Ambos quieren amar y ser amados.
Ambos desean bienestar psicológico: tranquilidad, una autoestima adecuada.
Ambos cometen errores.
Ambos son capaces de resarcir sus errores: reparar, enmendar, subsanar, curar heridas.
Se necesitan el uno al otro para bailar lento y pegados.
Sin ambos no habría posibilidad de historias como las de Adán y Eva, Sansón y Dalila, Marco Antonio y Cleopatra, Romeo y Julieta, etc.
Ambos quieren estar en pareja uno con el otro.
Ambos tienen emociones de alegría, tristeza, cólera, miedo.
A ambos se les ilumina el rostro cuando sonríen.
Ambos tienen capacidad para amar.
Las personas que los han criado a ambos han tenido alguna carencia, alguna falta de ejemplo, alguna debilidad.
Ambos pueden aprender a ser empáticos: ponerse en el lugar del otro.
Ambos pueden trabajar.
A ambos les puede gustar lo mismo.
A ambos les puede disgustar lo mismo.
Ambos aprenden uno del otro.
Ambos pueden ser excelentes amigos.
Ambos pueden dar lugar a grandiosas historias románticas.
Ambos se ven bien juntos.
Ambos disfrutan estando juntos.
Ambos desean tener una vida sexual satisfactoria.
Ambos pueden llegar a acuerdos.
Ambos también pueden tener pensamientos similares.
Ambos han sido protagonistas de hechos heroicos y grandes hazañas a través de la historia.
En algunas circunstancias, ambos se fastidian el uno al otro.
Por momentos, ambos pueden hacen enojar al otro (a veces sin querer).
Ambos pueden lastimarse también y, en muchos casos, adquieren la conciencia para evitar seguir haciéndolo.
Ambos, en el fondo, desean el bien del otro.
Ambos son personas racionales, civilizadas, responsables y pueden ser respetuosas, pacíficas y serenas si se lo proponen.
Si ambos forman un frente común sólido de apoyo emocional pueden hacerle frente a rumores, chismes y comentarios negativos de los demás.
Ambos se cuidan mutuamente.
Ambos se complementan.
Ambos se necesitan.
Ambos pueden tener objetivos o metas comunes.
Ambos buscan prolongar la especie humana.
Ambos tienen sentido de trascendencia a través de la familia, los hijos.
Ambos pueden sacar adelante un matrimonio, un hogar, si se lo proponen.
Ambos pueden sacar adelante este mundo.
Ambos luchan por la paz.
Ambos están en este mundo para aprender a amar y desarrollar su espiritualidad.
Ambos están aquí para cumplir su misión (sentido de vida).
Ambos tienen su propia espiritualidad.
Ambos son amados por Dios.
Autor: Psicólogo Luis Alberto Venegas Chalen
Estas afirmaciones hacen reflexionar al lector sobre la importancia del hombre para la mujer y de la mujer para el hombre!!!
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