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martes, febrero 06, 2018

DIA 37: ¡TU EXCELENCIA ES INEVITABLE!

La excelencia, es hacer lo mejor que puedas en la tarea o trabajo que te asignan: en tu casa, en la escuela, donde trabajas, en tu comunidad, cuando viajas y en todo lugar.

Que tu característica sea rendir lo mejor que puedes en todo.

Lo opuesto a la excelencia es la mediocridad.

La meta debe ser la excelencia, no el perfeccionismo.

Mientras que la perfección tiene que ver con absolutos, la excelencia significa que uno actúa lo mejor que puede, a pesar de que en algún momento pueda cometer errores.
TU MISIÓN PERSONAL será el elemento unificador alrededor del cual organizarás tu vida.

Cuando hayas completado estas preguntas tendrás una visión clara de la persona que esperas llegar a ser.

¡ELIGE QUIÉN QUIERES LLEGAR A SER!

Preguntas para reflexionar

1. ¿Cuáles son las 3 cualidades que más te gustaría que estuviesen asociadas a tu reputación?

2. ¿Cuáles son las 3 actividades que disfrutas más?

3. ¿Cuáles son las 3 cosas que quisieras cambiar en la vida si no tuvieses restricciones o limitaciones?

4. ¿Cuáles son las 6 cosas que más deseas en la vida?

5. ¿Quiénes son las 3 personas que más admiras y por qué?

6. De las personas que más admiras, ¿qué cualidades tienen en común?

7. ¿Por qué cosa estarías dispuesto a morir si tuvieras que hacerlo?

8. ¿Por qué vas a trabajar cada mañana?

9. ¿Cuáles son tus roles más importantes en la vida? (padre, madre, esposo, esposa, hijo, hija, tío, tía, amigo, amiga, estudiante, trabajador, vecino, etc.)?

10. ¿Qué te gustaría que se escribiera en tu lápida?

lunes, junio 29, 2015

¿QUIENES SON LOS SANTOS?

¿Quiénes son los Santos?, ¿personas que nunca han cometido errores? ¡No!
Son los héroes de cada día. Héroes de la Fe y del Amor. La santidad cristiana no es una perfección levantada sobre virtudes abstractas

Con esa multitud innumerable de hombres y mujeres, de toda raza, edad y condición, que se desvivieron por los demás, que vencieron el egoísmo, que perdonaron siempre. Santos son los que han hecho de su vida un reflejo de los valores trascendentes; para quienes buscan a Dios lo encuentren con facilidad humanizado en los santos.

Los Santos son los héroes de cada día. Héroes de la Fe y del Amor. La santidad cristiana no es una perfección levantada sobre virtudes abstractas. Entre el filósofo cristiano, que ordena su vida según una ética rigurosa, y el santo, hay una diferencia sustancial. El primero sirve a una idea, el segundo imita a una persona. El santo busca reproducir en su vida la de Cristo.

¿Qué es, pues, la santidad?

La santidad es la totalidad del espíritu de las Bienaventuranzas, que se leen en el evangelio de la Misa. La totalidad es pobreza, mansedumbre, justicia, pureza, paz, misericordia. Es apertura y donación que tienen como símbolo la confianza de un niño.

Santidad es tener conciencia efectiva de ser hijo de Dios. Este sentido de filiación debe ser acrecentado a través de la purificación interior y así alcanzar la meta plena de nuestra conformación con Dios. Santidad es pluralidad. Cada uno debe seguir a Cristo desde su propia circunstancia y talante; desde su nación, raza y lengua, en los días felices y cuando la tribulación arranca lágrimas del corazón; en la soledad del claustro o en el vértigo de la ciudad; en la buena y en la mala salud.

No hay dos santos iguales como no hay dos hombres iguales. Lo que se hereda con la sangre y se adquiere con la educación no es lo mismo en cada hombre y en cada mujer. Sobre esta materia humana trabaja el Espíritu de Jesús, para que la fisonomía de cada santo y de cada santa conserve sus trazos característicos e inconfundibles, sin que resulte una reproducción en serie. Los santos difieren sorprendentemente unos de otros, aunque todos conserven un aire de familia, que les viene de su parecido común con Jesús.

«A veces se piensa que la santidad es un privilegio reservado a unos pocos elegidos. En realidad, ¡llegar a ser santo es la tarea de cada cristiano, es más, podríamos decir, de cada hombre!». «Todos los seres humanos están llamados a la santidad que, en última instancia, consiste en vivir como hijos de Dios, en esa “semejanza” a Él, según la cual, han sido creados». Alcanzar la santidad es descubrir el espíritu de alabanza y paz que debe animar toda la existencia. Buscar lo bueno siempre. Defender la teología de la bendición en medio de tantas maldiciones.

"Los santos no son personas que nunca han cometido errores o pecados, sino quienes se arrepienten y se reconcilian" (Benedicto XVI). Los santos no fueron estatuas. Vivieron, se movieron, conversaron y también, a veces, pecaron. Ante sus contemporáneos no siempre tuvieron aquella aureola que se les colocó el día de su canonización. Sus vidas pueden ejercer una saludable influencia sobre nosotros, estimulándonos a la santidad precisamente por el sistema pedagógico más eficaz: el ejemplo. Debemos conocerlos y amarlos para que nos enseñen y ayuden en el camino del seguimiento cristiano.

