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Si un estudiante está totalmente convencido de hacer carrera en el mundo de los negocios para poder hacer dinero, nadie tiene ningún derecho a cuestionar esa decisión.
Pensar acerca de lo que uno quiere hacer en la vida no es un asunto tonto y pedestre. Si hacen caso omiso de esa reflexión, terminarán muy mal. Está bien no tener una respuesta precisa por el momento, pero no está bien dejar de buscarla.
Si no eres feliz, no debes quedarte donde estás sino salir a buscar tu lugar en el mundo. Cuando uno siente verdadera pasión por lo que hace, el tiempo desaparece. El tiempo se evapora. Uno sencillamente no vuelve a mirar el reloj.
La satisfacción y el propósito de tu vida están justo frente a ti, solo tienes que abandonar esas ideas de pasividad.
No hay que esperar que sea fácil encontrar nuestra pasión. Puede que se ponga difícil rápidamente, pero PERSEVERA.
No hay que darse por vencidos hasta que no suene el pitazo final.
Todos tenemos pasiones, si decidimos verlas. Tenemos que deshacernos de las nociones preconcebidas sobre lo que pensamos que debería, o no, ser nuestra pasión.
Darse permiso para soñar y explorar cada sueño.
Se trata de encontrar una persona que quiera estudiar porque ama esa carrera o profesión y no sólo porque quiere ganar estatus, o porque sus padres lo han presionado, o porque no sabe qué otra cosa hacer.
Antes de que uno pueda considerar que esa es su vocación, ese trabajo tiene que tener un significado personal y hacer parte de la historia de la propia vida.
Personas que han pasado por muchas cosas dicen que lograron cambiar su vida, o tener una visión clara, cuando se dieron cuenta del tipo de persona en que los estaba convirtiendo un cierto empleo, trabajo o estilo d evida. Así que la pregunta relevante no es QUE VAMOS A HACER sino EN QUIEN NOS VAMOS A CONVERTIR. ¿Qué sistema de creencias vamos a adoptar y qué será lo más importante en nuestra vida? Así la elección se vuelve algo personal y se hace más difícil la posibilidad de mentirnos a nosotros mismos y hacer caso omiso de los conflictos.
La gente que ya encontró su lugar en la vida no habla necesariamente acerca de lo excitante, desafiante y estimulante que es su trabajo. Sus palabras invocan una terna distinta: SIGNIFICATIVO / IMPORTANTE / SATISFACTORIO. Y rara vez hablan de su trabajo sin involucrar´parte de su historia personal, explicando de qué manera están relacionados.
Toma algún tiempo aprender a conocernos y dejar que nuestros talentos latentes salgan a flote. Sin duda, siempre estaremos mejor y seremos más productivos en una situación que nos convenga, pero entretanto, podemos ponernos a prueba en distintos ambientes y usarlos para descubrir quiénes somos.
¿Para qué sirve la libertad si no es para vivir donde nadie pueda decirte quién debes ser y quién no? ¿Para qué sirve la libertad si no es para tener la oportunidad de definir por ti mismo quién eres?
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