UNA RESPIRACIÓN ADECUADA NO SOLO INFLA EL PECHO, SINO TAMBIÉN EL ABDOMEN Y TIENE EL PODER DE LLENARNOS DE SALUD Y DE ENERGÍA, DE RELAJARNOS, DESCARGAR EMOCIONES Y OXIGENAR EL CEREBRO
Por: Maritza Noriega
Es gratis y es vital. Nos llena de vida, pero respirar mal nos la puede quitar. Nos da salud y es indispensable para que funcionen bien nuestros órganos. Sin embargo, rara vez reconocemos su importancia. Con ustedes, la respiración.
Seguramente pocos lo saben, pero la salud depende de una correcta respiración, porque mediante ella se purifica la sangre, que es alimento de nuestras células. No respirar bien implica que los nutrientes no se transporten eficientemente a través de nuestro torrente sanguíneo y que la energía no llegue bien a todo el cuerpo.
Como dice Karla Novy, maestra de yoga: “Tenemos cientos de canales energéticos en el cuerpo, respirar adecuadamente ahuyenta varias enfermedades que aparecen al obstruirse estos canales. Con la respiración hacemos que los canales se limpien y así fluye la energía por todo el cuerpo”.
Y hay más. Si bien nacemos con una capacidad para inhalar cinco litros de aire, al llegar a adultos aspiramos únicamente medio litro. Esto se debe a que bloqueamos la respiración diafragmática (esa que hace inflar nuestro estómago). A medida que avanzamos en edad, nos acostumbramos a llenar de aire únicamente la parte alta de los pulmones (esa que hace hinchar el pecho). Por eso algunos maestros de yoga o de tai chi –que son expertos en técnicas de respiración– dicen que estamos vivos solo hasta la mitad… o que estamos medio muertos.
¿Y cuál es la manera correcta de respirar? “Basta observar a un bebe o a un niño para saber cuál es el modo correcto de hacerlo. Ellos llenan su abdomen y luego sus pulmones. Pero después viene el pantalón un poco apretado en la cintura, el sostén y todo cambia, se empieza a tensionar el cuerpo y se trabaja solo hasta la parte media del pulmón”, comenta la doctora Marta Villar, directora del programa de Medicina Complementaria de Essalud.
Sobre este punto, la maestra de yoga Nora Maniak añade: “Para protegernos de las agresiones físicas y emocionales que existen normalmente en la vida, uno bloquea la respiración porque bloquea el cuerpo. Al tratar de protegernos, ponemos los músculos rígidos y eso sucede muchas veces sin darnos cuenta, entonces uno termina respirando limitadamente”.
Para mejorar, Maniak aconseja hacer un ejercicio básico, que consiste en recostarse sobre el suelo, mirando al techo, flexionar las piernas y poner las plantas sobre el piso, las manos sobre el abdomen. En esa posición, aspirar por la nariz, tranquilamente, sin tratar de que ingrese demasiado aire (con el paso del tiempo, entrará más cada vez). Al exhalar, no hacerlo como cuando se sopla una vela, sino soltando la letra ‘a’, solo con la boca, no con la nariz. Al expulsar se emplea la misma parte del sistema nervioso que relaja. Es importante hacerlo sin apuros, es un momento que da la libertad de sentir.
Este ejercicio es verdaderamente útil y no solo nos lleva a respirar mejor, sino que nos da un tiempo para estar con nosotros mismos. “[Nos permite] acumular más energía, descargar emociones guardadas, aflojar tensiones musculares y mentales, relajarse profundamente, conectarse con el cuerpo y el espíritu, sentirse más vivos, ganar armonía y paz interior”, declara Dimitrije Wentner, quien dirige sesiones terapéuticas de respiración.
En conclusión, sería bueno tomar conciencia de ese proceso natural y tan benéfico que es la respiración y llenar los pulmones de aire para hacer fluir la energía en todo nuestro cuerpo.
El canto. La psicoterapeuta y profesora de la Universidad de Música y Arte de Viena Gertraud Berka-Schmid sostiene que los médicos deberían recomendar o incluso recetar el canto a sus pacientes. Para ella, cantar es una forma de respiración estructurada, que tiene como base la respiración profunda, abdominal. Y es, en su opinión, un masaje para el intestino y un alivio para el corazón.
Oxígeno y salud. Los astronautas aseguran que sus mentes trabajan considerablemente más rápido cuando están en el espacio, debido a que aspirar oxígeno puro activa las células del cerebro más de lo normal. En las ciudades, en cambio, el aire está cada vez más viciado. A esto se suma el mal funcionamiento del corazón, cuyo origen es –muchas veces– la falta de ejercicio y que termina debilitando la respiración.
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