¿Cómo explicarles a nuestros hijos pequeños esa dura decisión?
El día que una pareja con niños decide ponerle fin a su relación, suele ser uno de los momentos más complicados en la vida de los hijos. Ellos no entienden qué es una separación. De hecho, lo único que desean es que sus padres siempre estén juntos. No importa quién haya sido el culpable del conflicto, la ausencia de uno de sus padres siempre les afectará. Basta ver un ejemplo clásico: el papá se va de la casa y a veces los pequeños, sin comprender qué pasa, desarrollan sentimientos de culpa y temor creyendo que fueron ellos la causa de la separación. Es más: si esto no es solucionado a tiempo, el tema se complica en la adolescencia, pues al no poseer la suficiente estabilidad emocional, terminan por buscar «otros caminos» para sentirse bien, casi siempre sin lograrlo. Entonces, ¿cómo debemos contarles a nuestros hijos que papá y mamá se van a separar?
En primer lugar, los padres deben ser lo suficientemente maduros para explicar la situación a sus hijos sin pelear delante de ellos. Deben tener en cuenta que sus hijos son niños aún y que no necesariamente van a entender conflictos de adultos. No se debe ahondar en detalles, porque ante todo es un problema de pareja. Es importante incidir que ellos (los hijos) no son culpables de este difícil momento y que el amor que sienten hacia ellos seguirá siendo el mismo. Hay que explicarles que con esa decisión se acabarán las continuas peleas y discusiones, y que habrá mayor tranquilidad para todos.
Otro punto importante es que tras el alejamiento de uno de los padres (generalmente, el papá deja la casa), jamás se debe cortar la relación en forma brusca. Las visitas continuas son recomendables para alejar la tristeza que sienten los niños por la partida de uno de sus padres. No obstante, en el caso de que esto no sea posible, lo ideal es utilizar el teléfono, los correos electrónicos u otro medio alternativo. La comunicación será la clave de hacer el conflicto más llevadero para nuestros hijos. Sin una comunicación sabia, los padres pueden generar heridas profundas en el niño, muy difíciles de sanar luego. No debemos olvidar que, si bien la relación conyugal terminó, nuestro rol como padres responsables no termina nunca.
Luis Venegas, psicólogo y psicoterapeuta
C.Ps.P 13706
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