1. Evitar hacer drama: la victimización y el catastrofismo. Evitar refugiarse en cosas para superar dificultades: cigarrillos, alcohol, peluches, casino, comida, etc. Evitar quedarse en deseos e intenciones y, más bien poner manos a la obra, llevar a cabo lo ideado.
2. . Evitar querer tener el control de todo; al final descubrirás que resulta imposible, es irreal, y menos controlar a otras personas o seres humanos. Lo que uno sí puede controlar es sus propios pensamientos, conductas, emociones, palabras, etc. Dejar fluir.
3. Todo cambia. Nada permanece exactamente igual por siempre, Si eres consciente de eso, evitarás frustrarte y decepcionarte en exceso.
4. Los resultados suelen ser un proceso de varios factores que se complementan y se llevan a cabo. Querer resolverlo todo de una sola vez se puede complicar. Se requiere paciencia y poder postergar las satisfacciones; no querer todo de inmediato. Tolerancia a la frustración.
5. Quedarse en la queja no soluciona nada. Es necesario tomar acciones. Equivocándose aprendemos, maduramos y nos hacemos más sabios. Si piensas que tu pareja nunca se va a equivocar y que tu relación va a ser perfecta, te llevarás grandes sorpresas en tu vida. De todo, rescata el aprendizaje, la enseñanza, la lección que deja. Todo sirve de algo. Hasta de lo negativo podemos aprender lo que no queremos y valorar lo que sí podemos.