jueves, diciembre 13, 2018

DÍA 347: EL ALZHEIMER NO SE LLEVA TUS RECUERDOS MUSICALES

Las alternativas musicales son miles y el gusto de cada persona, único. Pero sí hay algo que todas ellas comparten, son las vivencias y efectos emocionales, e inclusos químicos, que producen, para que cada cual las catalogue como música favorita. Un aspecto que la ciencia hoy sabe se mantiene incluso en situaciones cognitivas muy adversas: como en la enfermedad de Alzhéimer y en los diferentes tipos de demencia.

El poder de la música para desbloquear recuerdos y otras capacidades cognitivas en la enfermedad de Alzhéimer es un aspecto que la neurología clínica destaca. La música representa alivio para muchas personas con demencias. Las razones de por qué la memoria musical es sorprendentemente robusta en estas enfermedades y cómo desbloquea recuerdos se ha podido conocer gracias a los avances en neuroimagen funcional.

Complejidad musical

En el año 2015 investigadores del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y del Cerebro Humano, entregaron nuevos antecedentes de por qué los recuerdos musicales pueden sobrevivir a las depredaciones de la demencia. La razón de ello, explica el estudio, es que la música se guarda en áreas cerebrales diferentes de las del resto de los recuerdos.

La naturaleza de las memorias musicales es diferente al resto de las memorias. Esto se explica por la existencia de múltiples sistemas de memoria humana. En el caso de la música una interviene en el registro autobiográfico (memoria de episodios; el contexto en el que se escuchó una pieza), en el conocimiento del mundo (memoria semántica, reconocimiento de una melodía familiar) y en las secuencias de habilidades motoras aprendidas (memoria de procedimiento; instrumento).

Además, intervienen distintas áreas del cerebro en el caso de las canciones “conocidas desde hace mucho” y en las “recientemente conocidas”. En el estudio los datos más robustos fueron los correlatos de canciones ‘conocidas desde hace mucho tiempo’ (memorias semánticas musicales).

Lo que en el caso de las memorias musicales es muy probable que esto sea atribuible a su resonancia emocional. Las canciones favoritas tienen la capacidad de conjugar: el aparato neuronal de la emoción, la recompensa, los programas autonómicos y motores integrados en la experiencia musical. Este último punto puede haber sido el punto más importante de la música, en términos evolutivos.

“Al menos, los aspectos cruciales de la memoria musical son procesados en áreas cerebrales que no son las que habitualmente se asocian con la memoria episódica, la semántica o la autobiográfica”, señaló el neurocientífico del Max Planck y coautor del estudio, Jörn-Henrik Jacobsen, cuando se difundió la investigación.

Carolina Delgado experta en Neurología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, indica en el aspecto clínico saben que la música es una muy buena opción para estabilizar los síntomas de la conducta en pacientes con Alzhéimer. “Ponerle la música que ellos les gusta, los estimula”.

Y si bien el reconocimiento del patrón musical se altera en la mayoría de la mayoría de las enfermedades cognitivas, Delgado enfatiza que lo se preserva es parte del procesamiento emocional que esas melodías producen. “En general aquellas músicas que llevan consigo recuerdos emocionales vividos son mejor recordadas, se activan áreas en el cerebro que tienden a estar mejor resguardadas”.

La música tiene un gran valor terapéutico. “La recomendación que siempre le hacemos a los familiares de pacientes con Alzhéimer es mantenerlos activos con cosas que hacían en el pasado y colocarles la música que les gusta. Muchas veces se lo dices a los familiares, pero ellos se dan cuentas solos. Evita que tengan síntomas como  cambios en la conducta, es bueno estimularlos con cosas significativas para ellos, más que la televisión“, sostiene.

El grupo liderado por Jörn-Henrik Jacobsen, lo comprobó además al analizar los niveles de deposición de beta-amiloide  (molécula que se acumula en el cerebro en la enfermedad), el metabolismo de la glucosa y la atrofia cortical, en pacientes con la enfermedad, vieron que era hasta 50 veces menor que en otras zonas del cerebro. Ese menor hipometabolismo y atrofia cortical en comparación con las otras zonas cerebrales significa que no se ven tan afectadas en el curso de la enfermedad. "Pero esto solo puede ser observado, creo que nadie puede explicar por qué eso es así. Sin embargo, el giro cingulado anterior muestra una conectividad aumentada en los enfermos de Alzhéimer, lo que podría significar incluso que funciona como una región que compensa la pérdida de funcionalidad de las otras". La enfermedad no se lleva los recuerdos musicales.

Paulina Sepúlveda

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