En psicología social, la autoevaluación es el proceso de analizarse uno mismo con el fin de evaluar aspectos que son importantes para la identidad de uno.
La autoevaluación resulta de la introspección de las propias cualidades y habilidades.
El sujeto que se autoevalúa toma en sus manos el proceso de valorar sus propias conductas, ideas, o conocimientos.
La autoevaluación es útil para descubrir el tipo de personalidad, revisar los valores y habilidades individuales, y evaluar las fortalezas y debilidades.
Algunas personas se autoevalúan antes de tomar decisiones importantes de vida, como elegir una carrera universitaria o hacer un cambio de carrera, seguir casado o separarse, mudarse a otro país, etc.
Otros se autoevalúan para obtener una perspectiva de los problemas en su vida o para reflexionar sobre su identidad y las formas en que encajan en la familia y la sociedad.
Es discutida la objetividad que puede presentar en estos casos el evaluador, quien debe conocerse a sí mismo y juzgarse con equidad.
La autoevaluación de conciencia es un proceso introspectivo que permite visualizar y juzgar las propias conductas y pensamientos, para castigarlos en su caso, con el remordimiento o imponiéndonos acciones correctivas.
Ejemplo de autoevaluación:
"Me equivoqué"
"Lo hice muy bien"
"Mi conducta trajo estos resultados"
"¿Deseo continuar en esta relación o no?"
"Entiendo mi trabajo"
"Tengo capacidad para lograrlo"
"Puedo necesitar ayuda"
"Puedo mejorar en este aspecto"
"Voy bien"