LA RECUPERACION ES POSIBLE
La APA (American Psychological Association) está participando en una nueva iniciativa con fondos federales destinada a difundir la idea de que la gente puede - y lo logra - recuperarse de las enfermedades mentales.
Peter Ashenden estaba decidido a no dejar que su depresión severa le impidiera finalizar sus estudios universitarios y conseguir un trabajo. El personal clínico en el centro de día donde estaba recibiendo tratamiento en la década de 1980 tenía una idea diferente: un taller protegido para personas con discapacidad. "El taller consistía en colocar las tapas en los tubos de lápiz labial durante seis horas al día", recuerda Ashenden, quien ahora dirige los asuntos del consumidor y de la familia en la compañía de seguros OptumHealth.
Para Ashenden, eso es un ejemplo perfecto de lo que ocurre cuando un sistema de salud mental no ha incorporado la idea de que la gente pueda recuperarse de las enfermedades mentales. Actualmente, como parte de un equipo de la APA dedicado a la iniciativa denominada “De la recuperación a la práctica”, él está trabajando para cerciorarse que los psicólogos reciban la capacitación que necesitan para ayudar a que las personas con problemas de salud mental puedan tener una vida significativa en la comunidad y alcanzar su pleno potencial.
Financiada por la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA, por sus siglas en inglés), esta iniciativa de cinco años tiene una doble misión: crear un repositorio en línea de recursos sobre los principios de recuperación y las prácticas, y desarrollar la capacitación centrada en la recuperación, dirigida a los profesionales de la salud mental.
APA es una de las cinco organizaciones nacionales de salud mental que se asocia con SAMHSA; las otras son la Asociación Psiquiátrica Americana, la Asociación Americana de Enfermeros Psiquiátricos, el Consejo de Educación en Trabajo Social y la Asociación Nacional de Especialistas. Al igual que las demás organizaciones, la APA compartirá recursos y desarrollará un plan de estudios orientado a la recuperación que se utilizará para capacitar a sus miembros.
"SAMHSA ha hecho de “De la recuperación a la práctica” una prioridad, y me complace que la APA sea una de las organizaciones que participan en sacar adelante esta iniciativa", dijo Gwendolyn P. Keita, PhD, director ejecutivo de la Dirección de Interés Público de la APA. "La recuperación es un movimiento creciente, y es importante que los psicólogos participen”.
Cambios en la mentalidad de los investigadores
"Hasta hace poco, se asumía que las personas con enfermedad mental grave nunca se recuperaría", afirma María A. Jansen, PhD, quien preside el Grupo de Trabajo de la APA sobre enfermedades mentales graves y trastornos emocionales severos, y es miembro del Comité Asesor de Recuperación que proporciona pautas para la iniciativa de “De la Recuperación a la Práctica” de la APA. "Las personas a menudo eran internadas en instituciones mentales".
Cuando los nuevos medicamentos permitían que muchas de esas personas retornaran a sus comunidades, la mayoría de psicólogos y demás profesionales de la salud mental todavía creían que nunca recuperarían el funcionamiento pleno, señala Jansen, director de Consultoría Conductual de Bayview en Vancouver. Entonces la investigación de los psicólogos y otros en la década de 1970 comenzó a mostrar que la gente podía recuperarse, y las personas con enfermedades mentales graves empezaban a abogar por servicios que les ayudaran a lograr su recuperación.
En el año 2003, la recuperación de la salud mental se había convertido en el objetivo general de la Comisión Nueva Libertad para la Salud Mental propuesta por el presidente George W. Bush. En el informe del año 2003 de la Comisión, “Alcanzar la promesa: La transformación de la Atención de la Salud Mental en los Estados Unidos”, se sostenía que el sistema nacional de salud mental era defectuoso y se identificaba como el principal defecto la falta de una visión sobre la recuperación. La comisión también planteaba un desafío: "Tenemos la visión de un futuro donde todo el que padezca una enfermedad mental pueda recuperarse, un futuro en el que las enfermedades mentales puedan ser prevenidas o curadas, un futuro en el que las enfermedades mentales se detecten a tiempo y un futuro en el que todo aquel que tenga una enfermedad mental en cualquier etapa de la vida pueda tener acceso a un tratamiento y apoyo eficaz - esenciales para vivir, trabajar, aprender y participar plenamente en la comunidad".
Actualmente, la iniciativa “De la recuperación a la práctica” está trabajando para hacer realidad esa visión.
"En realidad no es diferente a si usted tuviese un ataque al corazón u otra enfermedad crónica", dice Jansen. "Una vez que uno se recupera de la fase aguda, por lo general, comienza un proceso de recuperación, con un equipo de profesionales e intervenciones de todos trabajando para ayudarle a recuperar el más alto nivel de funcionamiento que usted pueda lograr." Ahora, el énfasis consiste en introducir ese mismo enfoque con respecto a la rehabilitación en el campo de la salud mental y en las líneas generales de la Psicología, dice Jansen.
"A finales de la década de 1970 hasta la década de 1990, las intervenciones se diseñaban específicamente para personas con enfermedades mentales graves, muchas de las cuales habían perdido su funcionalidad considerablemente, en parte debido a que habían languidecido en entornos en los que nadie creía que se pudiera hacer algo", señala.
De la misma manera que los cardiólogos animan a los pacientes de ataques cardiacos a dejar de fumar, comenzar a hacer ejercicio y trabajar en reducir el colesterol, señala, los psicólogos y otras personas comprometidas con un enfoque orientado a la recuperación actualmente utilizan las intervenciones de rehabilitación psicosocial para ayudar a personas con problemas de salud mental. Estos servicios, dice Jansen, están diseñados para involucrar a las personas en un compromiso con los profesionales a fin de obtener - o recuperar - una vida con sentido, cualquiera sea su definición de ello.
