Muchas personas no quieren perdonar porque piensan que le estarían haciendo un favor a la otra persona o aceptando sus errores, mientras que la verdad es que cuando uno perdona, el bien se lo está haciendo a uno mismo.
Ni siquiera se lo tienes que decir a la persona sino es un trabajo interno de visualización.
Una clave es que cuando uno perdona NO ES PARA VOLVER A LO MISMO SIN CAMBIOS NI MEJORAS: si la persona no corrige ni mejora, al menos mejora tú mismo/a.
¡Inténtalo!
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