jueves, marzo 29, 2012

EL MITO DE QUE SOLO USAMOS EL 10% DE NUESTRO CEREBRO

Muchas personas creen o están de acuerdo con la afirmación de que solo usamos el 10 % de nuestra capacidad cerebral.

Esta vieja creencia fue en parte difundida y sostenida por algunos libros de autoayuda y ha estado vigente durante tanto tiempo, que llego a impulsar que algunos psicólogos buscaran su verdadero origen.

En cierto aspecto tiene mucho que ver con uno de los tipos de ilusiones que sufren habitualmente todas las UCCM (unidad cuerpo cerebro mente): la ilusión de potencial. La misma nos da esperanzas, pues nos dice que todavía nos espera desarrollar el 90 % de nuestras capacidades cerebrales, algo que nos seria de gran utilidad si lográramos encontrar el “como” hacerlo.

Lamentablemente para los que alguna vez fuimos afectos a esta creencia en alguna etapa de nuestras vidas, esta afirmación debería declararse inconsistente con la realidad de nuestro cerebro. Los puntos que la refutan son los siguientes:

1.- No hay forma conocida de medir la capacidad cerebral de una persona y menos aún de saber cuál es el porcentaje de la misma que esta usa.

2.- Si una parte del tejido cerebral se encuentra inactivo por un tiempo prolongado, significa ni más ni menos: que está muerto. Por lo que sí solo usáramos el 10% del cerebro, la causa se debería a la pérdida del 90% de la masa encefálica.

3.- Seria totalmente ilógico que la evolución se haya tomado millones de años para crear esta maravillosa máquina biológica, tan costosa energéticamente, para que fuera inútil e ineficiente en su mayor parte. Además el tener un cerebro grande como el nuestro, entraña un peligro de supervivencia para la especie humana, pues implica también por carácter transitorio una cabeza de mayor tamaño, lo que complica el parto para las madres y puede afectar la salud cerebral del bebe. ¿Todo esto por un 10%?

4.- El cerebro consume el 30% de la energía que produce un organismo en reposo, algo innecesario si solo usáramos una cantidad tan pequeña del mismo.

5.- El cerebro dedica una gran parte de sus recursos en el sentido de la vista, tanto es así, que esta actividad implica el 50% de todo lo que este hace a cada momento, y muestra el gran poder que tiene la visión, para influenciar en la apreciación de la realidad que hacen al resto de los sentidos.

Este mito fue difundido y creciendo mucho antes que la ciencia y la tecnología desarrollaran equipos como los escáneres cerebrales, que permiten obtener imágenes en vivo de la actividad encefálica. En donde se pueden ver islas de distintos colores como rojo, amarillo, azul, siendo el primero indicación de mayor actividad y el último de menor.

Lo importante de resaltar, es que menor no significa en ningún sentido “nada de actividad”. La totalidad del cerebro está siempre al menos en algún nivel básico de actividad y cualquier estímulo que implicara un área, producirá aumento inmediato de la misma. Incluso durante el sueño, el cerebro permanece activo, sólo que en un estado de actividad diferente.

Por ejemplo cuando una lectura nos atrapa y nos sumergimos en el relato, nuestra UCCM vive la historia como propia y crea simulaciones mentales, activando las mismas regiones usadas, para procesar experiencias de la vida real, estas simulaciones incluyen imágenes, sonidos, sabores, olores y movimientos.

El énfasis por ello debe estar presente, en cómo lo utilizamos, en motivarnos y crear contextos enriquecidos para que aflore lo mejor del mismo y sus funciones más elevadas. Más allá de nuestra edad, podemos aprender cosas nuevas todos los días, idiomas, poesías, baile, historia, cocina y hasta conocer el funcionamiento de la UCCM y dedicar tiempo a crecer como mejores seres humanos. “Gracias a que podemos hacer uso de todo nuestro cerebro y su maravillosa plasticidad”.

Por: Dr. Nse. Carlos Logatt Grabner

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miércoles, marzo 28, 2012

SÉ TU PROPIO COACH Y MEJORA TU VIDA

Cómo dirigir tu vida y hacer realidad tus sueños

Por: Fiona Harrold

Libro recomendado

10 CAPÍTULOS:

1) SÉ EL MEJOR: FIRMA AQUÍ Y CREA LA VIDA QUE SIEMPRE HAS QUERIDO

2) ¿QUIÉN CREES QUE ERES? ¿QUÉ NECESITAS PARA PENSAR QUE PUEDES TENER LA VIDA QUE QUIERES?

