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miércoles, mayo 23, 2018

DIA 143: 20 TIPS PARA TENER EMPATIA

EMPATÍA significa ponerse en el lugar del otro.
Las habilidades empáticas se pueden aprender, potenciar y desarrollar:

  1. Ser respetuosos
  2. Escuchar con la mente abierta y sin prejuicios (o creencias distorsionadas, parcializadas)
  3. Prestar atención y mostrar interés por lo que nos están contando
  4. No interrumpir mientras nos están hablando
  5. Aprender a descubrir, reconocer y recompensar las cualidades y logros de los demás
  6. Emitir opiniones en forma constructiva
  7. Procurar, en lo posible, evitar herir, dañar, lastimar adrede
  8. Aceptar las diferencias: Ser tolerantes y pacientes
  9. Intenta imaginarte qué le motiva a hacer lo que hace
  10. El lenguaje corporal nos delata: mírale a los ojos y gira tu cuerpo hacia esa persona ofreciéndole toda tu atención
  11. Parafrasea y reformula su mensaje así se sentirá que realmente estás haciendo el esfuerzo por comprenderle
  12. Evitar sermonear
  13. La empatía es recíproca: ábrete
  14. Ofrece tu afecto físico
  15. Observa (con atención plena) el entorno a tu alrededor y las personas que te rodean, eso te hará más consciente y no dejarte llevar por impulsividades
  16. Ofrecer tu ayuda es un gesto empático
  17. Ofrecernos como voluntarios en obras sociales
  18. TRATAR A LAS PERSONAS COMO SERES IMPORTANTES, como si tuvieran la misma importancia que tú
  19. Practica el AMOR y la amabilidad con los demás seres humanos
  20. Si se te dificulta lograrlo por ti mismo, siempre puedes recurrir a asesoría especializada (Psicología, Psicoterapia, etc.)

sábado, septiembre 09, 2017

LA EMPATIA: COMO LOGRARLA

Las personas con una mayor capacidad de empatía son
las que mejor saben comprender a los demás.

martes, marzo 17, 2015

HOY VI A MI MAMA CON OTRO HOMBRE... Y ME GUSTO LO QUE VI

Él le acomodaba la silla para que ella se siente; con mucha atención, en silencio y mirándola a los ojos, escuchaba lo que ella decía, era mi madre, ella hablaba con tanta emoción, con tanta motivación, con tanto interés, que se sentía una mujer importante; nunca antes la había visto tan feliz, aquel OTRO HOMBRE la atendía como una reina.
Sí, una reina, a la que muchas veces vi que en casa la trataban como una empleada, ella siempre tenía todo listo; desde muy temprano, el desayuno para todos; la ropa limpia y perfectamente planchada, la casa nunca estaba desordenada, siempre aseada; recuerdo que ella no era de hablar mucho, que pocas veces sonreía, mayormente lo hacía cuando nos veía porque regresábamos del colegio, de la universidad o de algún trabajo; mi padre, con sus incómodas ironías, siempre la interrumpía cuando ella quería decir algo, no tengo en mi memoria un tema completo que ella haya querido decir; siempre le cortaba lo que quería contar, sus temas de conversación se redujeron a los quehaceres domésticos de la casa; en otras oportunidades, él, mi papá, terminaba burlándose o gritándola, tanto que terminaba preguntándome ¿Cómo se conocieron? ¿Cómo se enamoraron? ¿Cómo o por qué se casaron?
Hace algunos días, con mis 18 años y en un arranque de confianza, me atreví a decirle a mi papá que no me gustaba como la trataba, que no era atento, que menos le ponía atención cuando ella quería decir algo, que eran pocos, mejor dicho nada, los detalles que habían de él para con ella, que nunca la abrazaba y menos le daba una caricia, que no la sacaba a cenar, que los regalos por su cumpleaños, por el día de la Madre o por Navidad, sólo eran adornos, muebles o artefactos domésticos para la casa, pero no para ella; cuando sentí que había captado su atención, me atreví a dar un paso más de confianza y le dije: “algún día la vas a perder”; ... hoy recordé lo que le dije y, el solo hecho de pensar, de ver a mi madre separada de mi padre hace que sienta una corriente helada que me eriza la piel.
El día que vi a mi mamá con este OTRO HOMBRE, primero fue grande la impresión, luego el cuadro me agradó, es que la había visto tan sola, tan abandonada, que lo que hoy veía me invitaba a ver más, vi su alegría y quise ver más, tanto que sentí su alegría, luego salieron del restaurante, él, con diligente atención, le abrió la puerta del coche para que ella suba, las lágrimas recorrían lentamente mis mejillas; y yo los seguí, quería ver más, ellos se fueron a un teatro; él la llevaba del brazo, ella parecía una joven recién enamorada, él le compró flores, chocolates, ambos eran unos chiquillos locos de amor, no pude más, me dije: “es suficiente”, y me fui a casa, las lágrimas me brotaban sin cesar, era mi madre y su felicidad con otro hombre; y yo no podía creerlo.
En la noche esperé sentado en un sillón de la sala, frente a la puerta; recuerdo que aquel día (para el día), todo había quedado listo, las comidas para cada uno de nosotros en la refrigeradora y con instrucciones de cómo usar el micro-hondas, ahora entiendo porque ella no estuvo en casa todo el día; más tarde, sentí que llegó, su risa me despertó; ella caminaba y mi padre la traía abrazada. "Hola hijito", me dijo ella. Ante mi silencio y asombro, levantó la voz, acompañada de la sonrisa de siempre, "¿hijito, pasa algo?", preguntó. Yo le dije: "no, no mamá, nada pasa"; y, con una sonrisa mía acompañé la suya y ella se fue a la cocina, como siempre, a dejar todo listo para el día siguiente.
Cuando mi papá y yo nos quedamos solos en la sala; él se acercó a mí, había servido dos copas de vino, me miró a los ojos, me entregó una copa y haciendo un brindis me dijo: “Gracias”. Mis lágrimas humedecieron mis ojos; y él repitió: “Gracias hijo, muchas gracias por el consejo; hoy he tratado a tu madre como se merece, como una reina", yo le dije: “Y YO FUI TESTIGO PAPÁ, ... HOY VI QUE TÚ PUEDES SER OTRO HOMBRE”, ... sabes papá, proseguí: “Hoy vi a mi mamá con otro hombre, ... y me gustó lo que vi".
Gracias a ti hijo, a partir de hoy seré OTRO HOMBRE, dijo él; y yo mirándolo a los ojos, con los míos inundados de alegría me repetía una y otra vez “Hoy vi a mi mamá con otro hombre... ¡y me gustó lo que vi!".
Autor:
Benito D. Cervantes Quiroz
ABOGADO - DOCENTE UNIVERSITARIO

