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lunes, octubre 20, 2014

martes, abril 14, 2009

COMO DETECTAR QUE ES LUDOPATA


Información para familiares y amigos
¿Como detectar que es ludópata?
No es fácil detectar al principio a un jugador patológico ya que la pérdida de control no es visible desde el exterior y, como en otros trastornos adictivos, la negación de la enfermedad es un aspecto común. Los jugadores no suelen estar motivados para pedir tratamiento y, cuando lo hacen es, en muchas ocasiones, por problemas derivados del juego (depresión, alcoholismo...)por presión familiar o laboral, o enviados por la autoridad legal.
Aún así existen una serie de señales que aparecen habitualmente en los jugadores y que nos pueden alertar sobre el problema. Las enumeraremos a continuación:
a) Gastos fuertes de dinero. Puede faltar dinero para la alimentación, la ropa o la vivienda. Petición de dinero a familiares, amigos, bancos, asistentes sociales, etc. para poder pagar las deudas y mantener el juego. Las mentiras son constantes y habitualmente hacen referencia a la administración y al gasto de dinero, a deudas existentes, al sueldo mensual, a las actividades que se realizan cuando sale de casa, etc. Un aspecto crucial es que no existe conducta de ahorro.
b) Pérdida o alejamiento de las amistades de siempre. Se dejan de practicar las aficiones o las actividades que antes se consideraban positivas. El jugador patológico juega normalmente en solitario.
c) Irritabilidad, problemas de sueño, ansiedad, nerviosismo, inquietud, dolores de cabeza, mareos, problemas estomacales, deterioro en la relación de pareja y en la relación con los hijos.
d) Es frecuente que se produzca un mayor consumo de alcohol y de tabaco.
Si se han detectado algunas de estas conductas nos interesa saber ¿que hacemos?
¿Qué hacer cuando uno cree que está ante un posible jugador patológico?
Es habitual que una persona no sepa qué hacer cuando se encuentra ante un problema de juego. Un error frecuente es proporcionar al jugador una ayuda económica con el objetivo de que pueda pagar las deudas, bajo la promesa de que va a dejar de jugar. Desgraciadamente, esto no ocurre así. A continuación se proporcionan una serie de consejos:
1. No pagar sus deudas, ni sacarle del apuro con la promesa de que no volverá a jugar, porque no es cierto. No encubrirlo, él es el único responsable de su conducta y de las consecuencias que ésta le traiga. Su juego no es sano, pues ha perdido el control.
2. Presionar para ponerse en tratamiento. Es posible solucionar el problema. Muchos jugadores no acceden hasta que la pareja menciona la separación o el divorcio, o existe un peligro claro de perder el empleo. El pago de las deudas no va a solucionar el problema por sí solo, ya que no es un problema de dinero sino de control de una conducta. La familia le puede apoyar y ayudar, pero es fundamental ponerse en tratamiento.
3. Controlar el dinero, cartillas, tarjetas de crédito...y no dejarlo en manos del jugador.
4. Hablar de las consecuencias negativas que está teniendo el juego en la familia y en sí mismo.
5. Si el jugador no quiere consultar por la adicción al juego, intentar, al menos, que consulte por los síntomas asociados a la ludopatía (ansiedad, depresión...), a través de los cuales su terapeuta pueda focalizar el problema.
6. Si el jugador no quiere tratarse, los familiares pueden acudir a pedir información. De esta forma, se les puede ayudar y enseñar a manejar el problema de juego.

lunes, enero 26, 2009

COMO EMPEZAR UNA CONFERENCIA


1. Es muy difícil tener un buen comienzo, y es tan importante que no lo dejemos al azar. Tenemos que prepararlo con cuidado y anterioridad.


2. La introducción debe ser breve. Debe constar a lo sumo de una o dos frases. Muchas veces prescindiremos de ella. Es mucho mejor entrar en el corazón del tema con las menores palabras posibles. Nadie se opondrá a esto.

3. Los principiantes son muy amigos de empezar con un cuento humorístico o con una excusa. Estas dos maneras son malas. Casi siempre el auditorio queda desconcertado; más que divertido, muchas veces se ríen sólo para que no se sienta incómodo el orador.

4. Se puede atraer la atención del auditorio de estas maneras:

a) Despertando la curiosidad (Ej. ¿Saben uds. que la humanidad de nuestro siglo, entre nuestros contemporáneos, de cada tres hombres, dos son esclavos? ...¿Hoy día esclavos? ¿Tantos? ¿Dónde?... De cada tres hombres, hoy día en el mundo, dos no comen lo que necesitan).

b) Contando una narración de interés: La gente quiere que le contemos cosas interesantes y si es fruto de una vivencia personal, el impacto será de gran fuerza.

c) Comencemos por un ejemplo preciso: Es muy árido, difícil para un auditorio común y corriente, seguir por mucho rato proposiciones abstractas. Los ejemplos son más fáciles de escuchar y retener después, sigamos con observaciones generales.

d) Mostremos algún objeto: El mostrar un objeto a los oyentes confiere vida e interés al discurso y con esto logramos que encuentren su atención sobre el mismo.

e) Haciendo una pregunta: ¿Están organizados los vendedores ambulantes? ¿Cómo? El uso de este recurso es uno de los métodos más seguros y sencillos para abrir la mente de los oyentes.

f) Comencemos con una acertada cita de algún orador famoso: Las palabras de un hombre famoso siempre son capaces de concentrar la atención de nuestros oyentes.. Si hacemos una pausa después de la cita, el efecto es mayor aún.

g) Mostrar cómo el tema afecta a los intereses supremos: Vamos a hablar sobre la necesidad de conservar limpia nuestra ciudad. Si damos un discurso sobre urbanidad, sobre lo que es un pueblo desarrollado, poco le interesará a nuestros oyentes. Pero si le decimos que una ciudad limpia es la prolongación de nuestra casa limpia, que el no mantenerla limpia suponen más y más impuestos para los gastos de barrenderos municipales, etc., nuestros oyentes sentirán el tema mucho más cercano y más propio.

5. No hagamos muy formal el comienzo. Comencemos con sencillez: “En meses pasados, durante un viaje de vacaciones, navegando por el Titicaca...“. Esto despierta nuestro deseo de recibir todo el contenido de la narración iniciada como forma casual. De allí es fácil remontarse a la profundidad del tema que deseamos exponer.