3) CÓMO DAR RIENDA SUELTA A TU POTENCIAL PERSONAL: HAZ QUE BRILLE LA CONFIANZA EN TI MISMO Y CONSTRUYE UNA PERSONALIDAD MAGNÉTICA

4) CULTIVA LA CONFIANZA EN TI MISMO, TU POTENCIAL PERSONAL Y UN CARISMA IRRESISTIBLE

5) ELIGE LO QUE QUIERES PARA TENER RAZÓN

6) ¿QUÉ ES LO QUE QUIERES HACER Y QUÉ VAS A HACER AL RESPECTO?

7) HAZ EL TRABAJO QUE TE GUSTA Y DISFRUTA DEL TRABAJO QUE HACES.

8) ¡ERES MUY ATRACTIVO! CÓMO SER ATRACTIVO Y MUY DESEABLE

9) APARENTA SER Y SENTIRTE MARAVILLOSO PARA SIEMPRE

10) ANTE LAS DIFICULTADES, EL FUERTE SE CRECE MÁS

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martes, marzo 27, 2012

LAS 10 COSAS QUE TE AMARGAN LA VIDA (Y COMO COMBATIRLAS)

La búsqueda de la felicidad ha sido una de las principales preocupaciones del ser humano desde que tomamos conciencia de nuestra existencia. Su estudio fue uno de los pilares de la ética en Grecia y ha sido, y sigue siendo, una preocupación fundamental de filósofos y psicólogos. Aunque el debate nunca se apagó del todo, la psicología recogió el testigo de la filosofía y enfocó los estudios sobre la felicidad desde un punto negativo. Los psicólogos se centraron en estudiar los aspectos patológicos del ser humano y se olvidaron de los aspectos positivos, de estudiar aquello que nos hace más felices.

La psicología positiva es una nueva corriente de pensamiento que estudia las bases del bienestar psicológico y de la felicidad. Covadonga Chaves, miembro de la Sociedad Española de Psicología Positiva, cree que nuestra sociedad está equivocada sobre el concepto de felicidad. En su opinión, “la felicidad no es algo que se pueda alcanzar, no es una meta, es un estado, una emoción”. La psicología positiva pide un cambio de concepto: la felicidad es algo que se debe cultivar día a día, no una meta absoluta.

Para ser más felices tendremos que reforzar los aspectos positivos de nuestra vida y erradicar los negativos. Estas son las diez causas más comunes de la infelicidad que deberemos combatir para ser más felices.

1. La envidia

La envidia, y por extensión los celos, es una de las causas más comunes de la infelicidad. Por lo general, somos envidiosos al ver como los demás logran metas que nosotros no hemos conseguido alcanzar, lo que provoca en nosotros una frustración. Si tu amigo tiene éxito, celebra su victoria como propia. Si tu enemigo tiene éxito, recuerda que los celos son contraproducentes e inútiles y se limitan a extender el poder del enemigo sobre ti. Chaves recomienda, en cualquier caso, buscar relaciones positivas y evitar aquellas amistades conflictivas que provocan frustración y malestar. En definitiva: “Hay que rodearse de personas que te hagan sentir bien”.

2. La manía persecutoria

Es la sensación de estar siendo perseguido por fuerzas incontrolables. En ocasiones esto se convierte en una enfermedad, llegando a causar esquizofrenia, pero en la mayoría de los casos se trata de la sensación puntual, o transitoria, de que “todo el mundo está en contra tuyo”. Es un clásico en los niños, generalizado en el eterno “la profe me tiene manía”, pero muchos adultos lo padecen a diario en menor o mayor grado. La solución de esta causa de infelicidad pasa por reconocer que la persecución es irrelevante, ya que sólo uno mismo controla el resultado de su vida.

Todas las personas encuentran obstáculos en su camino; el éxito y el fracaso dependen de la capacidad de cada uno para superar los obstáculos, no de las fuerzas incontrolables que, supuestamente, nos ponen la zancadilla. Los seres humanos tenemos una creencia básica sobre el mundo, queremos que sea justo, también con nosotros. Cuando nos encontramos con experiencias negativas tendemos a pensar que “el mundo está contra nosotros”, algo que no deja de ser un pensamiento paranoico.