lunes, octubre 13, 2014

domingo, junio 07, 2009

COMO MEJORAR SU RELACION DE PAREJA

7 FORMAS DE MANTENER ENCENDIDA LA LLAMA DEL AMOR

Cuando nos enamoramos, generalmente pensamos que eso es todo lo que necesitaremos para ser felices. Sin embargo, cuando volvemos a la realidad y tenemos nuestra primera discusión verdadera, nos llegamos a dar cuenta que nuestra pareja no es perfecta.

Al inicio de una relación, hacemos todo lo posible por dar a nuestra pareja el beneficio de la duda, expresando nuestro amor y buena voluntad, incluso cuando estamos molestos. No obstante, a medida que pasa el tiempo, puede hacerse más difícil el resolver las discusiones y, por tanto, más difícil sentir amor y perdonar a nuestra pareja. Es en estos momentos que empezamos a preguntarnos: ¿Existe un secreto para hacer que una relación dure? ¿Realmente es posible vivir felices para siempre?

La respuesta a estas preguntas es “Sí”. Sin embargo, la pregunta más difícil de responder es: ¿Cómo lo podemos lograr? ¿Cómo puedo tener una relación feliz y duradera que no termine en un doloroso rompimiento?

Lo primero que hay que recordar es que para mantener una relación saludable y feliz se requiere trabajo y que esto no sucederá por sí solo; al igual que una flor que no crece si no se le riega y brinda cuidados. Las relaciones necesitan nutrirse, atención, tiempo y energía. Frecuentemente olvidamos que una pareja está conformada por dos seres humanos que necesitan ser apreciados, escuchados, valorados y respetados.

Teniendo esto en mente, a continuación se señala siete formas para hacer que su relación dure:

1. Mantenga abiertas las líneas de comunicación: Si no sabe cómo expresar sus sentimientos y/o tiene pocas habilidades para escuchar al otro, aprenda a mejorar ambos aspectos. Puede leer un libro, inscribirse en un taller o recurrir a consejería. La buena comunicación requiere tanto la capacidad de expresarse como la de escuchar.

2. No esconda sus peleas bajo la alfombra ni piense que las cosas se resolverán solas como por arte de magia: Haga su mejor esfuerzo para resolver su primera discusión tan pronto como surja de forma que no vuelva a tener la misma discusión durante los próximos 50 años, en distintas formas.

3. Recuerde que usted ama a su pareja; por lo tanto, le desea lo mejor: Dele el beneficio de la duda cuando usted se sienta enojado/a, dolido/a o decepcionado/a. Converse con su pareja, no asuma cosas.

4. No de por sentada a su pareja: Dígale a su pareja todos los días algo que usted aprecie de él/ella y cuán agradecido/a está de tenerlo/a en su vida.

5. Su pareja nunca deberá sentirse como si fuese su enemigo: Si lo hace, algo está mal; recuerde que usted se enamoró de dicha persona. Si hay tanta cólera que usted siente que son como enemigos, busque ayuda lo antes posible.

6. Calibre su relación: Observe y no ignore las señales de advertencia tales como que ustedes no conversan, son menos afectuosos, están peleando todo el tiempo y no son felices. Cuanto antes reconozcan que tienen problemas, más pronto podrán empezar a resolverlos.

7. Siempre recuerde que usted tiene el poder de modificar los comportamientos en su relación mediante distintas herramientas de auto-descubrimiento: Usted no tiene por qué quedarse estancado/a en rutinas nada saludables.

Las relaciones saludables y duraderas están conformadas por dos personas conscientes que tienen el deseo de trabajar en ellos mismos con la determinación de permanecer concentrados en la importancia de su relación. No se da por sentado al otro miembro de la pareja. Se toma en cuenta los intereses del otro y, por lo tanto, se consolida la confianza en la pareja. Cuando surgen discusiones, éstas no son ignoradas. Se abordan los problemas y se trata de solucionarlos. Cuando se ve señales de advertencia de que la relación podría estar en problemas, se actúa inmediatamente y se busca nuevas formas de relacionarse entre sí.

Esto puede ser logrado por cualquiera que desee dedicar tiempo y energía para hacer que su relación sea una prioridad en su vida. Nutra su relación en la forma más saludable como se lo merece. Se puede vivir feliz para siempre, no con magia, sino con trabajo, toma de conciencia y conocimiento tanto de usted como de su pareja.