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domingo, febrero 12, 2017

AUTONOMIA EN LOS NIÑOS

Cosas que tu hijo puede hacer muy bien según su edad:

domingo, enero 29, 2017

NIÑOS MIMADOS, ADULTOS DÉBILES: LA GENERACION BLANDITA

Niños mimados, adultos débiles: llega la 'generación blandita'

¿Mimamos demasiado a los pequeños?
Una nueva ola de expertos aboga por endurecer su carácter

Berta G. De Vega

Suma escolar
Padres que llevan la mochila al niño hasta la puerta del colegio + padres que piden que no se premie a los mejores de la clase porque los demás pueden traumatizarse + padres que le hacen los deberes a los niños que previamente han consultado en los grupos de WhatsApp = niños blanditos, hiperprotegidos y poco resolutivos.

Cuenta Eva Millet, la autora de Hiperpaternidad (Ed. Plataforma), que ya hay niños que, al caerse, no se levantan: esperan esa mano siempre atenta que tirará de ellos. En ciertos colegios han empezado a tomar nota. Y, en algunos países, el carácter ya forma parte del debate sobre la Educación.

Esto no es la nueva pedagogía. Gregorio Luri, filósofo y autor del libro Mejor Educados (Ed. Ariel), suele recordar que la educación del carácter es tan tradicional en ciertos colegios británicos como para que haya llegado a nuestros días una frase atribuida al Duque de Welington: «La batalla de Waterloo se empezó a ganar en los campos de deporte de Eton». En los campos de Waterloo o en las canchas del mítico colegio inglés, cuna del establishment, ningún niño esperaba que le levantaran si podía solo.

En España, se habla de «educación en valores», pero puede que no sea lo mismo. El carácter se entiende como echarle valor, coraje, actuar en consecuencia cuando se sabe lo que está bien o está mal, no limitarse a indignarse. Como dice Luri, «ahora mismo en España les fomentamos la náusea en lugar del apetito». En su opinión, los niños de ahora saben cuándo se tienen que sentir mal ante determinadas conductas, pero educar el carácter es animarles a dar un paso, a ser ejemplo, a que sus valores pasen a la acción. Si están acosando a un niño, no callarse y protegerle. Decir no a la presión del grupo.

El carácter ha vuelto cuando se ha sido consciente de que podríamos estar criando a una oleada de niños demasiado blanditos. Con padres que se presentan a las revisiones de exámenes de sus hijos, que abuchean a los árbitros en los partidos y que han hecho "la ley del hielo" a niños que no invitaban a sus retoños a los cumpleaños. «Yo he tenido a un chico de 19 años que se me ha echado a llorar porque le suspendí un examen», cuenta Elvira Roca, profesora de instituto. «Le dije que no me diera el espectáculo. Vino su madre a verme y me dijo que había humillado a su hijo. Le tuve que decir que estaba siendo ella quien le humillaba a él».

COMO EN EL RUGBY

Nicky Morgan era ministra británica de Educación con David Cameron e hizo bandera de la educación del carácter. «Para mí, los rasgos del carácter son esas cualidades que nos engrandecen como personas: la resistencia, la habilidad para trabajar con otros, enseñar humildad mientras se disfruta del éxito y capacidad de recuperación en el fracaso», decía en su cruzada por extender ese tipo de educación, muy vinculada al rugby. Suena familiar. Suena a "Si", el poema de Rudyard Kipling y su verso sobre la victoria y el fracaso, esos dos impostores a los que hay que tratar de igual forma, que figura en la entrada de la cancha principal de Wimbledon.

"Cuando una familia quiere que sus hijos no pasen las dificultades que pasaron ellos, la sociedad se vuelve más cómoda"

Alfonso Aguiló escribió Educar el carácter (Ed. Palabra) hace 25 años. No ha parado de reeditarse y traducirse desde entonces: «Tener buen carácter no significa estar todos cortados por el mismo patrón. Pero estoy seguro que casi todos nos pondríamos de acuerdo en que ser honrado, trabajador, generoso, justo, leal, empático, valiente, austero, recio y organizado son buenas cualidades». ¿Cómo se educa el carácter? No desde la teoría, desde luego. «La educación en valores es algo abstracto. Las virtudes son los valores integrados en la persona», explica.

Este veterano profesor confirma que tenemos ahora a generaciones de niños blanditos y no se escandaliza: «Son ciclos normales del desarrollo de una sociedad. Cuando una familia quiere que sus hijos no pasen las dificultades por las que sí pasaron ellos la sociedad se vuelve más cómoda, blanda, menos esforzada. Pasa también con los países». Según Aguiló, la educación del carácter no tiene que ver con el dinero y sí con el capital cultural de las familias, con el modo de transmitir cómo afrontar la vida: «He conocido a madres que limpiaban escaleras para que sus hijos llevaran unas zapatillas de marca y a gente de dinero que también los mimaba mucho».