3. La negación de responsabilidades

La capacidad de asumir responsabilidades, según explica Chaves ,se conoce en términos psicológicos como “el control”, y es una necesidad básica del ser humano cuya ausencia provoca infelicidad. No podemos controlar todo lo malo que nos sucede, pero sí controlar cómo reaccionamos a esas cosas malas. Escurrir el bulto y “hacer como que nada ha pasado” es una decisión, además de cobarde, poco acertada. Negar la responsabilidad sobre algo que hemos hecho incorrectamente solo acrecienta nuestra infelicidad, así como el hecho de no reconocer que algo malo nos ha pasado. Hay que enfrentarse a los problemas.

4. El perfeccionismo

Aunque todos queremos hacer las cosas lo mejor posible, hay momentos en los que nos colocamos metas demasiado altas. Por muy buenos que seamos, no todo puede ser perfecto. Si nuestras expectativas son demasiado elevadas siempre fracasaremos y seremos infelices. La perfección es, en la mayoría de los casos, inalcanzable y nunca resulta necesaria.

5. El razonamiento excesivo

El razonamiento excesivo es una de las causas más comunes de la infelicidad. “Comerse el tarro” o “rallarse” son las expresiones coloquiales más utilizadas para expresar un problema habitual: la tendencia a sobredimensionar determinados problemas. El hombre tiene una asombrosa capacidad para razonar pero a veces esta habilidad se vuelve en nuestra contra. Si llegamos a la conclusión de que un problema no puede ser solucionado a base de lógica y razón, lo mejor es dejarlo pasar.

Hay que encontrar un equilibrio entre lo emocional y lo racional. Las personas impulsivas tienden a no pensar antes las cosas, pero las personas demasiado racionales necesitan actuar más y pensar menos.

6. El negativismo

El negativismo es la principal causa de una de las enfermedades más extendidas en la sociedad moderna: la depresión. No hay vuelta de hoja: todo lo que nos rodea puede tener una lectura en negativo. Si no buscamos una lectura optimista de las cosas la infelicidad nos acompañará en nuestro día a día.

Chaves nos da un consejo: “Por cada cosa negativa que nos ocurre podemos encontrar tres positivas, así podremos escorar la balanza hacia el lado de la felicidad”.

7. La percepción negativa de las acciones ajenas

En la sociedad actual tendemos a concebir las acciones de las personas con las que tratamos como una amenaza a priori. Si alguien llama a la puerta de nuestra casa lo primero que pensamos es que va a intentar vendernos algo que no queremos. Esto se puede trasladar a todas las facetas de nuestra vida y es algo muy común en algunos lugares de trabajo, dónde se crean climas propicios para pensar que todos nuestros compañeros quieren ponernos la zancadilla. Hay una gran diferencia entre la ingenuidad y la desconfianza continua y no hace falta situarse en los extremos. Siempre que sea posible, hay que dar a la gente el beneficio de la duda.

8. La baja autoestima

Es esta una de las causas más estudiadas de la infelicidad. Si no sabemos valorarnos a nosotros mismos como lo que realmente somos, sin prejuicios, siempre habrá algo de que culparnos y, por lo tanto, nunca seremos felices. Elevar la autoestima pasa por reconocer nuestros logros y cualidades positivas.

9. La baja autoeficacia

La autoeficacia es un término psicológico de reciente creación, articulado por el doctor Albert Bandura en 1977. Consiste en la confianza y convicción de que es posible alcanzar los resultados esperados para cada meta propuesta. Para superar la baja autoeficacia es necesario dominar las habilidades necesarias para alcanzar cada objetivo propuesto. En definitiva: todas las metas, mientras sean realistas, son alcanzables mediante la práctica y la constatación de que es posible lograr los objetivos propuestos.

10. La ausencia de sentido vital

La búsqueda del sentido de la vida ha sido la principal preocupación de religiones y filosofías. La caída de las grandes ideologías y el declive de las religiones ha provocado una ausencia de sentido vital. Chaves recomienda plantearse cuestiones como "¿si hoy fuera el último día de mi vida, haría lo que he hecho hoy?" o "¿cómo me gustaría que me recordaran?". Hay que darle un sentido mayor a las cosas que realizamos a diario.

Fuente: ElConfidencial.com

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lunes, marzo 26, 2012

¿POR QUÉ LOS BILINGÜES SON MAS INTELIGENTES?

