Yo era un “explosivo” con una mecha muy corta que explotaba regularmente.
¿Cómo pude desactivar mi bomba?
En esencia, por dos caminos.
El primer camino fue quitar la pólvora de mi explosivo resolviendo mis rabias inconscientes que me hacían explotar. Cuando de niño has visto a uno de tus padres explotar regularmente, aprendes inconscientemente que esa es la forma normal de relacionarte con los demás. Además, la rabia que llevas dentro (porque te han gritado) la descargas inconscientemente con los demás.
El segundo camino fue apagar la mecha del explosivo a través de la meditación y contacto espiritual. La meditación (dejar de pensar) nos recarga de paz, tranquilidad y desapego; los cuales apagan nuestra mecha y dejamos de explotar. No importa qué bomba esté a nuestro lado; ya no explotamos. Es como si la meditación nos llenara la esponjita mental de agua que dura todo el día, moja las mechas y evita que se prendan.
Por David Fischman
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