En EEUU, la cadena de colegios KIPP, con tasas de éxito académico inéditas en las zonas donde se instalan, insisten en la educación del carácter como indispensable: «Trabaja duro. Sé amable», han resumido en los carteles enormes que decoran sus centros. En ese país, Angela Duckworth se ha convertido en la gurú del estudio de la personalidad. Tiene un laboratorio donde analiza qué rasgos hacen que los niños tengan éxito de mayores. Está tan ocupada que no da entrevistas, dice su equipo. Siempre cuenta que, pese a las buenas notas, su padre le decía que no se creyera especial. «La tendencia a mantener el interés y el esfuerzo para conseguir metas a largo plazo», la fuerza de voluntad, es el rasgo que, según Grit, su reciente best seller sobre el poder de la perseverancia, define a las personas con éxito. Ha trabajado en barrios marginales y ha estado en West Point, la academia militar de EEUU, analizando cómo eran los 1.200 cadetes que pasaban las durísimas pruebas iniciales. Niños a los que no levantaron del suelo cuando podían ellos solos.

Fuente: elmundo.es
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Por: melodijolola
Si hay algo difícil de soportar son los berrinches en los niños; puede provocar hasta dolor de cabeza. El problema no es ese, sino que me he dado cuenta que cada vez es más común ver berrinches de los niños en todos lados y los papás en vez de hacer una llamada de atención fuerte, se la pasan literal tratando de negociar con los pequeños para que paren.
Y no es que esté mal negociar con los pequeños sino, que cada vez estamos siendo más y más permisivos, lo que provoca que estemos educando a hijos blandos.
¿A qué me refiero con esto?
Sencillo, estamos educando niños con poca tolerancia a la frustración, si, esos niños que al primer llanto obtienen lo que quieren o no soportan la idea de que les llamen la atención en la escuela porque “lastiman su autoestima” y que los padres buscan resolverles todo al punto de que los niños no sufran.
Una de las razones por las que sucede esto, según el veterano profesor y escritor Alfonso Aguiló, es porque cuando una familia no quiere que sus hijos pasen por las dificultades que ellos pasaron, provocan que la sociedad se vuelva más cómoda y blanda.
Por otro lado, puede ser también que ante esta era en que ambos padres trabajamos, nos gane culpa de no estar demasiado tiempo con ellos, evitamos “arruinar” el poco tiempo que tenemos con regaños o llamadas de atención claras.
Y por último, sucede que con la nueva ola de consumismo fortalecida con lo anterior, cedemos a la presión de darles todo y no les enseñamos que se debe conseguir con esfuerzo, haciéndoles pensar que todo se lo merecen al chasquido de dedos.
Al ser permisivos no ayudamos a fortalecer su carácter y eso a la larga se verá reflejado en futuros adultos que teman a la toma de decisiones o no sepan tolerar un rechazo.
Fuente: melodijolola.com

jueves, julio 28, 2016

LAS PALABRAS POSITIVAS CURAN

La psicóloga Olga Valjajeva entrega una sencilla receta que usó en una batalla contra el autismo de su hijo.

Enfrentó este trastorno y se preparó para luchar. Olga Valjajeva llevó a su hijo al doctor con más frecuencia. Un psiquiatra le dio un regalo invaluable; él le comentó sobre un tratamiento para el autismo en una clínica de Inglaterra.

Las madres de los niños afectados, cada noche, implementaban una simple terapia. Esperaban que su hijo o hija se durmiera, y luego, después de 15 minutos, cuando el niño entraba en la fase activa de sueño le decían:

“¡Te amo! ¡Estoy orgullosa de ti! ¡Estoy encantada de que seas mi hijo! ¡Para mí eres el mejor hijo del mundo! ”

Los médicos de la clínica han comparado a los niños cuyas madres hacen este ejercicio en las noches, con los niños a los que nadie ha hablado en las noches. Los resultados fueron dramáticos: los niños que recibieron las palabras llenas de amor, se recuperaron mucho más rápido.

Olga dice:

“Al principio dije sólo esas palabras a mi hijo. Más tarde, empecé a improvisar y agregar otras palabras, llenas de amor. Cinco años han pasado desde entonces, y yo todavía las susurro en la noche para mis dos hijos. Mi hijo mayor ya no sufre de autismo. ¡Estoy segura de que mi terapia nocturna jugó un rol importante!

Hay algo muy importante para mis hijos y para mí: ¡la magia del amor maternal está trabajando en ambos lados! Un maravilloso sentimiento de cercanía se creó con ambos. Por la noche, mientras los abrazo y les digo una palabra gentil siento cómo nuestra cercanía mutua crece y se fortalece. El resto está en el pasado, todo lo que nos estaba haciendo daño -peleas y malentendidos mutuos.

