Todos tenemos un sistema interno al que pocas veces prestamos atención. Cuando te sientes bien, feliz, pleno, que el tiempo pasa volando, estás haciendo algo conectado con tu corazón y con tu propósito de vida.
Cuando te sientes mal, es una señal de que vas por el camino equivocado y de que hay algo a lo que debes prestar atención. No es normal sentirse mal siempre. ¡Presta atención!
Y tampoco hay que confundir sentirse mal con sentirse incómodo. Sentirse mal es señal de que hay que hacer un cambio. Sentirse incómodo es señal de que vas bien y puedes sentirte bien e incómodo al mismo tiempo; eso es lo mejor, porque es señal de que estás creciendo.
Por Marco Ayuso
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