1- Compórtate como esperas que lo hagan los otros. Deja de esperar a que las personas cambien su actitud y comportamiento, y comienza a actuar como desearías que lo hicieran los demás. Sé diferente, te aseguro que tu vida mejorará y que comenzarás a proyectar armonía. Con tu forma de actuar te convertirás en el ejemplo que necesitan otros para volverse más participativos.
2- Evita pensar sólo en tí mismo. Observa a las personas que se encuentran a tu alrededor y pregúntate: ¿Qué puedo hacer para suavizar sus vidas? Comienza por tus seres queridos, vuélvete más colaborador, muéstrate interesado en sus asuntos y averigua cómo puedes apoyarlos. Acércate a ellos con una frase o un gesto cariñoso y hazlos sentir queridos y especiales.
3- Evita que la conversación toque el pasado negativo. Fomenta el recuerdo de las vivencias divertidas, positivas y agradables. Reconoce sus logros y hazlo sentir querido y aceptado. Suavizar la vida de otros con nuestros comentarios y actitudes hará que nos sintamos satisfechos.
LA SOLUCION
Una oportunidad para la reconciliación puede ser un viaje para cerrar círculos, tomar todo lo bueno de lo que han vivido juntos y dejar en el pasado lo negativo o lo desagradable para que no les afecte más. Ya sabes que para ser feliz tenemos que poder desprendernos del pasado doloroso, pues sólo así podemos abrirnos sin temor y sin prejuicios a vivir cada experiencia en el presente como si fuese completamente nueva y diferente.
Asume la responsabilidad de tu felicidad. Deja de esperar a que te reconozca, se comporte de una manera diferente o se anime a celebrar tus logros y éxito personal. Acéptalo/a como es, no esperes encontrarlo/a cambiado/a, ve dispuesto/a a darle, a brindarle tu cariño y amistad incondicional. Apóyate en la seguridad y el placer que produce vivir tu independencia emocional, y comparte con el/ella sin temor a perderlo/a.
Mantén siempre una actitud positiva, minimizando lo negativo que pueda presentarse y exaltando lo bueno, lo positivo, lo agradable de ese reencuentro. Así podrás compartir con el/ella un buen momento. No te dejes enganchar por alguna de sus actitudes, comentarios o comportamientos negativos, recuerda que ya no son determinantes para ti, pues tú has adquirido madurez e independencia emocional y ahora estás en posición de dar y no de pedir.