¡EL PESIMISMO LLEVA A DEBILIDAD,
EL OPTIMISMO A PODER!
EL OPTIMISMO A PODER!
El Poder del Optimismo
- Presta atención a cómo te hablas a ti mismo. El lenguaje es muy poderoso y la forma en que nos hablamos puede echar por tierra nuestra autoestima y, con ella, la confianza en que las cosas puedan irnos bien. Procura hablarte como lo harías con un amigo en vez de juzgarte como si fueras tu peor enemigo. Elimina las palabras de negatividad.
- Disfruta del instante. Siéntate en una banca en un parque o da un paseo fijándote en todo a tu alrededor (árboles, cielo, pájaros, familias, etc.). No dejes que los nervios por la reunión de esta tarde o el enfado por el atasco de esta mañana te impidan apreciar la belleza de una flor o la sensación del viento en tu rostro.
- Saborea las cosas. Date tiempo para apreciar lo que comes, lo que lees o lo que ves. Disfruta del tiempo que pasas con tus hijos, tus padres, tu pareja o tus amigos. La vida es breve y hay que aprovecharla al máximo.
- Si te falta tiempo, apaga las redes sociales por un momento. En numerosas ocasiones, la tecnología hace que nos olvidemos de las preocupaciones, pero al mismo tiempo nos impide reflexionar.
- Haz cosas que te gusten. Ya sea fotografía, danza, ajedrez, bicicleta, cine, rompecabezas, juegos de mesa, etc. Nadie va a darte una medalla por cargar tu día de obligaciones y, además, negarte momentos para ti hará que tus reservas de optimismo se agoten muy rápido.
- Relaciónate. Llama a tus amigos, inscríbete en algún curso o participa en una acción de ayuda o voluntariado comunitario. No sentirnos aislados aumenta considerablemente el optimismo.
- Si quieres conseguir algo, ve paso a paso. Organízate y ponte metas factibles, posibles de realizar, a corto plazo. Y felicítate por cada uno de tus logros por pequeños que sean.
- El optimismo es contagioso. Rodearte de personas positivas te ayudará a serlo más. Un buen ejercicio es que analices con profundidad qué personas, amigos o compañeros te cargan de energía negativa. Cuida tu bienestar.
- Recuerda o escribe cada noche antes de acostarte 5 cosas buenas que te hayan pasado a lo largo del día, por más ínfimas que te puedan haber parecido. Así te entrenarás en fijar tu atención no solo en lo negativo. Es un cambio de actitud.
- Ayudar a los demás nos demuestra que podemos tener un impacto positivo en los demás. Y es que, a través de acciones pequeñas y cotidianas, es posible hacer una buena obra y sentirse mejor. ¿Qué esperas? Evita postergar las acciones positivas y saludables. ¡Empieza desde ya!
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