La santidad es una aventura, un riesgo que vale la pena correr. La transformación del mundo la han hecho fundamentalmente los santos con su testimonio de vida coherente que desbarata las rivalidades y crea la nueva fraternidad. "En el camino hacia Cristo todos somos condiscípulos, compañeros del viaje a la santidad"

Fuente: http://www.pildorasdefe.net/post/conocetufe/IHS.php?id2=Quienes-son-los-Santos

martes, diciembre 23, 2014

4 PASOS PARA CONSERVAR LA PAZ EN NAVIDAD

Estos tips pueden ayudar a evitar los resentimientos y las fricciones en las reuniones familiares.
Nuestras expectativas sobre los miembros de la familia y el deseo de pasar un momento alegre y agradable con ellos parece llegar al máximo durante las reuniones navideñas. Sin embargo, en esos momentos es precisamente cuando los parientes y familiares pueden resaltar su peor actitud, rememorando antiguos agravios e interactuando en formas increíblemente poco productivas.

Para ayudar a evitar o prevenir frustraciones y garantizar una Navidad más feliz, se pueden aplicar estas 4 estrategias:

1. Deja de estar a la defensiva. Evita enganchar con las conductas disfuncionales de otros. Durante la visita, pon lo mejor de tu parte para renunciar al hecho de querer cambiar los pensamientos o acciones de otras personas.

Simplemente observa los acontecimientos en vez de querer tener la razón. Reestructura tu forma de pensar y decide no enganchar con los sarcasmos ni "pisar el palito". Opta por un espíritu de perdón en vez de asumir una postura de guerra. Esto no es fácil, pero resulta esencial si deseas liberarte de emociones que pueden mantenerte cautivo/a.

Si hay cosas por resolver con respecto a ti mismo y a tus relaciones (¡y siempre hay cosas por resolver!), puedes asumir esa tarea después de las fiestas.

2. Controla tu lengua. Cuando se trata de nuestros hijos adultos, padres ancianos y parientes políticos, muchas veces tendemos a dejarnos llevar y decir las cosas sin pensarlo dos veces. Eso puede herir los sentimientos de los demás.

Y con frecuencia, hay mucha ironía en el contexto. Por ejemplo: podemos comentar sobre el peso de nuestros hijos adultos mientras servimos comidas llenas de calorías que dedicamos mucho tiempo a preparar o quizás los culpamos por la falta de comunicación después de que han venido desde lejos para pasar un tiempo con nosotros.

“Antes de hablar, permite que tus palabras pasen por 3 puertas", recomendaba Rumi, poeta, filósofo, teólogo y maestro persa del siglo XIII. "En la primera puerta, pregúntate: ‘¿Lo que pienso decir es algo verdadero?’. En la segunda puerta, pregúntate: ‘¿Lo que pienso decir es necesario?’. En la tercera puerta, pregúntate: ‘¿Lo que pienso decir es amable y productivo?’”.

A mi parecer, es una buena idea aplicar este filtro a todo lo que vayamos a decir a nuestros familiares.

3. Simplifica y reduce el estrés. Para poder lograr los pasos 1 y 2, necesitamos estar lo mejor posible — bien descansados y calmados. Sin embargo, tendemos a cargarnos hasta nuestros límites en las navidades dejando exteriorizar las cosas de cualquier manera.

La mayoría de nosotros no contamos con todo el tiempo y energía que se requiere para toda esta actividad frenética y podemos estar totalmente exhaustos incluso antes de que lleguen nuestros familiares y amigos. Para empeorar las cosas, con frecuencia nos aferramos a estándares de perfección que resultan poco realistas al querer tener todas las cosas listas antes de la medianoche, añadiéndole una sensación de fracaso y autocrítica a toda la pesada carga que ya estamos cargando.

Por eso, esta Navidad, puedes aplicar otro enfoque. Empieza diferenciando lo que es verdaderamente esencial de lo que no lo es. Elimina cualquier cosa de tu lista que no sea algo imprescindible. Luego, solicita ayuda para lograr lo que falta y que amenaza con dejarte exhausto, estresado o resentido. Si no puedes conseguir el apoyo que necesitas para dicha tarea, mejor evita emprenderla.

Divide y delega responsabilidades, desde comprar y cocinar hasta poner la mesa y limpiar. Asimismo, considera el darte permiso para comprar comidas ya preparadas.

El anfitrión puede poner el plato principal, la mesa y el hielo; los invitados también pueden cooperar trayendo el resto de cosas y alimentos.

Date momentos de relax. Se supone que los feriados incluyen un tiempo de descanso, así que date respiros en tu agenda antes, durante y después de tus reuniones. Reserva un tiempo a solas y paseos de distracción; y no dejes de lado tus rutinas establecidas de ejercicio o meditación; estas resultan incluso más vitales durante periodos de un elevado estrés y de elevadas calorías.

4. Reformula el concepto de dar regalos. Considera realizar donaciones a una causa en nombre de tus seres queridos y sugerir que realicen algo similar y no sólo quedarse en dar cosas materiales entre los que se conocen.

Otra estrategia sencilla que puede reducir las demandas de tu tiempo y el desorden en la casa consiste en adquirir regalos de "experiencias" online: entradas para el cine, teatro y conciertos, tarjetas especiales de regalo en restaurantes y supermercados, tratamientos de spa, viajes de aventura y similares.

Recuerda: se supone que es una temporada para estar dichosos y agradecidos. Mejorarás tus probabilidades si pones en acción un plan concreto.