Este enfoque orientado a la recuperación no sólo se debe usar con personas que tienen depresión grave, esquizofrenia, trastorno bipolar y otras enfermedades mentales graves, añade Jansen. También es útil para cualquier condición de salud mental que dificulta que una persona funcione tan bien como él o ella pueda.
En el año 2009, el Consejo de Representantes de la APA aprobó una resolución apoyando el concepto de recuperación de personas con enfermedad mental grave. "Esto fue resultado de un compromiso por parte del Comité de la APA para la Promoción de la Práctica Profesional (CAPP) con el fin de hacer más hincapié en la recuperación de la práctica psicológica", dice Katherine C. Nordal, PhD, directora ejecutiva de la Dirección de Práctica de la APA.
Sin embargo, el movimiento de recuperación todavía no ha llegado a integrarse bien en la psicología, dice Andrew T. Austin Daily, miembro del personal de la APA que dirige el proyecto “De la recuperación a la Práctica” de la asociación.
Un análisis realizado por el personal de APA, el Comité de Asesoría en Recuperación, y el Comité de la APA para la Evaluación y Capacitación en Recuperación reveló múltiples barreras económicas, políticas, sociales y tecnológicas para la integración de la Recuperación en la psicología. Un obstáculo consiste en el reembolso insuficiente para proporcionar los servicios relacionados con la recuperación. Algunos psicólogos se muestran reacios a cambiar su orientación práctica, mientras que otros les temen a las personas con enfermedades mentales graves. Hay una escasez de opciones de alojamiento asequible, programas de empleo de apoyo y otros servicios que los psicólogos pueden indicar a los pacientes a medida que comienzan a reintegrarse a sus comunidades. Y debido a que existen pocos estándares de capacitación y mejores prácticas, los psicólogos simplemente no saben cómo utilizar esta orientación para facilitar la recuperación de sus clientes.
"El gran desafío es hacer frente a las percepciones de los psicólogos sobre la recuperación y cómo ello tiene un impacto en su trabajo", dice la Presidenta 2011 de la APA, Melba JT Vázquez, PhD. "Pero otro de los desafíos que a la APA realmente le importa es incluir la recuperación en la educación y la capacitación: Es importante tanto para nuestros estudiantes de posgrado en programas de doctorado, así como para nuestros actuales proveedores de servicios, aprender estos conceptos y principios de recuperación y ponerlos en práctica".
Trabajar con una mentalidad de recuperación es muy diferente de lo que tradicionalmente hacen los psicólogos, agrega Vásquez. Por ejemplo, en las sesiones de terapia con la madre de un hijo con una enfermedad mental grave, Vásquez no sólo se centraba en ayudar a aliviar su angustia. Ella también se contactaba con una trabajadora social y otros en la comunidad para ayudar a que la mujer encontrara una vivienda y un trabajo para su hijo. "Trabajar en colaboración con otros en la comunidad es importante", dice Vásquez, "y por lo general no estamos capacitados para trabajar de esa manera".
Materiales de capacitación
Para ayudar a que los psicólogos puedan obtener tal capacitación, el equipo de la APA de “De la recuperación a la práctica” está desarrollando un plan de estudios para programas de doctorado de capacitación en psicología que hace hincapié en los resultados de recuperación y explica los principios y prácticas relacionados con la recuperación.
"Este proceso debe ser facilitado en gran medida por la gran labor del Grupo de Trabajo de CAPP sobre las enfermedades mentales graves y trastornos emocionales severos, que pasó años en el desarrollo y la revisión del Catálogo de Oportunidades de Capacitación Clínica: Las mejores prácticas para la recuperación y mejores resultados para personas con enfermedad mental grave", dice Nordal.
Todavía en fase de proyecto, el plan de estudios cuenta con más de una docena de módulos sobre temas como la historia del movimiento de recuperación, los fundamentos científicos de la recuperación, las disparidades en salud, la ética y la forma de incorporar los principios de recuperación en tareas como evaluación clínica, planificación del tratamiento y las intervenciones.
El equipo de la APA pasará el siguiente año desarrollando el currículo y los planes para tenerlo listo para la prueba piloto a finales del próximo verano. Esperamos hacer que tres o cuatro directores de formación de postgrado incluyan el plan de estudios en sus programas y proporcionen retroalimentación. El equipo de “De la recuperación a la práctica”, entonces modificará el plan de estudios, según sea necesario y, o bien hará otra ronda de pruebas piloto o seguirá adelante trabajando con los consejos de capacitación en psicología sobre difusión y comercialización.
APA también planea ir más allá del proyecto financiado por SAMHSA en sus esfuerzos por difundir la palabra sobre la recuperación. Además del plan de estudios para estudiantes de postgrado, la APA desarrollará versiones para su uso en programas de pasantías, así como programas de formación continua para los psicólogos que ya están en la práctica.
Para Jansen, el enfoque en la recuperación es especialmente oportuno dada la puesta en marcha de la reforma de salud.
"La reforma de salud tiene que ver con la promoción del bienestar: que las personas puedan ser miembros tan sanos y productivos en la sociedad como puedan", dice ella, agregando que esto a la larga permitirá reducir costos. "Si la psicología como profesión no tiene en cuenta la noción de Recuperación ni la necesidad de capacitar a los psicólogos en intervenciones de rehabilitación necesarias para ayudar a la gente a recuperarse, la psicología podría quedar rezagada".
Por Rebecca A. Clay
Revista Monitor, enero de 2012, Vol. 43, No. 1. Versión impresa: página 52
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