundo paso consiste en buscar y solicitar ayuda, mejor aun si lo hace la propia persona por sí misma.
El tercer paso consiste en informarse sobre el servicio psicológico brindado para ver si va de acuerdo con lo que el consultante está buscando.
Tener en cuenta que cada psicólogo tiene su personalidad y su método de tratamiento y a cada persona le dan resultado diferentes técnicas, métodos, recursos, herramientas psicológicas.
Así como cada persona halla un buen dentista u otro profesional de la medicina para sí mismo, igualmente es necesario hallar el psicólogo que vaya acorde con la forma de ser de cada uno.
El cuarto paso radica en hacer la reserva de su cita para la sesión o terapia psicológica respectiva.
El quinto paso consiste en asistir al local o consultorio donde se realizará la consultoría psicológica.
Algunas personas se han quedado solamente en la intención y no llegan a acudir a su cita.
El sexto paso consiste en exponer su caso al psicólogo y escuchar atentamente las indicaciones de dicho profesional.
El séptimo paso consiste en llevar a cabo las indicaciones o instrucciones que se le recomiende en dicha sesión.
El octavo paso radica en que con las nuevas conductas y/o pensamientos se vaya formando nuevos hábitos saludables y se vaya desaprendiendo lo tóxico, negativo, dañino, enfermizo.
El noveno paso consistirá en ver los nuevos resultados favorables y/ positivos al llevar a cabo los nuevos pensamientos y las nuevas conductas.
El décimo paso consiste en seguirse informando y aprendiendo cada día más sobre todo aquello que ayude a mejorar, crecer, evolucionar y desarrollarse como persona razonable, adulta, madura, civilizada, saludable mental y emocionalmente.
Mucho mejor aún si la persona empieza a compartir con otras personas lo que le ha servido y funcionado para superar sus dificultades.
El ayudar a los demás y sentirse útil hace que la persona se sienta mejor y le encuentra un sentido a las adversidades que enfrentó.
Una vez que se ha logrado los resultados esperados, la persona se da cuenta de que aquello negativo que le ocurrió sirvió para mejorar como persona y hacerse más fuerte, con mayor experiencia, para incluso transmitir su sabiduría interior a los demás.
La ira, el enojo, el mal humor puede ser solucionable.
No se va a solucionar por sí solo, sin tomar medidas ni aplicar cambios en su vida.
Lo mejor de todo es que las personas que forman parte de su entorno (familiares, amistades, colegas, conocidos, etc.) notarán la mejoría y, por ende, mejorarán las interrelaciones entre sí.
Requisito fundamental: DAR EL PRIMER PASO.