Con el tiempo, he leído que a un niño se le debe decir constantemente:

Si pudiéramos elegir, de todos los niños del mundo, ¡te elegiríamos sólo a ti!

y: – ¿Te he dicho hoy que te quiero mucho? Me di cuenta de que para un niño es muy importante sentirse especial y necesario para los padres tal cual es.

Esto es lo que les digo: Estoy muy contenta de que existas.

Esta afirmación es especialmente útil para los hijos que fueron no deseados. Por ejemplo, si tu querías una hija y por mucho tiempo no te podías conciliar con el hecho de que tuviste un varón, es importante transmitirle al niño: ¡Estoy feliz de que eres un niño!

Qué más debería hablar con el niño: ¡Te quiero mucho! ¡Eres NUESTRO hijo querido! Aquí la palabra clave es “nuestro”. Ayuda al niño a aceptar por igual a ambos padres.

Durante el día, si peleaste con el niño, dile: Lamento que hayamos llegado a una situación en la que tuve que retarte.

Nunca diga todas estas palabras en forma mecánica: ¡Te amo! ¡Estoy orgulloso de ti!

Las palabras ayudan mucho cuando se tejen con los sentimientos. Así que dilas con mucha emoción sincera.

A partir de mi hijo, me di cuenta de que las palabras juegan un rol curativo, si es que estas salen del interior. La relajación logra llegar y el espasmo interior desaparece.

El tratamiento de la terapia con palabras de amor no tiene que durar mucho tiempo. Sólo tres a cinco minutos llenos de emociones fuertes. Es importante que lo hagas todos los días. No te olvides de decirle al niño todas estas palabras, varias veces durante el día también en vigilia.

Sin ninguna razón, cuando pases a su lado, con suavidad abrázalo y besa su cuello. Lo recordará por toda la vida.
Fuente: sendero saludable.net

jueves, noviembre 27, 2008

AUTOESTIMA

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Se entiende por autoestima el grado de satisfacción que tenemos sobre lo que creemos de nosotros mismos; es el sentimiento de aceptación y/o rechazo hacia nuestra persona.

Algunos consejos para mantener una adecuada autoestima son los siguientes:

1. NO GENERALIZAR
Como ya hemos dicho, no generalizar a partir de las experiencias negativas que podamos tener en ciertos ámbitos de nuestra vida. Debemos aceptar que podemos haber tenido fallos en ciertos aspectos; pero esto no quiere decir que en general y en todos los aspectos de nuestra vida seamos “desastrosos”.

2. CENTRARNOS EN LO POSITIVO
En conexión con lo anterior, debemos acostumbrarnos a observar las características buenas que tenemos. Todos tenemos algo bueno de lo cual podemos sentirnos orgullosos; debemos apreciarlo y tenerlo en cuenta cuando nos evaluemos a nosotros mismos.

3. HACERNOS CONSCIENTES DE NUESTROS LOGROS Y EXITOS
Una forma de mejorar nuestra imagen relacionada con ese “observar lo bueno” consiste en hacernos conscientes de los logros o éxitos que tuvimos en el pasado e intentar tener nuevos éxitos en el futuro. Piensa en el mayor éxito que tuviste durante el pasado año. Todos debemos reconocer en nosotros la capacidad de hacer las cosas bien en determinados ámbitos de nuestra vida y que debemos esforzarnos por lograr los éxitos que deseamos para el futuro.

4. NO COMPARARSE
Todas las personas somos diferentes; todos tenemos cualidades positivas y negativas. Aunque nos veamos “peores” que otros en algunas cuestiones, seguramente seremos “mejores” en otras; por tanto, no tiene sentido que nos comparemos ni que, nos sintamos “inferiores” a otras personas.

5. CONFIAR EN NOSOTROS MISMOS
Confiar en nosotros mismos, en nuestras capacidades y en nuestras opiniones. Actuar siempre de acuerdo a lo que pensamos y sentimos, sin preocuparse excesivamente por la aprobación de los demás.

6. ACEPTARNOS A NOSOTROS MISMOS
Es fundamental que siempre nos aceptemos. Debemos aceptar que, con nuestras cualidades y defectos, somos, ante todo, personas importantes y valiosas.

7. ESFORZARNOS PARA MEJORAR
Una buena forma de mejorar la autoestima es tratar de superarnos en aquellos aspectos de nosotros mismos con los que no estemos satisfechos, cambiar esos aspectos que deseamos mejorar. Para ello es útil que identifiquemos qué es lo que nos gustaría cambiar de nosotros mismos o qué nos gustaría lograr, luego debemos establecer metas a conseguir y esforzarnos por llevar a cabo esos cambios.

MINISTERIO DE SALUD: Personas que atendemos personas
DIRECCION DE SALUD V LIMA CIUDAD
DEVIDA: Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas

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