Diversos estudios señalan que hablar dos idiomas tiene profundos efectos beneficiosos en el cerebro

En un mundo cada vez más globalizado hablar dos idiomas en lugar de uno parece tener ventajas prácticas evidentes. Si a ello le añadimos que los científicos, desde hace ya algunos años, consideran que el bilingüismo convierte a sus practicantes en personas más inteligentes, con profundos efectos en el cerebro, con mejoras en las habilidades cognitivas no relacionadas con el lenguaje y que incluso llegan a proteger contra la demencia en la vejez nos hallamos ante un hecho notablemente beneficioso.

Así lo asegura Yudhijit Bhattacharjee, de la prestigiosa revista Science, en un artículo publicado este fin de semana en The New York Times. Según sostiene Bhattacharjee, este punto de vista del bilingüismo es diametralmente diferente al que había existido durante el siglo XX. Investigadores, educadores y políticos que consideraron durante mucho tiempo un segundo idioma como una intromisión, desde el punto de vista cognitivo, que dificultaba el desarrollo académico e intelectual de un niño estaban equivocados.

Los científicos han descubierto que la interferencia entre idiomas, lejos de lastrar el rendimiento de un estudiante, lo que supone es una "bendición disfrazada", señala el autor de Science. "Se obliga al cerebro a resolver un conflicto interno, dando a la mente un entrenamiento que fortalece sus músculos cognitivos", añade.

Los bilingües son más hábiles que los monolingües en la solución de ciertos tipos de rompecabezas mentales, como han demostrado diferentes estudios. Asimismo, hablar dos idiomas, según distintas investigaciones, mejora la función ejecutiva del cerebro, el sistema de mando que dirige los procesos de atención que utilizamos para planificar, resolver problemas y realizar otras tareas mentales paralelas.

La diferencia clave entre bilingües y monolingües se centra, según el artículo, en una mayor capacidad para percibir los cambios en el entorno. "Los bilingües tienen que cambiar de idioma a menudo -es posible que hablen con el padre en una lengua y con la madre en otro idioma", afirma Albert Costa, investigador de la Universitat de Pompeu Fabra, en el artículo del diario neoyorquino. "Necesitan estar atentos a los cambios a su alrededor de la misma forma en que estamos atentos a lo que nos rodea cuando conducimos".

Además, la experiencia bilingüe parece influir en el cerebro desde la infancia hasta la vejez. "Y no hay razón para creer que no puede aplicarse también a los que aprenden un segundo idioma más adelante en la vida", concluye el artículo de The New York Times.

Fuente: LaVanguardia.com

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jueves, marzo 22, 2012

EL CEREBRO MASCULINO (20)


LA NIÑA DE SUS OJOS

Las investigaciones demuestran que cuando una niñita tiene una estrecha y adecuada relación con su papá, ello fijará las bases para que pueda llevarse mejor con los hombres más adelante en su vida.

Cuando Tim visitó a su amigo Zack y lo vio cepillando suavemente el cabello de su hija Kelsey de 4 años y medio, se sorprendió de lo gentil que se había vuelto.

Zack, el mismo hombre que había aporreado a innumerables tipos en el campo de fútbol, ahora estaba sentado con su hija jugando a la hora del té.

Tim observaba con sorpresa la forma como Zack interpretaba los roles que Kelsey le asignaba, incluyendo ser su caballito y dejar que ella se montara en su espalda mientras él se arrastraba en cuatro patas.

Las hijas son conocidas por manejar a su antojo a sus papis y Tim fue testigo de ello más tarde ese mismo día cuando Kelsey reprendía a Zack por poner la mesa del té en forma incorrecta: “Las cucharas van a este lado de los platos, Papá. Las tazas van sobre los platillos y no sobre el mantel. Y debes poner la servilleta sobre tu regazo. Ahora empecemos de nuevo”.

Zack hacía lo que su hija le decía, y Tim no podía evitar reírse.

Zack le preguntó a Kelsey: “¿Por qué te gusta las fiestas del té con tu papi si él lo hace mal”.

“Porque él hace lo que le digo”, respondió sin inmutarse.

Cuando Kelsey jugaba con Mami u otras niñas, siempre había más negociación y compromiso.

Cuando ella accidentalmente rompió una de las tazas y rompió en llanto, Zack vino al rescate con la Super Goma e hizo que todo volviera a la normalidad.

En un estudio en Wisconsin se reportó que los padres se sienten más cercanos a sus hijas cuando están haciendo algo para ayudarlas.

