Mostrando entradas con la etiqueta adios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta adios. Mostrar todas las entradas

jueves, febrero 01, 2018

DIA 32 DEL 2018: ¡BIENVENIDO FEBRERO!

Un mes más finaliza. 
Gracias por todas las experiencias vividas.
Un nuevo mes empieza.
Amanece el mes de Febrero
lleno de cosas buenas. 
¡Qué el mes que está iniciándose
sea muy provechoso para todos!

sábado, diciembre 31, 2016

¡ADIOS Y GRACIAS AÑO 2016!

"Querida familia, amigos/as, estamos a punto de empezar el nuevo año.

Espero que el balance 2016 sea favorable y que hayamos cosechado aprendizajes, logros, alegría y amor.

Creo que es momento de empezar a agradecer por lo recibido en este año que se está yendo.

¡¡Tenemos tanto por qué agradecer!!

¿Cuáles son los los proyectos 2017?, ¿qué quiero que suceda en mi vida?, ¿qué necesito hacer diferente?, ¿qué emociones favorecer?, ¿cómo?, ¿qué nuevos comportamientos?, la persona que soy hoy ¿conseguirá lo que quiere conseguir si sigue siendo cómo es?

Creo que si contestamos esas preguntas enfocándonos en nosotros mismos podremos pensar-sentir-hacer que nuestras metas se concreten.

Son mis deseos que aquello por venir tenga, para la vida de cada uno de ustedes, aprendizajes, logros, alegría y amor".

Por: Psicóloga Angela Melgar

jueves, diciembre 01, 2016

domingo, julio 05, 2015

CARTA A QUIEN ME LASTIMÓ

Cuando mantienes tu resentimiento hacia otra persona, estás amarrado a esa persona o a esa situación, por un vínculo emocional que es más fuerte que el acero. Perdonar es la única forma de disolver ese vínculo y lograr la libertad. Catherine Ponder
Te escribo esta carta a ti, aunque nunca la leas. Me hiciste daño, mucho daño. Pero hoy me he dado cuenta que de alguna forma tengo que sacar de dentro de mí el profundo pesar que siento y eso es lo que voy a hacer.

Desconfío del rencor porque no es un buen amigo, por eso no lo quiero conmigo. Además el rencor nos lleva a sentir miedo y es precisamente lo que necesito que desaparezca. No es que te tema, es que tengo miedo a revivir mi sufrimiento y a volver a caer en el mismo error.

Por eso he decidido que tengo que afrontarlo, ponerme frente a frente a tu persona y a todo lo que tú significas; sea en mi mente o no, y hacerme valer. Si reduzco este miedo conseguiré reducir todos los demás.

Yo te quería y confiaba en ti, ¿sabes? En realidad no pedía nada extraordinario pero si lo hubiese sabido no hubiese permitido que me dañaras. No voy a olvidar nunca lo insoportable que es este dolor ni lo mucho que me ha enseñado. Al fin y al cabo te tengo que dar las gracias por algo.

He aprendido que no puedes darle a alguien algo que no quiere recibir. Te permitiste el lujo de dejármelo demasiado claro; tanto como lo importante que es saber lo que es malo en tu vida y te está consumiendo.

Pues sí, me he dado cuenta de que eras tan perjudicial para mí que me has impedido avanzar durante mucho tiempo.

No pienso arrojar una piedra hacia arriba, pues lo más probable es que caiga en mi cabeza. Desde luego que no aportaría felicidad, sino que sumaría miseria a mi vida sin contemplación. El dolor en el alma, de alguna forma te anestesia y no eres consciente de lo que está suponiendo para ti hasta que es demasiado tarde.

Quizás estoy escribiendo estas líneas con lágrimas de sangre y de puro dolor pero estoy cogiendo el mando y haciéndome con el timón porque he llegado a tiempo de ir más allá y superar lo que tú provocaste en mí.

He de decirte que escribo esto porque detrás de mi coraje existe una gran tristeza, una infinita humillación y una delicada decepción. Siento que camino por encima de un volcán mientras mi vida pende de un hilo, por lo que tengo que soltar el lastre que supone cargar con lo que tú ocasionaste en mi interior.

Necesito muy poco para estar bien pero es por eso que tengo que sacar de dentro de mí todo este dolor. A partir de hoy no te guardo rencor ni ira ni rabia, no quiero cosas innecesarias en mi corazón. Toda experiencia dolorosa encierra dentro una gran semilla de crecimiento y liberación.

La realidad es que hoy me pregunté si podía hacer algo valioso, entonces decidí escribir esto. Esta carta no es por ti, es por mí, porque necesito liberar de mi espalda tu carga. Me he parado a pensar en que no quiero cosas negativas en mi vida y me he dado cuenta de que ahí estás tú y todo lo que hiciste, así como la forma en la que me haces sentir.

Me he percatado de que reflexionar sobre ti es el mayor acto de amor propio que puedo llevar a cabo. Hoy puedo decir que me estás haciendo un favor porque ahora más que nunca me quiero y sé que no quiero hacer de mi cuerpo la tumba de mi alma, que puedo afrontar todo lo que hay en mi interior. No hay que tener miedo a vivir porque todo consiste en reaprender a hacerlo.

Por: Raquel Aldana

martes, septiembre 20, 2011

DESPEDIRSE

¡Lo más triste no es despedirse,
Sino no saber hacia adónde ir...!
¡Y lo más triste no es despedir
Al que parte,
Sino no saber dónde
Y para qué te quedas!


Si toda la vida es un camino,
Y si toda la vida es una búsqueda,
acéptalo, aunque te duela,
Toda la vida es una despedida.
¡Y sólo aprendiste a vivir,
Cuando aprendiste a despedirte!
Y no habrás aprendido
A caminar en libertad,
Buscando lo no alcanzado,
Mientras no te hayas despedido
De lo andado y lo logrado.


La libertad y la valentía que no tienes
Para despedirte
De todo lo dejado y lo perdido,
Son la libertad y la fuerza
Que te faltan
Para seguir andando.


Despídete :
De los padres
Que ya no necesitas,
Y cuida de ti mismo
haciéndote responsable de tu vida.


Despídete:
De los hijos
Que ya no te necesitan,
Y déjalos ser libres.


Despídete:
De lo bueno que viviste,
Sin apegarte al tiempo que pasó,
Por temor del presente
Y el futuro.


Despídete: del mal que cometiste,
Sin atarte con culpas y reproches;
perdonándote a ti mismo.


Despídete: de las ofensas que te hirieron,
Sin esclavizarte en la prisión
Del rencor y la amargura.


Despídete: de los que, muriéndose, partieron,
Para que dejes de esperar su regreso,
Y camines tu camino en la esperanza,
De encontrarte tú con ellos...


Despídete. Deja correr el río de la vida,
llevándose las aguas que estás viendo,
Para que tengan lugar ante tus ojos
Las aguas que no viste todavía,
Y ya están viniendo...


Por: René Trossero

http://www.psicologosperu.com/