La dependencia emocional es un estado psicológico que se manifiesta en las relaciones de pareja, familia o amistad.
Estas relaciones se caracterizan por ser inestables, destructivas y marcadas por un fuerte desequilibrio, donde el dependiente se somete, idealiza y magnifica al otro.
Para el dependiente esta situación afecta de forma negativa a su autoestima, y a su salud física y/o mental.
Pese al malestar y al sufrimiento que la relación les cause se sienten incapaces de dejarla, siendo los intentos nulos o fútiles.
Tienen intenso miedo a la soledad y pánico a la ruptura, la cual en caso de producirse conduce a la vivencia del síndrome de abstinencia: con intensos deseos de retomar la relación pese a lo dolorosa que esta haya sido, pensamientos obsesivos, y síntomas de ansiedad y depresión, los cuales se ocultan de forma inmediata en caso de reanudarse la relación o comenzar una nueva que sustituya la anterior.
Los dependientes emocionales tienen una necesidad excesiva de afecto y de ser queridos y tratarán de conseguir este afecto a lo largo de sus diferentes relaciones de pareja.
Muestran una clara resistencia a perder la fuente de seguridad y afecto que constituye su pareja.
Son frecuentes las distorsiones cognitivas como el autoengaño y la negación de información que le proporciona su entorno.
Poco a poco estas relaciones tan destructivas se van fortaleciendo, de modo que al sujeto le resulta cada vez más difícil salir de ellas.
Fuente: Wikipedia
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