Esto es cierto ya sea que la hija tenga 4 años o 44 años.

Los papás se vinculan con sus hijas ayudándolas a resolver sus problemas y arreglando las cosas que no funcionan, ya sea sus muñecas o sus asuntos financieros.

Los padres también se vinculan con sus hijos varones ayudándolos, pero las investigaciones demuestran que esta “ayuda” frecuentemente se centra en hacer que sus hijos sean más fuertes y rudos.

Los estudios demuestran que los papás sienten que es su responsabilidad fortalecer a sus hijos para poder sobrevivir como un hombre en el mundo real.

Esto a veces los lleva a inhibir las muestras de afecto y más bien aplicar un trato más rudo.

Aun así, los investigadores han hallado que no solo los padres se identifican con sus hijos, sino que los hijos aprecian a sus padres como modelos de conducta de lo que se supone que deben hacer cuando crezcan.

Resumen de las investigaciones de Louann Brizendine, M.D.

Traducido por el psicólogo Luis Venegas Chalen

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miércoles, marzo 21, 2012

EL CEREBRO MASCULINO (19)

EL PAPÁ Y LA DISCIPLINA

La disciplina es otra área donde hombres y mujeres difieren en estilos.

El papá suele considerar que es su deber guiar el desarrollo de su hijo empleando reglas firmes y correcciones estrictas.


Los investigadores han hallado que los papás en las culturas alrededor del mundo consideran que es su labor hacer que sus hijos, especialmente los varones, cumplan las normas.

Obviamente, los papás deben hallar el balance entre un castigo demasiado duro (lo cual genera miedo, desconfianza y deseo de venganza) y la disciplina “justa”.


Y aun cuando algunos estilos modernos de parentalidad proponen que un buen papá es el padre relajado en vez del hombre macho con elevada testosterona, las investigaciones biológicas sugieren que lo opuesto puede resultar cierto.

Los padres machos en el reino animal son generalmente más estrictos que las hembras y más agresivos para manejar a sus crías.


Los buenos papás pueden ser tanto agresivamente juguetones como agresivamente protectores.

De acuerdo con investigadores en Suecia, la disciplina activa por parte del papá puede ser un factor clave para el éxito de los hijos.


En dicho estudio, los hijos de papás que aplicaban una disciplina activa (es decir que eran estrictos pero no golpeaban a sus hijos) obtenían mejores calificaciones y mayores logros en la escuela en contraste con los hijos de padres que no aplicaban una disciplina estricta.

Los hijos de papás que aplicaban una disciplina activa y estricta tenían menos problemas de conducta y las hijas tenían menos problemas emocionales.


[continuará...]

Resumen de las investigaciones de Louann Brizendine, M.D.

Traducido por el psicólogo Luis Venegas Chalen

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lunes, marzo 19, 2012

EL CEREBRO MASCULINO (18)

EL HABLAR RUDO PREPARA A LOS HIJOS PARA EL MUNDO REAL

Michelle, la madre, estaba molesta con Tim, el padre, porque, según ella: “a veces le da órdenes a nuestro hijo, Blake, como si fuese un sargento”.

“Tim vocifera: ‘siéntate’, ‘no te muevas’, ‘silencio’”, señala Michelle.

“Aun cuando a Blake pareciera no importarle, creo que Tim está siendo insensible y rudo”, añade Michelle.

Se suele escuchar esto muchas veces por parte de las madres.

Para las madres, los padres pueden sonar muy toscos, y para los padres, las madres pueden sonar muy blandas.

Los investigadores han hallado que, en efecto, los papás dan a sus hijos órdenes más directas en comparación con las mamás.

Y las madres sintonizan más emocionalmente con sus hijos, por tanto no necesitan dar tantas órdenes directas.

Las madres emplean frases más cortas y coinciden con el tono de voz de sus hijos más veces que los padres.

Michelle tenía razón: el estilo de Tim era más rudo que el de ella, pero NI PEOR NI MEJOR.

Los investigadores creen que la forma de hablar del papá proporciona un valioso puente de comunicación en el mundo real, donde los hijos pronto descubrirán que los demás no van a adivinar sus pensamientos ni anticipar sus necesidades como lo hace su mamá.

[continuará...]

Resumen de las investigaciones de Louann Brizendine, M.D.

Traducido por el psicólogo Luis Venegas Chalen

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